Sobre la telebasura

La responsabilidad -quiz¨¢ cul-pa sea una palabra m¨¢s acer-tada- de la existencia de una notoria telebasura en Espa?a suele atribuirse a tres razones. La primera, las cadenas de televisi¨®n, sobre todo privadas, al parecer obsesionadas con la cuota de audiencia. La segunda, las empresas que pagan para exhibir sus anuncios precisamente en tales programas. Finalmente, aunque con un ¨¦nfasis menor, se suele considerar que las administraciones p¨²blicas no son suficientemente vigilantes sobre este particular, y que deber¨ªan reprimir tal fen¨®meno creando ¨®rganos de control, o utilizando los ya existentes.

El planteamiento expuesto, en mi opini¨®n, omite el factor m¨¢s interesante: deja sin respuesta el interrogante m¨¢s sugestivo: ?por qu¨¦ nos gusta la telebasura? Tales programas encuentran su ¨²nica justificaci¨®n mercantil en el excelente grado de aceptaci¨®n por parte del ciudadano. Espa?a es un pa¨ªs democr¨¢tico, con un sistema de educaci¨®n obligatoria hasta los 16 a?os y en el que cultura e informaci¨®n, desplegando sus diversos atractivos, fluyen libremente. Pero, leo en el art¨ªculo de Juan Cueto, tan s¨®lo somos l¨ªderes mundiales en telebasura.

Creo que deber¨ªamos seguir indagando sobre la condici¨®n humana.