La izquierda en desbandada / 4
La afirmaci¨®n de la desbandada que, a algunos parece irritarles, es patente en la utilizaci¨®n por parte de los socialistas de los temas capitales del centro-derecha, como el social-liberalismo, y en el hecho de que dos de los m¨¢s incondicionales colaboradores de Mitterrand, con los que he tenido ocasi¨®n de trabajar, Jack Lang y Jacques Attali, se hayan incorporado a la refundaci¨®n conservadora del presidente Sarkozy y encabecen una larga lista de personalidades de la izquierda que les han acompa?ado en el tr¨¢nsito. Por no hablar de los periodistas espa?oles, bastantes de ellos viejos amigos m¨ªos, que golpean con nuevas convicciones y desde ellas con plena integridad, las opciones y los valores en los que antes militaron. A los que no cabe descalificar tach¨¢ndoles de vendidos y traidores. Pues seguro que alguna responsabilidad nos es achacable a nosotros o cuanto menos a la vetusta estructura axiol¨®gica y creencial en la que seguimos.
Bernard-Henri L¨¦vy es amigo de todos los grandes de la clase dominante francesa
La operaci¨®n pol¨ªtico-medi¨¢tica conocida como los Nuevos Fil¨®sofos que el periodista de televisi¨®n Bernard Pivot lanza en 1977 en su programa Apostrophes es un paso decisivo en la cancelaci¨®n del horizonte de la intelligentsia progresista en Francia. Un grupo de j¨®venes intelectuales todos ellos procedentes o instalados en la extrema izquierda -mao¨ªstas, comunistas revolucionarios, libertarios etc¨¦tera- y entre ellos Andr¨¦ Glucksman, Alain Finkielkraut, Pascal Bruckner y de modo principal Bernard-Henri Levy, irrumpi¨® avasalladoramente en la esfera intelectual y en particular en el mundo de los medios. Este ¨²ltimo es la figura emblem¨¢tica del grupo. Serge Halimi public¨® en Le Monde Diplomatique un iluminador an¨¢lisis sobre el sistema BHL, anagrama por el que hoy se conoce a Bernard-Henri L¨¦vy. Debelador de todos los totalitarismos como ¨¦l se define, su protagonismo s¨®lo se activa con la televisi¨®n delante. Participa en muchas manifestaciones, pero limita su presencia al tramo en el que est¨¢n presentes las c¨¢maras. Amigo de todos los grandes de la clase dominante francesa, es intimo de Arnaud Lagard¨¨re, heredero hoy patr¨®n del grupo aeron¨¢utico y de comunicaci¨®n que lleva su nombre; tambi¨¦n de Fran?ois Pinault, due?o de los grandes almacenes m¨¢s importantes de Francia y de muchos otros emporios mercantiles y culturales, que lo considera como un hijo suyo; Bernard Arnaud, que ha hecho del grupo de lujo LVMH el primero del mundo y Martin Bouyghes, heredero del imperio creado por su padre en base a la construcci¨®n, la televisi¨®n y las telecomunicaciones, se precian de su amistad. BHL, fil¨®sofo, cineasta, dramaturgo, productor de televisi¨®n, ensayista, novelista, hombre de misiones de la Presidencia de la Rep¨²blica se ve a s¨ª mismo como el gran contendiente de los opresores. Aunque a veces se equivoque de opresor. Por ejemplo cuando en 1985 se alist¨® en la Contra Nicarag¨¹ense al lado de la CIA y de la extrema derecha de dicho pa¨ªs. A prop¨®sito de la guerra de Kosovo, fue un permanente defensor de la tesis del genocidio y propag¨® la noticia, nunca verificada, de los vagones cargados de gente, cerrados y sellados, destinados al exterminio. Su misi¨®n en Afganist¨¢n y el penoso informe en que se tradujo, su tan discutido libro sobre ?Qui¨¦n ha matado a Daniel Pearl? el gran periodista asesinado en Pakist¨¢n, en el que BHL avanza que los servicios secretos paquistan¨ªes transmitieron a Al Queda los secretos para la fabricaci¨®n de bombas at¨®micas; sus reportajes de investigaci¨®n sobre Argelia, Colombia, etc¨¦tera, tuvieron una recepci¨®n muy critica entre los especialistas. BHL que se dice obsesionado por la parte maldita de nuestras sociedades y volcado a combatirla, representante eminente del universo medi¨¢tico franc¨¦s y de la peoplelizaci¨®n de sus intelectuales, corresponde a la categor¨ªa que Pierre Bourdieu defin¨ªa como intelectuales negativos y que Daniel Accursi en La Nueva Guerra de los dioses, Gallimard 2004, inclu¨ªa entre "los fil¨®sofos de la pila del agua bendita" que parten de la condena de Mayo del 68 y se especializan en la impugnaci¨®n de lo estatal, lo p¨²blico, lo colectivo. Pero el rechazo m¨¢s rotundo de nuestro autor viene de los suyos. De su gremio filos¨®fico, de la mano de Gilles Deleuze que en A propos des nouveaux philosophes et d'un probl¨¨me plus g¨¦n¨¦ral, Minuit 2003, afirma que su pensamiento es nulo y da las razones de esta nulidad. De su comunidad jud¨ªa por obra de Raymond Aron, quien, a prop¨®sito del libro Ideolog¨ªa Francesa, afirma que su histeria contra la judeofobia va a alimentar la histeria de una fracci¨®n de la comunidad jud¨ªa francesa ya en marcha hacia los actos de delirio. La inexpugnable posici¨®n de BHL en el mundo franc¨¦s de la comunicaci¨®n tendr¨ªa que calmar sus ardores medi¨¢ticos y transformar el activismo de su marketing en producci¨®n intelectual. Aunque s¨®lo fuera, como dice Michel Onfray, para alimentar la Biblioteca Rosa del Pensamiento.
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