Jazz protesta
Escenario: una t¨ªpica e impersonal habitaci¨®n de hotel en el centro de Madrid. Bugge (pronunciado Bugui) Wesseltoft espera al entrevistador sentado delante de un extra?o h¨ªbrido, mitad piano el¨¦ctrico, mitad ordenador port¨¢til de ¨²ltima generaci¨®n. El fundador y m¨¢ximo responsable del sello Jazzland, santo y se?a de los freaks adictos al future jazz de los cinco continentes, presenta nuevo disco. IM es un punto y aparte en la carrera del compositor, pianista y productor noruego; un remanso de serenidad al margen de las convenciones de la free improvisation y el nu jazz. Un piano de cola, algunos discretos efectos electr¨®nicos y el talento como improvisador que se le reconoce a Jens Christian Bugge Wesseltoft, eso es todo... adem¨¢s de unos intrigantes textos interiores de marcado tono antibelicista.
En Noruega se nos ha ense?ado a crear nuestra propia m¨²sica a trav¨¦s de Garbarek y Christensen
A veces toco 'dentro' del piano, pero todo lo hago como si fuera un concierto en directo
PREGUNTA. Con ese texto, IM podr¨ªa pasar por el primer disco de jazz protesta de la historia.
RESPUESTA. Tanto como eso..., en realidad, el ¨¢lbum tiene 10 piezas y s¨®lo hay una que para m¨ª tiene una significaci¨®n pol¨ªtica, WY, que es como why (por qu¨¦, en ingl¨¦s) sin la hache. Ese tema es mi respuesta al tiempo que paso sentado ante el televisor yendo de un lugar a otro y de una guerra a otra. Aterra pensar en tantos lugares en guerra en este momento: Irak, Chechenia, Birmania, Palestina..., no puedo evitar compadecerme de la poblaci¨®n civil en su lucha por sobrevivir; pero lo que m¨¢s me llama la atenci¨®n es que siempre es la misma historia, con unos pocos que tratan de acaparar el poder y una mayor¨ªa que sufre la tragedia por su culpa. Como padre de familia todo esto me deja un sentimiento muy amargo. Trato de ponerme en la situaci¨®n de los que sufren. Es algo sobre lo que pienso muy a menudo as¨ª que simplemente quer¨ªa comentarlo en mi disco.
P. La pr¨®xima semana va a visitar Sarajevo y qu¨¦ mejor sitio para probar la eficacia de su mensaje.
R. Volvemos a lo mismo. Todo lo que ha ocurrido en la antigua Yugoslavia es una locura. Conozco bien el pa¨ªs, he tocado muchas veces en Belgrado y es una ciudad que me encanta. Pero la historia ha dejado su marca. Gente distinta ha estado conviviendo por cientos de a?os y de repente unos pocos quieren m¨¢s poder y abren fuego..., la conclusi¨®n es que ahora los serbios no pueden ir a Sarajevo porque no son bienvenidos, es est¨²pido. Y, por supuesto, el 90% de los serbios estaba contra la guerra, hasta que alg¨²n idiota forz¨® las cosas y provoc¨® la guerra.
P. Yendo al contenido, IM es un disco muy distinto a los suyos anteriores.
R. Despu¨¦s de tocar durante diez a?os en grupo sent¨ªa la necesidad de hacer algo m¨¢s tranquilo y no tan centrado en los ritmos. Eso coincidi¨® con que hace tres a?os pude comprarme un piano Steinway Gran Cola que no es como el de Keith Jarrett, claro, pero tampoco est¨¢ mal. Desde entonces paso todo el tiempo que puedo con ¨¦l, me encanta su sonido, sentarme, tocarlo..., para m¨ª, nada m¨¢s l¨®gico en este momento que grabar un disco de solo piano con MI piano.
P. En realidad es un disco de piano solo a medias...
R. Ocho de las piezas son en solo. Hay una en la que canta Mari Boine y un par m¨¢s en las que hay un poco de percusi¨®n, y eso es todo. Lo importante es que el disco en su conjunto gira alrededor del piano en diferentes formas. A veces toco dentro del piano, puedo modificar el sonido del instrumento, pero todo lo hago como si fuera un concierto en directo.
P. Los cr¨ªticos no tardar¨¢n en sacarle parecido con otros pianistas.
R. B¨¢sicamente me inspiro en la tradici¨®n del jazz. Bill Evans, por supuesto, es un punto de referencia inevitable pero tambi¨¦n me tira mucho la m¨²sica contempor¨¢nea y el folclore. En realidad, utilizo muchas pistas diferentes. Puede decirse que mi trabajo consiste en reunirlas todas y conseguir algo que resulte personal. Pero es una tarea que hago de una forma espont¨¢nea y no premeditada.
P. La m¨²sica de IM es muy visual. Da la impresi¨®n de que cada pieza est¨¢ asociada a una cierta imagen.
R. Estoy totalmente de acuerdo. Para m¨ª, la m¨²sica tiene mucho que ver con las impresiones. Mis composiciones son muy b¨¢sicas, parto de un elemento simple e improviso en torno a ¨¦l hasta llegar a algo que, con suerte, pueda resultar agradable al o¨ªdo. Es un proceso que comienza por situarme en un cierto estado de ¨¢nimo; me siento ante el piano y comienzo por algo tranquilo, me concentro en ello y trato de construir algo nuevo dentro de ese esp¨ªritu de quietud. Trato de moverme por niveles distintos seg¨²n la pieza, algunas son m¨¢s energ¨¦ticas y otras m¨¢s ambient. Insisto en que todo el disco es totalmente improvisado en el sentido de que no hubo un trabajo previo de composici¨®n ni nada parecido.
P. ?Dir¨ªa que es un disco minimalista?
R. Dir¨ªa que es un disco sencillo, b¨¢sicamente, porque me encanta el sonido del piano. No es un disco de t¨¦cnica pian¨ªstica. Es un acto de amor con el instrumento, con MI instrumento.
P. En alg¨²n sentido, IM parece el producto de alguien que est¨¢ pasando por un trance dif¨ªcil.
R. No es el primero que me lo dice pero, de nuevo, no es algo que haya buscado a prop¨®sito. Tambi¨¦n es verdad que la grabaci¨®n coincidi¨® con una ¨¦poca de problemas privados que me tuvo medio depre, pero no fue intencionado. Supongo que uno no puede evitar sentirse afectado en lo que hace por el estado de ¨¢nimo.
P. Su trabajo al frente del sello Jazzland ha llevado al jazz noruego incluso a nuestro pa¨ªs, que ya es decir.
R. El jazz noruego siempre ha existido, gracias sobre todo a Jan Garbarek y Jon Christensen. Ellos son los padrinos del jazz en mi pa¨ªs, los que empezaron a finales de los sesenta y sembraron la semilla. Todo este tiempo ha existido un ambiente de jazz extraordinario en Oslo y han ido surgiendo nuevas generaciones con nuevas ideas. Pero tambi¨¦n es cierto que Oslo est¨¢ muy lejos del centro de Europa. Y, claro, en Noruega somos apenas cuatro millones de personas y as¨ª es muy dif¨ªcil ganarse la vida tocando jazz. Eso es lo que intentamos con Jazzland: salir y ampliar mercado.
P. Lo que nos lleva a la gran cuesti¨®n: ?por qu¨¦ en el sur de Europa nos gusta tanto el jazz noruego?
R. Pues no tengo ni idea. Pienso que si hay alguien que aparece de repente y presenta algo que suena diferente, aunque s¨®lo sea un poco, inevitablemente se le va a prestar atenci¨®n. Imag¨ªnese que yo, en lugar de este disco, hubiera grabado un repertorio de bebop, seguro que nadie me habr¨ªa prestado la menor atenci¨®n, y es l¨®gico. Es una m¨²sica que se ha interpretado tant¨ªsimas veces y de una forma tan absolutamente extraordinaria... O si se me hubiera ocurrido grabar Country & Western, a lo mejor hubiera resultado un disco estupendo, incluso una obra maestra, pero, ?tendr¨ªa alg¨²n sentido? En Noruega se nos ha ense?ado a crear nuestra propia m¨²sica a trav¨¦s del ejemplo de Garbarek y Christensen. ?sa es la verdadera esencia: "Usa tus propias fuentes".
P. ?El hecho de que Jazzland siga siendo un sello noruego casi al ciento por ciento significa que no est¨¢n interesados en nadie que no sean sus compatriotas?
R. A veces me he planteado la conveniencia de grabar a m¨¢s artistas de fuera de Noruega pero, m¨¢s que nada, es un problema log¨ªstico. Como no tenemos capacidad para editar tanta cantidad de m¨²sica, prefiero centrarme en lo que tengo en mi alrededor. De todos modos, editamos discos de alguien como Dhafer Youssef (laudista tunecino) y espero que no sea el ¨²nico. -
IM est¨¢ editado por Jazzland/Universal.
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