Otro fiasco en Alemania
El Madrid se jugar¨¢ su futuro ante el Lazio tras caer ante un Werder que no cont¨® con sus mejores futbolistas
El Madrid sali¨® de Alemania tan herido como de costumbre, con un costur¨®n que le obliga a dar m¨¢xima prioridad a su partido del pr¨®ximo d¨ªa 11 ante el Lazio. Varios despistes parvularios, otros tantos desajustes defensivos y su desgobierno en el medio campo le condujeron a la derrota frente a un equipo sin alardes, sin sus mejores jugadores.
WERDER BREMEN 3 - REAL MADRID 2
Werder Bremen: Vander; Fritz (Tosic, m. 6), Mertesacker, Naldo, Pasanen; Vranjes, D. Jensen, Baumann, Hunt (Harnik, m. 75); Sanogo (C. Alberto, m. 85) y Rosenberg. No utilizados: Pellatz; Schindler, Artmann y Borowski.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Metzelder, Marcelo; Diarra, Gago (Higua¨ªn, m. 60); Guti, Robinho (Robben, m. 74); Ra¨²l y Van Nistelrooy. No utilizados: Dudek; Torres, Baptista y Saviola.
Goles: 1-0. M. 4. Rosenberg. 1-1. M. 13. Robinho. 2-1. M.39. Sanogo. 3-1. M. 58. Hunt. 3-2. M 70. Van Nistelrooy.
?rbitro: Pieter Vink (Holanda). Amonest¨® a Hunt, Pepe, Sergio Ramos y Diarra.
43.000 espectadores en el Weserstadium.
Cada cita en tierras germanas es un suplicio, con una victoria en 22 partidos
Un Werder Bremen sostenido por la receta que etiqueta al f¨²tbol alem¨¢n desde que este juego existe: tes¨®n, fe y m¨²sculo. Con su patinazo de ayer, frente a los romanos el Madrid tendr¨¢ que echar mano de la calculadora. Una victoria le asegurar¨ªa el primer puesto de grupo, el empate le asegura al menos el cruce de fase y una derrota le dejar¨ªa en manos de las matem¨¢ticas.
El partido arranc¨® con un tanto que revel¨® la cl¨¢sica anemia alemana del Real Madrid. El gol del cojo. El asunto se inici¨® cuando Fritz, lateral derecho del Werder, sinti¨® un tir¨®n al cortar un avance de Robinho. El chico se sinti¨® dolorido al instante pero, alem¨¢n ¨¦l, se mantuvo a pie de obra. Baumann, el capit¨¢n, advirti¨® la circunstancia y reclam¨® un masajista para su compa?ero. En pleno viaje del curandero hacia Fritz, ¨¦ste, como si llevara una pr¨®tesis aliviadora, despeg¨® por la orilla derecha con una voluntad de hierro y una pierna a cuestas, y ante la atenta mirada de Robinho, que padeci¨® un ataque de pereza o no tuvo fe en el cojo Fritz. El brasile?o, como su compatriota Marcelo, otro mir¨®n de la jugada, deber¨ªa repasar el ecosistema alem¨¢n, en el que no cabe la rendici¨®n. Finalmente, el centro de Fritz super¨® a Pepe, que se encogi¨® de mala manera, y el sueco Rosenberg, al estilo de Rub¨¦n Cano en Belgrado hace justamente ahora 30 a?os, remat¨® a la red con un golpe de tibia. Segundos despu¨¦s, con el deber cumplido, Fritz se fue a la enfermer¨ªa y dej¨® sitio a Tosic.
La ¨¦pica del lateral alem¨¢n no s¨®lo puso en evidencia al Madrid, sino que destempl¨® a los dos centrales. Con Cannavaro en el hotel por problemas g¨¢stricos, Pepe y Metzelder pasaron una noche horrible ante el poderoso Sanogo y el velocista Rosenberg. Un duelo demasiado alem¨¢n para el Madrid, con el Werder a un alto voltaje en todas las zonas del campo. Hasta que Ra¨²l dio moment¨¢neamente con la p¨®cima. A espaldas de Van Nistelrooy, el capit¨¢n espa?ol se enquist¨® entre sus centrocampistas y el Madrid equilibr¨® las fuerzas en el eje. El equipo alem¨¢n perdi¨® el hilo con la pelota, emergieron Gago y Guti y el partido vir¨®. Con el Madrid al mando y el Werder marcha atr¨¢s se reconcili¨® Robinho, autor de un gol tantas veces patentado por Henry en el Arsenal. Desde el pico izquierdo del ¨¢rea de Vander, el brasile?o ech¨® un vistazo al portero local, tir¨® mentalmente de escuadra y cartab¨®n y enrosc¨® la pelota con delicioso y preciso toque con el pie derecho. El bal¨®n, curvado por el efecto, super¨® al gigant¨®n Vander. Todo un azote para el Bremen, que sin sus cuatro mejores futbolistas -Wiese, Frings, Borowski y Diego- se desinfl¨®. O, al menos eso pareci¨®. Falsa impresi¨®n.
Con los equipos alemanes nunca nada es lo que parece. Hace siglos que lo padece el Madrid, para el que hist¨®ricamente cada cita en Alemania le resulta un suplicio. Lo mismo da que no se trate de equipos con la clase del Bolshoi. No importa que carezcan de imaginaci¨®n, que su f¨²tbol resulte sider¨²rgico. Cuando m¨¢s confiado est¨¢ el enemigo, cuando todo apunta a un desplome general alguien resucita. Ya sea alem¨¢n o sueco acunado en la Bundesliga, caso de Rosenberg, que en pleno gobierno visitante ret¨® a Gago a un esprint por la banda derecha que dej¨® a dos calles al argentino. De nuevo por la banda derecha, como en la carrera de Fritz. Y, otra vez, sin noticias de Marcelo, perdido qui¨¦n sabe d¨®nde. Metzelder fue en ayuda de Gago, pero con poca decisi¨®n. Al pase de Rosenberg respondi¨® el marfile?o Sanogo con un soberbio remate, imposible para Casillas. La nueva ventaja del Werder alter¨® el encuentro hasta el final. El partido se disloc¨®, el Madrid se parti¨® y todo qued¨® a merced de la ruleta. Y los alemanes tambi¨¦n son expertos en sacar ventaja en encuentros de ida y vuelta, cuando no se sienten abrumados por el talento que suele prevalecer en sus adversarios. El Madrid lo tiene, pero no lo exhibi¨®. Gago, Diarra y dem¨¢s centrocampistas fueron fulminados por las tanquetas rivales, los defensas perdieron cada asalto en el cuerpo a cuerpo y el Bremen impuso su autoridad por las bravas. Ramos, bajo el larguero, evit¨® otro gol de Sanogo. En medio de la anarqu¨ªa general pudo remediar el marcador Van Nistelrooy, pero el holand¨¦s fall¨® el gol m¨¢s sencillo de su carrera y su remate en solitario ante el meta alem¨¢n se estrell¨® en el grader¨ªo. Cuando acert¨® en la jugada del 3-2, el equipo de Thomas Schaaf ya negociaba la ventaja que le hab¨ªa dado el tosco Hunt, favorecido por el en¨¦simo despiste de Marcelo, que no se aline¨® como es debido al tirar el fuera de juego con sus compa?eros de l¨ªnea. Y el Madrid de nuevo condenado en Alemania. Ahora le tocar¨¢ sufrir.
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