Tremendo Fassbinder
Se publican la versi¨®n remasterizada de la serie Berlin Alexanderplatz y dos recopilaciones de la vasta obra del pionero del Nuevo Cine Alem¨¢n.
Su duraci¨®n la hace monumental, pero en realidad las quince horas y media que dura Berlin Alexanderplatz (Rainer Werner Fassbinder, 1980) est¨¢n dedicadas a reconstruir con terca minuciosidad apenas 18 meses en la vida de un hombrecillo, Franz Biberkopf (magn¨ªfico G¨¹nter Lamprecht), que ha salido de la c¨¢rcel en el veranio de 1927 con el prop¨®sito de convertirse en un hombre nuevo, alejado del compulsivo que le llev¨® a matar a Ida (Barbara Valentin), su amante, cuatro a?os atr¨¢s. En este sentido, tanto la novela de Alfred D?blin que le inspira como esta serie de televisi¨®n "en 13 partes y un ep¨ªlogo", seg¨²n reza el inicio de cada episodio, es una historia sobre la redenci¨®n y la imposibilidad de ser un buen hombre en la corrupta Rep¨²blica de Weimar, dentro del microcosmos social de Alexanderplatz, barrio berlin¨¦s obrero de los a?os veinte y m¨¢s tarde punto de control de la Berl¨ªn dividida.
Fassbinder (Bavaria, 1945-1982) nunca fue un cineasta al uso, as¨ª que de ¨¦l no pod¨ªa esperarse una serie al uso y lo cierto es que procura nadar en la direcci¨®n contraria. Mientras las reglas de la televisi¨®n imponen que cada episodio es una unidad narrativa dependiente del todo, que debe saturar por una acumulaci¨®n de acontecimientos que no permiten que la acci¨®n decaiga, Fassbinder usa el tiempo para escudri?ar a fondo y sin restricciones, tom¨¢ndose libertades como el cuarto cap¨ªtulo (titulado Un pu?ado de gente en las profundidades del silencio), en el que la acci¨®n no avanza ni un mil¨ªmetro, o incluir un ep¨ªlogo de dos horas totalmente desconcertante que aparece desvinculado del estilo narrativo de la serie y da pistas que redimensionan el todo. A lo largo de sus 940 minutos penetra hasta la intimidad del personaje, lo revisa desde todos los ¨¢ngulos, y tambi¨¦n explora su entorno, ese barrio agitado, econ¨®micamente en crisis, y los personajes que se acercan a Biberkopf: Mieze, la ni?a prostituta que le ama (jovenc¨ªsima Barbara Sukowa); Eva, una antigua amante (Hanna Schygulla, actriz fetiche del director) y Reinhold Hoffmann (Gottfried John), el hombre que le despierta sus m¨¢s escondidos secretos homoer¨®ticos.
"Lo crucial de Berlin Alexanderplatz no est¨¢ en la historia sino en la estructura", hab¨ªa declarado Fassbinder en el momento de su emisi¨®n para enfatizar que en sus manos el libro no hab¨ªa perdido su esencia. Y es que la novela de D?blin ha pasado a la historia de la literatura alemana como un importante basti¨®n del modernismo. Rompe con la figura tradicional del h¨¦roe e introduce como parte de su propia narrativa letras de canciones, noticias de los peri¨®dicos e incluso onomatopeyas de sonidos cotidianos de la ciudad. Todo ello le daba un car¨¢cter marcadamente cinematogr¨¢fico. De hecho, el mismo D?blin colabor¨® en el gui¨®n de cine que Piel Jutzi hizo en 1931, apenas a tres a?os de su publicaci¨®n.
Contrariamente a lo que pudiera pensarse, la serie Berlin Alexanderplatz no tuvo buena acogida durante su primera emisi¨®n en Alemania pero en Estados Unidos se convirti¨® en obra de culto al instante y le allan¨® el terreno a Fassbinder para sus incursiones en Hollywood. El joven cineasta alem¨¢n Tom Tykwer (Corre, Lola, corre) recuerda que, a?os despu¨¦s, los alemanes compraban la obra en formato VHS en Estados Unidos porque en Alemania no estaba editada. Rodada en 16 mil¨ªmetros y pasada luego al formato de televisi¨®n, la calidad de la imagen nunca fue ¨®ptima. Por iniciativa de la Fundaci¨®n Fassbinder y Bavaria Media, bajo la supervisi¨®n de Xaver Schwarzenberger, el director de fotograf¨ªa, se procedi¨® a recuperarla para el formato digital a 25 a?os de la muerte del c¨¦lebre realizador. Su reestreno fue uno de los acontecimientos del Festival de Berl¨ªn 2006, coincidiendo con una importante retrospectiva del realizador. "La diferencia b¨¢sica entre el original y la nueva versi¨®n digital es que ¨¦sta se ve", bromeaba Schwarzenberger durante la primera proyecci¨®n. Ahora, por primera vez, esta pieza recuperada y remasterizada de Fassbinder aparece en espa?ol en un pack de seis discos editado por Cameo, que permite redescubrir la que est¨¢ considerada una de las obras m¨¢s complejas e importantes de su enorme cat¨¢logo de t¨ªtulos.
Es dif¨ªcil abarcar toda la obra de Fassbinder, un creador compulsivo y prol¨ªfico que consigui¨® dirigir 44 pel¨ªculas entre 1966 y 1982, a?o en que muri¨® de una sobredosis de droga, y que se suman a una cantidad no menor de colaboraciones como actor, guionista, dramaturgo, productor, director de fotograf¨ªa o compositor de proyectos cinematogr¨¢ficos y teatrales propios y ajenos. Enmarcado junto a realizadores como Werner Herzog o Wim Wenders dentro de lo que se dio por llamar el Nuevo Cine Alem¨¢n, las pel¨ªculas de Fassbinder fueron ¨²nicas y lo m¨¢s parecido a ellas es su propia vida e ideas radicales. C¨¦lebre por su car¨¢cter vol¨¢til y malhumorado, vistiendo siempre una chupa de cuero negra, el cineasta llev¨® una doble vida: la de artista compulsivo y disciplinado, y la de bohemio nocturno que pululaba por bares gay en busca de sexo y drogas. Se cas¨® dos veces y aunque nunca ocult¨® sus preferencias sexuales, su cine lleg¨® a ser hom¨®fobo en ocasiones, y muchos cr¨ªticos lo han se?alado incluso como antisemita y desagradable. En general, sus pel¨ªculas tratan historias de seres marginados y peque?os, oprimidos sociales siempre al borde del abismo. Y es as¨ª a¨²n en sus producciones de corte hist¨®rico (El matrimonio de Maria Braun, Effie Briest y, desde luego, Berl¨ªn Alexaderplatz) con esos t¨¦tricos personajes-perdedores que no contrastan demasiado con los antih¨¦roes de sus dramas m¨¢s s¨®rdidos (el ¨¢ngel exterminador de Querelle o el protagonista de La ley del m¨¢s fuerte, interpretado por ¨¦l mismo, en su pel¨ªcula m¨¢s personal y tremenda).
A pesar de ausencias lamentables como El matrimonio de Maria Braun (1979), Lili Marleen (1981) o su terrible tragedia l¨¦sbica, Las amargas l¨¢grimas de Petra Von Kant (1972), Fassbinder regresa estos d¨ªas renovado a las tiendas de v¨ªdeo locales. Junto a la reaparici¨®n ¨ªntegra de Berlin Alexanderplatz se ofertan tambi¨¦n dos packs que contienen una nada desde?able selecci¨®n de cuatro filmes tard¨ªos, en el editado por Avalon dentro de la colecci¨®n Fnac (de venta solamente en estas tiendas), y una lata de lujo, con 10 t¨ªtulos de sus a?os tempranos, editados por DeaPlaneta. En el primero se recogen el drama decimon¨®nico Effie Briest (1974); La ley del m¨¢s fuerte (1975), un filme imprescindible; El mercader de las cuatro estaciones (1972), en la que un ¨¢lter ego suyo, un hombre hijo de burgueses atiborrado de deudas, se suicida con alcohol, y Querelle (1982), obra p¨®stuma y maldita, levantada a partir del texto descarnado, oscuro y po¨¦tico de Jean Genet, que cuenta bajo un ambiente marcadamente teatral la peripecia de Querelle (Brad Davis), un marinero bello y mortal por el que sucumben hombres muy machos y mujeres muy tristes. Adicionalmente, este pack oferta el interesante documental Fassbinder en Hollywood, que narra la aventura, no siempre feliz, del cineasta en Estados Unidos.
El otro pack, presentado en una decorativa caja en forma de lata de pel¨ªcula, atesora verdaderas rarezas con un total de diez de sus filmes tempranos, muchos de ellos portadores de claves y pistas para comprender su complejo universo po¨¦tico. Son: El amor es m¨¢s fr¨ªo que la muerte (1969), uno de sus primeros ¨¦xitos (tambi¨¦n editado recientemente de manera individual por DeaPlaneta); Kazelmacher (1969), la historia triste de un emigrante griego que sufre ataques xen¨®fobos en Alemania; el drama de g¨¢nsteres El soldado americano (1970), con resonancias de cine negro; Dios de la peste (1970), historia de un tri¨¢ngulo amoroso fat¨ªdico que acaba en asesinato; la curiosa El viaje de Niklashausen (1970, para televisi¨®n), filme at¨ªpico que explora el papel de la religi¨®n a trav¨¦s de la historia de un monje que dice que la Virgen le ha incitado a una revoluci¨®n social; Rio Das Mortes (1971, tambi¨¦n para televisi¨®n) que habla de las ilusiones de dos c¨¢ndidos obreros alemanes que planean viajar a Per¨² para encontrar un tesoro enterrado; Atenci¨®n a esa prostituta tan querida (1971), ejercicio de cine dentro del cine sobre un equipo que espera por su director que ha desaparecido; El asado de Sat¨¢n (1976), la historia de un poeta anarquista sin blanca; la terrible La ruleta china (1976), en la que una adolescente macabra planea una venganza cruel contra sus padres y sus respectivos amantes, y el telefilme Miedo al miedo (1979), con una mujer entregada al alcohol y las pastillas ante el acoso de su suegra y su cu?ada. -
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