Los apagones sit¨²an a Fenosa bajo el fuego de las cr¨ªticas en Nicaragua
La crisis energ¨¦tica del pa¨ªs obliga a racionar la luz pese a la ira de la poblaci¨®n
Al caer la noche, desde el despacho de Jos¨¦ Luis G¨®mez, en el piso noveno de un edificio de Managua, la panor¨¢mica de la ciudad est¨¢ repleta de manchas negras donde no hay luz. Ni una farola, ni un sem¨¢foro, ni una ventana iluminada. Es una visi¨®n perfecta de los apagones que diariamente dejan a oscuras amplias zonas de la capital nicarag¨¹ense. Jos¨¦ Luis G¨®mez Pascual es el vicepresidente ejecutivo de Uni¨®n Fenosa, empresa espa?ola que controla la distribuci¨®n el¨¦ctrica en Nicaragua y blanco de las iras de sus habitantes. En los barrios ricos no hay apagones, gracias a los ruidosos generadores.
El presidente de la Rep¨²blica no ahorra insultos contra la el¨¦ctrica espa?ola
Desde junio pasado, la crisis energ¨¦tica en este pa¨ªs centroamericano obliga a Uni¨®n Fenosa a racionar el suministro el¨¦ctrico a 80 Megavatios. Los cortes de luz duran cinco horas en Managua, y hasta siete en el resto del pa¨ªs. El 35% de Nicaragua no est¨¢ electrificado.
"En los ¨²ltimos 10 a?os no se ha invertido en generaci¨®n. No se ha construido una sola planta, y la demanda ha crecido un 4% anual", trata de explicar Jos¨¦ Luis G¨®mez. Al aumento del precio del petr¨®leo, del que depende en gran medida la energ¨ªa nicarag¨¹ense, hay que a?adir las aver¨ªas, por falta de mantenimiento, en una planta geot¨¦rmica y una planta t¨¦rmica, que quedaron fuera de servicio durante varios meses. Y el a?o pasado hubo una sequ¨ªa tremenda. "Resultado: nos quedamos sin reservas", se?ala G¨®mez.
Las organizaciones de consumidores y un sinf¨ªn de asociaciones civiles llevan a cabo una intensa campa?a contra la empresa espa?ola, que han rebautizado como Uni¨®n Penosa. El Tribunal Permanente de los Pueblos, sucesor de los tribunales Rusell que juzgaron cr¨ªmenes de lesa humanidad, realiz¨® en octubre pasado en Managua una sesi¨®n simb¨®lica de tres d¨ªas en el auditorio de la Universidad, por la que desfilaron unos 600 testigos contra Uni¨®n Fenosa.
La labor pedag¨®gica de la empresa para tratar de explicar las causas t¨¦cnicas de los apagones ha tenido escaso ¨¦xito. Muchos nicarag¨¹enses no distinguen entre generaci¨®n, transmisi¨®n y distribuci¨®n el¨¦ctrica. Saben, eso s¨ª, que la factura de la luz la cobraba antes la Empresa Nicarag¨¹ense de Electricidad (Enel) y hoy lleva el membrete de Uni¨®n Fenosa. Saben tambi¨¦n que el Megavatio/hora cuesta 111,7 d¨®lares (75,32 euros), la tarifa m¨¢s cara de Am¨¦rica Latina, salvo Panam¨¢, en un pa¨ªs con una renta de 607 euros anuales, y donde el 25% del ingreso medio de la poblaci¨®n se lo lleva el coste de la energ¨ªa. La compa?¨ªa esgrime que el Megavatio/hora le cuesta 143,9 d¨®lares (97,03 euros), lo que genera una brecha entre el coste real de la energ¨ªa y el coste reconocido en tarifa que, a 30 de septiembre de 2007, ascend¨ªa a 15,37 millones de euros.
Privatizaci¨®n
En septiembre de 2000, Enel fue privatizada y qued¨® en manos de Uni¨®n Fenosa, ¨²nica oferente en la licitaci¨®n, que pag¨® 77,5 millones de euros por el 95% de las distribuidoras del monopolio estatal. El proceso privatizador fue controvertido, con dos recursos de inconstitucionalidad. El Gobierno del derechista Arnoldo Alem¨¢n se hab¨ªa comprometido ante los organismos financieros multilaterales a completar la privatizaci¨®n del sector el¨¦ctrico para poder captar desembolsos de asistencia econ¨®mica. Desde su aterrizaje en Nicaragua, Uni¨®n Fenosa asegura haber invertido 132,8 millones de euros.
El presidente de la Rep¨²blica, Daniel Ortega, del Frente Sandinista, no ahorra insultos para denostar a Uni¨®n Fenosa. "Cada vez que el Gobierno nos agrede, el robo de energ¨ªa aumenta y el pago cae", comenta Jos¨¦ Luis G¨®mez. En el mercado oriental de Managua, el m¨¢s grande de Centroam¨¦rica, puede encontrarse de todo, incluidos cables y medidores de luz robados a Uni¨®n Fenosa. De los 8.000 clientes te¨®ricos que hay en este mercado gigantesco, apenas un 10% paga la factura el¨¦ctrica. Robos, asaltos a oficinas y almacenes de Uni¨®n Fenosa, secuestro de brigadas de la compa?¨ªa, manipulaci¨®n de redes, extorsi¨®n... son moneda corriente, seg¨²n denuncian los directivos de la compa?¨ªa.
La morosidad alcanza dos millones de d¨®lares, e incluye a pobres y ricos. No pagan los pobladores de asentamientos marginales sin t¨ªtulo de propiedad, que se cuelgan de la red en condiciones de alto riesgo. Ni muchos de los que viven en barrios adinerados, donde tambi¨¦n es habitual el robo de energ¨ªa y la manipulaci¨®n de contadores. Empresas, instituciones respetadas, pol¨ªticos y empresarios poderosos engrosan la lista de impagados. En Nicaragua el fraude de energ¨ªa el¨¦ctrica no es delito, por lo que s¨®lo es perseguido administrativamente. Cada mes, Uni¨®n Fenosa denuncia en la televisi¨®n alg¨²n caso de fraude energ¨¦tico, con nombre y apellidos. Salen aquellos que no son amigos de nadie, pero los peces gordos quedan a buen recaudo.
Desde hace meses, Uni¨®n Fenosa y las autoridades nicarag¨¹enses negocian un Protocolo de Entendimiento que, seg¨²n la compa?¨ªa, va por buen camino. Si pudiera, el Gobierno recomprar¨ªa la empresa o la sacar¨ªa del pa¨ªs. Algunos funcionarios insin¨²an la adquisici¨®n de la empresa por parte del Estado, con fondos procedentes de Venezuela. Hoy por hoy, parece una quimera. "Estamos condenados a continuar con este matrimonio aunque nos caigamos mal. Una salida de Uni¨®n Fenosa nos hipotecar¨ªa", razona el diputado Agust¨ªn Jarqu¨ªn, aliado del Frente Sandinista.
La empresa, por su parte, quiere seguir en Nicaragua. En palabras de Jos¨¦ Luis G¨®mez: "Estamos a la espera de una respuesta inminente del Gobierno, y de que nos d¨¦ una segunda oportunidad".
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