La historia del desencuentro

Hay una frase que resuena ahora de manera especial, 13 a?os despu¨¦s de que fuera pronunciada por la infanta Elena el d¨ªa de su petici¨®n de mano: "Jaime no ha parado hasta que me ha convencido de que nos casemos". As¨ª contaba la hija mayor de los Reyes c¨®mo se hab¨ªa desarrollado su noviazgo, s¨®lo descubierto unos d¨ªas antes de ser oficial.

Marichalar padece secuelas f¨ªsicas de su problema vascular. le cambi¨® el car¨¢cter

Jaime lleg¨® a la vida de Elena en el momento oportuno. Ella trataba de olvidar su frustrado amor con el jinete Luis Astolfi pasando una larga temporada en Par¨ªs. Marichalar resid¨ªa en Par¨ªs porque trabajaba para una entidad bancaria en un puesto que apenas le daba para pagar un discreto apartamento. Pero el hijo de los condes de Ripalda gozaba de una gran popularidad entre los espa?oles que pasaban por la capital francesa por sus dotes de cicerone. Do?a Elena cay¨® rendida a las amabilidades de Marichalar, siempre dispuesto a acompa?arla. "Nos conocimos hace a?os", cont¨® do?a Elena, "pero luego nos enamoramos". La pareja, cuando todav¨ªa no lo era, hizo un viaje en grupo a Nepal. Pero Par¨ªs cambi¨® la relaci¨®n.

Doce a?os y medio de casados y apenas seis meses de novios es la historia en com¨²n de los duques de Lugo, que esta semana han anunciado de com¨²n acuerdo "el cese temporal de la convivencia", paso previo, a lo que, todo indica, ser¨¢ su separaci¨®n legal. Pero desde 2001 la pareja se ha visto acompa?ada por rumores de crisis. Cuando en la Navidad de ese a?o, Marichalar sufri¨® un problema vascular que puso en serio riesgo su vida, se hablaba de que los duques ten¨ªan problemas. Tras seis a?os de matrimonio y dos hijos en com¨²n, su vida hab¨ªa tomado rumbos distintos. Fuentes pr¨®ximas a la pareja aseguran que aquel suceso fren¨® cualquier decisi¨®n de ruptura. La Infanta y toda la familia real cerraron filas alrededor del enfermo. Tras el segundo accidente vascular en 2002 y unos meses de estancia en Nueva York para seguir un periodo de rehabilitaci¨®n, la pareja regres¨® a Madrid para intentar recomponer su relaci¨®n.

Marichalar sufr¨ªa y todav¨ªa padece secuelas f¨ªsicas de aquella dolencia, pero lo m¨¢s determinante ha sido su cambio de car¨¢cter. El duque se ve desde entonces inmerso en etapas de tristeza y depresi¨®n, que luego se transforman en semanas en las que desarrolla una actividad incesante y en las que aparca la cortes¨ªa para, por ejemplo, en una cena hablar sin tapujos de pol¨ªtica, moda y asuntos personales, creando a veces situaciones inc¨®modas.

La vida en pareja de la Infanta y su esposo tambi¨¦n se fue distanciando. Do?a Elena madruga mucho cada ma?ana, suele llevar a sus hijos al colegio, luego acude a montar a caballo al Club de Campo y m¨¢s tarde se va a trabajar al colegio que abri¨® con otras amigas. Le gusta estar en casa y se acuesta pronto. S¨®lo sale de noche si tiene que atender compromisos oficiales.

A Marichalar, en cambio, le gusta mucho la vida social y le fascina salir a cenar si puede todas las noches. Sus amistades con la modelo Nati Abascal y sus hijos o con otros famosos de la prensa del coraz¨®n nunca fueron bien vistas en el palacio de la Zarzuela.

Tras seis a?os de fallidos intentos, Elena, de 44 a?os, y Jaime, de 45, emprenden una vida por separado. Ella ha sido quien ha tomado la decisi¨®n. A ¨¦l no le ha quedado m¨¢s remedio que aceptar.