Colombia y Mutis
Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y ?lvaro Mutis, grandes escritores de Colombia, son fen¨®menos ¨²nicos que corresponden a la tradici¨®n nacional e internacional obligada en su formaci¨®n de infancia y ya luego elegida gozosamente. Al principio est¨¢n los poetas Jos¨¦ Asunci¨®n Silva y Porfirio Barba Jacob, los novelistas Jorge Isaacs (?h¨¦las!), Julio Fl¨®rez (?otro h¨¦las!), y Jos¨¦ Eustasio Rivera, la desechable y divertida "ret¨®rica neocl¨¢sica" (Guillermo Valencia), los exc¨¦ntricos (Le¨®n de Greiff), y los contempor¨¢neos o casi, el narrador ?lvaro Cepeda Zamudio y los poetas Aurelio Arturo, Eduardo Cote Lemus, Jaime Jaramillo Escobar. Despu¨¦s, aunque los nieguen por completo, y a¨²n m¨¢s si as¨ª lo hacen, Garc¨ªa M¨¢rquez y Mutis son la gran referencia literaria de las generaciones siguientes en Colombia, no porque los imiten sino porque es imposible no tomar en cuenta sus obras y sus actitudes.
Cito en desorden y a sabiendas de que me arrepentir¨¦ de las exclusiones. Hoy la literatura colombiana dispone de escritores muy diversos unificados por la seriedad con que asumen el oficio: William Ospina, Dar¨ªo Jaramillo, Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Juan Gustavo Cobo Borda, H¨¦ctor Abad Faciolince... Esta literatura toma muy en cuenta las interminables realidades tr¨¢gicas de su pa¨ªs, pero no se deja dominar por ellas, y nunca es una mera correa de transmisi¨®n de los procesos de desintegraci¨®n. Es, sucintamente, literatura.
Viajero sobre las grandes aguas
Me concentro en la poes¨ªa de ?lvaro Mutis (Colombia, 1923) y desatiendo su obra narrativa, tan valorada (La nieve del almirante, Ilona llega con la lluvia, Un bel morir, La ¨²ltima escala del Tramp Steamer y La muerte del estratega, entre otros libros). Como sea, tambi¨¦n en la narrativa el sustento idiom¨¢tico, metaf¨®rico, imaginativo de Mutis le viene de la poes¨ªa, para ¨¦l la mayor de las artes.
Al mencionar a un "viajero por el pasado" no me refiero a excursi¨®n alguna por el tiempo, sino al recorrido por lugares, ¨¦pocas, atm¨®sferas que le resultan a Mutis su repertorio de lo contempor¨¢neo, tr¨¢tese de una caravana al oeste de Bengala, de los Hospitales de Ultramar, del fest¨ªn del rey Baltasar y sus banquetes como bestias, de las batallas de los h¨²sares:
"Gloria del h¨²sar disuelta en alcoholes de interminable aroma.
Fe en su andar cadencioso y grave,
en el ritmo de sus poderosas piernas forradas en pa?o azul marino.
Sus luchas, sus amores, sus duelos antiguos, sus inefables ojos, el golpe certero de sus enormes guantes,
son el motivo de este poema".
Por asociaci¨®n de la memoria, la obra de Mutis suele remitir al ¨¦nfasis versicular de Neruda y St. John Perse, pero en este caso el tono ¨¦pico se compone de haza?as sin la grandilocuencia de los estandartes, de atenci¨®n a lo casi siempre inadvertido, no los generales sino los soldados, no los actos de poder sino el sue?o de los seres y las cosas, no las fechas consagradas sino los trabajos perdidos, no el relato del caudillo sino el rumor difuso de las batallas:
"?Qui¨¦n ve a la entrada de la ciudad
la sangre vertida por antiguos guerreros?
?Qui¨¦n oye el golpe de las armas
y el chapoteo nocturno de las bestias?
?Qui¨¦n gu¨ªa la columna de humo y dolor
que dejan las batallas al caer la tarde?
Ni el m¨¢s miserable, ni el m¨¢s vicioso,
ni el m¨¢s d¨¦bil y olvidado de los habitantes
recuerda algo de esta historia".
En su poes¨ªa, Mutis se aparta del ¨¦nfasis narrativo, y se propone contar, cantar, describir la grandeza de esa batalla ¨²ltima, la del idioma que nunca es el mismo porque lo renuevan las combinaciones de palabras (nadie se adentra dos veces en el mismo poema de modo igual) y el modo en que los temas son de principio a fin, de fin a principio, el desencadenarse de las im¨¢genes:
"Y sin embargo el mito est¨¢ presente,
subsiste en los rincones donde los mendigos
inventan una temblorosa cadena de placer,
en los altares que muerde la polilla
y cubre el polvo con manso y terso olvido
en las puertas que se abren de repente
para mostrar al sol su opulento torso
de mujer que despierta entre naranjos...".
De De la ciudad
La ¨¦pica de ?lvaro Mutis es, de modo estricto, la de las met¨¢foras que rodean y encumbran a los personajes ("Sus heridas se secaron, tambi¨¦n sus ropas se secaron, se sec¨® su piel y el Gaviero segu¨ªa inm¨®vil"), la de la voz ¨²nica que no ensalza los poderes de la Historia, sino los de la poes¨ªa. Al leer a Mutis se perciben la educaci¨®n furiosamente literaria, el placer por la vitalidad de la poes¨ªa, la conciencia del fluir del tiempo como registro de los s¨ªmbolos y las palabras, y el registro de la muerte, met¨¢fora fundacional, sentido del viaje. -
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