Un diamante es para el futuro
El Museo Textil de Barcelona muestra la reciente evoluci¨®n de la orfebrer¨ªa
La aspiraci¨®n a la eternidad y el mito de la joya sin tiempo y de la joya para siempre son conceptos relativamente recientes.
Aparecieron en la miseria y la inseguridad de la posguerra, junto con la idea del 'bien refugio', y convirtieron la alhaja en un objeto que reforzaba v¨ªnculos y acontecimientos, tal y como resum¨ªa la c¨¦lebre campa?a Un diamante es para siempre, lanzada en 1948, por la firma surafricana De Beers, el mayor productor mundial de las preciadas gemas. Hasta el siglo XIX, el destino de las joyas era ser desmontadas y recicladas en nuevas piezas m¨¢s acordes con la moda dominante, una pr¨¢ctica que vuelven a utilizar los orfebres del siglo XXI.
Los metales nobles no desaparecen, pero pierden protagonismo
"La joyer¨ªa como forma de investigaci¨®n art¨ªstica conecta con las primeras vanguardias del siglo XX y es una pr¨¢ctica que acent¨²a su connotaci¨®n temporal, que concentra en el objeto pensamientos, estados de ¨¢nimos y provocaciones de una determinada personalidad art¨ªstica y su percepci¨®n del Zeitgeist, el esp¨ªritu del tiempo", afirma Maria Cristina Bergesio, comisaria de la exposici¨®n Timetales. Percepci¨®n del tiempo en la joyer¨ªa de investigaci¨®n, abierta en el Museo Textil de Barcelona, hasta el 6 de enero. Se trata de la tercera exhibici¨®n del ciclo Lucca Preziosa, organizada por Le Arti Orafe de Florencia, una de las escuelas de orfebrer¨ªa m¨¢s importantes de Italia, que en esta ocasi¨®n aborda la funci¨®n mnem¨®nica de la joya y su capacidad de concentrar memorias colectivas, recuerdos personales y multiformes est¨ªmulos visuales y metaf¨®ricos.
Los 11 artistas seleccionados despliegan una nueva idea de lo precioso que delata la dr¨¢stica evoluci¨®n de la orfebrer¨ªa en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Los metales nobles, encabezados por el oro, no desaparecen pero pierden protagonismo y diamantes, esmeraldas, rub¨ªes y otras gemas, dejan paso a piedras duras, elementos org¨¢nicos y materiales corriente, de uso cotidiano, sacados de su contexto, reelaborados y reinterpretados hasta perder sus connotaciones originales.
Es el caso de los enigm¨¢ticos capullos de gusano de seda que, con elementos tubulares parecidos a peque?as arterias, la holandesa Katja Prins convierte en min¨²sculos corazones-broches, o de los huesitos de pollo que la berlinesa Jivan Astfalck monta con perlas e hilo de oro en delicados collares, hasta conseguir que parezcan un raro tipo de coral n¨ªveo. "No se trata s¨®lo del material, m¨¢s de c¨®mo se utiliza, de c¨®mo se trabaja", indica Bergesio. Confirman sus palabras las figuritas en oro coloreado con pigmentos de Giampaolo Babetto, extrapoladas de los frescos del pintor manierista florentino Jacopo Carrucci, conocido como el Pontormo; los broches de formas irregulares, parecidos a peque?os restos arqueol¨®gicos de Stefano Marchetti, realizados tejiendo oro y plata seg¨²n antiguas t¨¦cnicas japonesas.
Tambi¨¦n los collares de cobre de la alemana Vera Siemund, que reproducen las formas del siglo XIX, el siglo sin estilo, siguiendo un proceso de grabado y esmaltado industrial; y finalmente los prendedores del ¨²nico espa?ol de la selecci¨®n, Ram¨®n Puig, que remiten a la legendaria y m¨ªtica Atl¨¢ntida, con ensamblajes de dibujos, trocitos de conchas, maderas, huesos y metales, que parecen conformar peque?os mapas para encontrar lugares m¨¢gicos y misteriosos.
A pesar de que ya se han superado los excesos de la d¨¦cada de 1990, el gran debate de la orfebrer¨ªa contempor¨¢nea sigue siendo el l¨ªmite de su llevabilidad. Por un lado se alinean quienes consideran que la joyer¨ªa de investigaci¨®n ofrece nuevas posibilidades interpretativas de la realidad y por ello deriva necesariamente hacia la escultura y la instalaci¨®n. Por otro, quienes sostienen que, si bien se puede desafiar el concepto de ornamento, si la alhaja no se puede llevar pierde su funci¨®n y su especificidad. Seg¨²n Gi¨° Carboni, director de la escuela Le Arti Orafe, "para los orfebres el reto est¨¢ precisamente en empujar lo m¨¢s posible los l¨ªmites que implican la dimensi¨®n y el peso para generar objetos innovadores que a la vez se puedan llevar".
Como ejemplo de un arte h¨ªbrido, que roza incluso la performance, est¨¢ el Chew your own brooch (Mastica tu propio broche), del holand¨¦s Ted Noten, formado por un chicle, una cajita y las instrucciones, que invitan el comprador a masticarlo hasta alcanzar la forma deseada, ponerlo en la cajita y llevarlo a la joyer¨ªa, donde lo recubrir¨¢n con el metal elegido.
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