Los motores rugen en Montju?c

Xavi tiene cuatro a?os y ayer se peg¨® un susto de muerte. Fue culpa de Manu Rivas, un madrile?o afincado en Murcia que puso patas arriba el Palau Sant Jordi subido a una Kawasaki de motocross en la tercera ronda del Supercross de Barcelona. Hasta ese momento, Xavi hab¨ªa disfrutado de las dos primeras mangas como el motero m¨¢s devoto. Albert, su padre, aficionado a salir en moto los fines de semana, se llev¨® a Montju?c al cr¨ªo y a Silvia, su esposa. El Sant Jordi congreg¨® la flor de la crema del motocross y el freestyle en moto de todo el mundo.

Como no pod¨ªa ser de otra forma, Barcelona, una de las ciudades con m¨¢s motos del mundo, se apunt¨® a la juerga, y los 13.200 asistentes se lo pasaron bomba. Primero con las carreras, y m¨¢s tarde con las acrobacias m¨¢s extremas de los motovoladores del freestyle.

Cualquier desajuste en la moto, por peque?o que sea, puede ser un le?azo

"Me ca¨ª desde 12 metros, me fractur¨¦ la pelvis y sufr¨ª una hemorragia interna"

Backflip Tembleque: salto mortal hacia atr¨¢s moviendo el manillar de la moto

"A Xavi no le asustan las motos, y las piruetas le encantan. Le ha impactado m¨¢s el griter¨ªo de la gente que el ruido de los motores", explica Silvia, su madre.

Antes de meterse en la arena y lanzarse por las rampas a 15 metros de altura, cada corredor repasa su material. Cualquier desajuste en la moto, por peque?o que sea, puede suponer un le?azo que normalmente degenera en alguna fractura. Y lo que es peor, en ?no poder ir en moto! ?Nervios?, le preguntan a Jos¨¦ Miralles mientras ajusta a medida el manillar de su KTM. "En el Sant Jordi, siempre", responde el Loco, encaramado a su moto, completamente naranja, neum¨¢ticos incluidos. "Hay que liarla... ?no?", anima Miralles. Vaya si se li¨®.

Rivas se clasific¨® para la final de forma brillante. Gan¨® las dos primeras carreras casi sin apuros y por delante de Nick Wey, el estadounidense de KTM que ya hab¨ªa ganado aqu¨ª dos veces (2000 y 2004). Wey ya hab¨ªa advertido de las dificultades con las que se iba a encontrar en esta pista, redise?ada especialmente para la edici¨®n de este a?o: "No ser¨¢ f¨¢cil ganar aqu¨ª porque el circuito es m¨¢s sencillo que en ocasiones anteriores, y eso lo que hace es igualar las cosas". Sin embargo, la mejor versi¨®n del norteamericano estuvo escondida hasta el momento justo: la final. All¨ª, beneficiado por un toque de Rivas en la salida que le embotell¨® entre la mara?a de motos, domin¨® la serie de cabo a rabo y se impuso de nuevo. Ya lleva tres. El espa?ol cruz¨® la meta volante en cuarta posici¨®n, igualando el resultado que consigui¨® el a?o pasado. "En las dos primeras mangas me he esforzado demasiado y lo he pagado en la final. Todo ir¨¢ mejor de aqu¨ª en adelante", dijo Rivas, que la pr¨®xima temporada tomar¨¢ parte en el campeonato estadounidense, donde se miden los mejores especialistas del mundo de esta disciplina.

Resueltas las series de velocidad, el Sant Jordi se puso las motos de freestyle por montera. Con su salto favorito, el Lazy Boy, Sidney de Andr¨¦s volvi¨® a volar m¨¢s de un a?o despu¨¦s de sufrir un accidente que casi le cuesta la vida -"me ca¨ª desde 12 metros de altura, me fractur¨¦ la pelvis y sufr¨ª una hemorragia interna", recuerda.

Por m¨¢s que ya sea un cl¨¢sico, el Backflip Tembleque (un salto mortal hacia atr¨¢s moviendo el manillar de la moto de un lado para el otro) de Miralles siempre surge efecto entre el p¨²blico. "Yo ya estoy un poco cansado de hacerlo, pero la gente me lo pide, y yo estoy para ofrecerles lo que quieren".

Tambi¨¦n estuvo el norteamericano Beau Bamburg, el primero que mostr¨® al p¨²blico barcelon¨¦s lo que era un Back Flip. Y, c¨®mo no, tambi¨¦n Dani Torres, la nueva joya del freestyle espa?ol, que esta vez no pudo hacer nada m¨¢s que admirar la segunda serie de saltos del norteamericano Nate Adams, que se subi¨® al caj¨®n m¨¢s alto, am¨¦n de dos saltos perfectos: un Back Flip No Hands (un mortal soltando el manillar) y un Cliffhanger (llevar las botas al manillar y mantener el cuerpo lo m¨¢s vertical posible).

Uno de los que m¨¢s aplaudi¨® fue Xavi, quien, tras el susto del principio, tuvo la suerte de ver c¨®mo el Sant Jordi se puso ayer ruedas arriba.