Adopci¨®n internacional de alto riesgo

La lamentable actuaci¨®n de la organizaci¨®n El Arca de Zo¨¦ en Chad puede provocar un incremento de las restricciones por parte de algunos pa¨ªses a los procesos de adopci¨®n internacional.

Seguramente, la finalidad del iluminado fundador de esta organizaci¨®n francesa, Eric Breteau, y sus colegas que participaron en la rocambolesca misi¨®n para "salvar vidas de ni?os desamparados" no pretend¨ªa que los 103 ni?os fueran adoptados en el pa¨ªs galo. Todo apunta a que sus m¨¦todos, absolutamente contrarios a los de cualquier ONG humanitaria, iban m¨¢s bien orientados a conseguir una evacuaci¨®n il¨ªcita de los menores, introducirlos en Francia como supuestos solicitantes de asilo y entregarlos en r¨¦gimen de acogida temporal a las familias que se hab¨ªan inscrito a trav¨¦s de la web de la organizaci¨®n en el programa "Operaci¨®n de evacuaci¨®n de los hu¨¦rfanos de Darfur". Sea como fuere, toda esta situaci¨®n est¨¢ da?ando la imagen y la credibilidad del sistema de adopciones internacionales.

Al a?o se realizan unas 45.000 adopciones internacionales. EE UU y Espa?a van en cabeza

Muchos ni?os guatemaltecos son separados violentamente de sus padres

La poblaci¨®n chadiana y sudanesa est¨¢ encolerizada. All¨ª, como en cualquier parte del mundo, no hay nada que pueda provocar tanta alarma social como el secuestro y tr¨¢fico de ni?os. Y a¨²n m¨¢s si algunas voces extremistas hacen correr el rumor de que El Arca de Zo¨¦ es un entramado dirigido por traficantes de pa¨ªses ricos con la finalidad de colocar los ni?os en las redes ilegales de adopci¨®n con destino a las familias europeas. La extraordinaria cobertura medi¨¢tica que amplifica todo lo acontecido a los ni?os, supuestamente hu¨¦rfanos de Darfur, est¨¢ incidiendo notablemente en la opini¨®n p¨²blica de otros muchos pa¨ªses africanos.

En Chad y Sud¨¢n, de acuerdo con la tradici¨®n musulmana, la adopci¨®n est¨¢ prohibida. No as¨ª en Congo, donde varias familias espa?olas vivieron el pasado verano una situaci¨®n de incertidumbre al desplazarse al pa¨ªs para recoger a sus hijos adoptados y encontrarse con la negativa inicial, luego subsanada, de nuestra embajada a entregarles el visado para sus hijos ante el riesgo de que hubiese habido tr¨¢fico de menores.

Ahora el ministro de Justicia de la Rep¨²blica del Congo, motivado por los acontecimientos de Chad, ha anunciado la suspensi¨®n de todos los procesos de adopci¨®n de ni?os congoleses, as¨ª como la sorprendente intenci¨®n de su Gobierno de investigar la situaci¨®n de los ni?os que ya han sido adoptados por familias espa?olas. Una muestra de la creciente inquietud y cautela que existe en varios pa¨ªses africanos respecto de las adopciones internacionales.

La adopci¨®n internacional siempre ha tenido defensores y detractores. M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica generada por sucesos como los de Chad, cabe recordar que la Convenci¨®n Internacional de los Derechos del Ni?o establece que todos los menores tienen derecho a conocer a sus padres y, en la medida de lo posible, a ser criados por ¨¦stos. De acuerdo con el enunciado del Convenio, Unicef sostiene que las familias que necesiten apoyo para mantener a sus hijos deber¨ªan recibirlo y s¨®lo tendr¨ªan que considerarse formas sustitutivas de cuidado de los ni?os en caso de no tener familiares, o de que no est¨¦n dispuestos o no sean capaces de hacerse cargo de ellos. En tal caso, lo ideal ser¨ªa que los ni?os crecieran en otro ¨¢mbito familiar de su pa¨ªs de origen. Si esto no fuera posible, la adopci¨®n internacional es una soluci¨®n preferible a su permanencia en orfanatos u otros centros de atenci¨®n institucional.

En las ¨²ltimas d¨¦cadas ha aumentado de forma muy significativa el n¨²mero de personas de pa¨ªses ricos deseosas de adoptar ni?os de otros pa¨ªses. Puede hablarse de un fen¨®meno internacional que ha avanzado de forma paralela al propio proceso de globalizaci¨®n econ¨®mica. Se estima que anualmente se realizan unas 45.000 adopciones internacionales. Los registros oficiales constatan que Espa?a es el segundo pa¨ªs con m¨¢s adopciones de este tipo, detr¨¢s de Estados Unidos. En 2006 los espa?oles adoptaron 4.472 ni?os procedentes de otros pa¨ªses, un 17% menos que el a?o anterior debido a las nuevas restricciones establecidas por China y Rusia, de donde llegan la mayor¨ªa de los peque?os adoptados por familias espa?olas.

En mayo de 1995 entr¨® en vigor el Convenio de La Haya sobre Protecci¨®n del Ni?o y Cooperaci¨®n en materia de Adopci¨®n Internacional que instaura un sistema de colaboraci¨®n entre los Estados para evitar el secuestro, la venta o el tr¨¢fico de menores. El objetivo principal del Convenio es asegurar que las adopciones internacionales se realicen garantizando el inter¨¦s superior del ni?o, pero tambi¨¦n favorece a los progenitores adoptivos al darles seguridades de que sus hijos no han sido objeto de pr¨¢cticas inadecuadas. La d¨¦cada larga de vigencia del Convenio ha aportado avances notables. Uno de ellos es la situaci¨®n de los menores separados de sus padres durante conflictos armados o desastres naturales. Actualmente se prioriza la necesidad de localizar a posibles familiares antes de plantearse la posibilidad de adopci¨®n. Con todo, la ineludible aplicaci¨®n rigurosa del Convenio por parte de los Estados ha sido muy desigual.

Guatemala es uno de los pa¨ªses que ratific¨® en 2002 el Convenio de La Haya pero que no lo ejecuta de conformidad con los buenos usos acordados internacionalmente. La ONG Casa Alianza, defensora de los derechos humanos, ha denunciado reiteradamente las graves anomal¨ªas de muchos procesos de adopci¨®n en virtud de los cuales los ni?os guatemaltecos son separados violentamente, y con todo tipo de enga?os, de sus padres. De hecho, varios pa¨ªses europeos, entre ellos Espa?a, decidieron ya hace unos a?os suspender todas las adopciones procedentes de Guatemala. Asimismo, Naciones Unidas, ante las nuevas denuncias de corrupci¨®n de abogados y notarios implicados en el lucrativo tr¨¢fico de menores con destino a Estados Unidos, ha solicitado recientemente al Gobierno guatemalteco que suspenda todos los procesos de adopci¨®n de ni?os hasta que se modifiquen las reglas de adopci¨®n en el pa¨ªs.

La comunidad internacional ha de hacer todo lo posible para erradicar el mal llamado "negocio de la adopci¨®n" que viola los derechos fundamentales de los ni?os y de sus familias principalmente en los pa¨ªses pobres. Esperemos que la crisis de Chad no sea utilizada demag¨®gicamente por algunos Gobiernos para introducir restricciones a la adopci¨®n internacional con finalidades superfluas y que en nada contribuyan al cumplimiento del Convenio de La Haya y a las buenas pr¨¢cticas de actuaci¨®n derivadas del mismo. En cambio, es absolutamente imprescindible que los Gobiernos tengan la determinaci¨®n de impulsar legislaciones y normativas espec¨ªficas sobre la adopci¨®n internacional que aseguren en toda circunstancia la protecci¨®n de los menores. Al mismo tiempo, deben aprovecharse estas reformas para solucionar las burocracias ineficaces que tanto perjuicio y frustraci¨®n ocasionan a los futuros padres cuando emprenden un proceso de adopci¨®n.

El proyecto de ley sobre adopci¨®n internacional que el Gobierno espa?ol aprob¨® el pasado mes de junio es un paso adelante en esta obligaci¨®n de aportar m¨¢s garant¨ªas para padres y menores. Algunas de las disposiciones que incorpora refuerzan los compromisos ya adquiridos en los tratados internacionales firmados por Espa?a. En otros aspectos, se aportan mejoras como la ampliaci¨®n del periodo de vigencia del certificado de idoneidad de dos a tres a?os, espacio de tiempo que se ajusta mucho m¨¢s a la duraci¨®n real del procedimiento de adopci¨®n.

Uno de los puntos d¨¦biles del proyecto de ley es que no reconoce en su integridad la complejidad del trabajo de las entidades colaboradoras de adopci¨®n internacional (ECAI). Tampoco insiste suficientemente en la labor de apoyo que estas entidades deben prestar a las familias. ?stas esperan que las ECAI no sean s¨®lo simples gestoras administrativas, sino tambi¨¦n sus acompa?antes y asesoras en esta carrera de obst¨¢culos en la que normalmente se convierte el largo y duro camino hasta la llegada de sus hijos adoptivos.

Una ley tan relevante como la de adopci¨®n internacional debe suscitar un consenso amplio entre las diferentes fuerzas parlamentarias y recibir las contribuciones de unas y otras para que el proyecto presentado por el Gobierno quede mejorado sustancialmente en su actual recorrido parlamentario. Es el momento para que nuestros representantes establezcan un marco legislativo que dote de las m¨¢ximas garant¨ªas a nuestro sistema de adopci¨®n internacional.

Ignasi Carreras es director del Instituto de Innovaci¨®n Social de Esade.