La Generalitat vende su 25% en Al-pi a France T¨¦l¨¦com y recupera la red

France T¨¦l¨¦com y el Gobierno tripartito catal¨¢n cerrar¨¢n esta semana, seg¨²n fuentes del sector, un acuerdo destinado a zanjar ocho a?os de continuas disputas sobre el futuro del operador de telecomunicaciones especializado en servicios a empresas Al-pi, fruto de la mayor privatizaci¨®n realizada en Catalu?a, en tiempos de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU).

El acuerdo se basa en tres pilares. El primero, que el grupo franc¨¦s, que ahora controla un 75% de Al-pi, pase a controlar el 100% del operador. El segundo, que la Generalitat recupere la titularidad p¨²blica de la parte que considera "estrat¨¦gica" de la red. Y, por ¨²ltimo, que una nueva sociedad, France T¨¦l¨¦com Catalu?a, aglutine todos los negocios del grupo galo en esta comunidad durante un m¨ªnimo de cuatro a?os. Esta sociedad gestionar¨¢ varios centros de excelencia para todo el grupo.

El grupo franc¨¦s se har¨¢ as¨ª con el 25% del capital que a¨²n est¨¢ en manos de la Generalitat. El acuerdo valora Al-pi en 117,2 millones de euros, de modo que los franceses pagar¨¢n a la administraci¨®n catalana 29,3 millones: 17 millones en efectivo y otros 12,3 millones por las infraestructuras que ceden. El consejero de Gobernaci¨®n, Joan Puigcerc¨®s (ERC), quiere que este dinero sirva para invertir en m¨¢s infraestructuras de telecomunicaciones. La Generalitat planea poner en marcha un operador neutro cuya red sea utilizada por otros grupos que no dispongan de infraestructura propia, y la red de Al-pi es su punto de partida.

France T¨¦l¨¦com, entonces Uni2, pag¨® en su d¨ªa 78,13 millones para controlar el 75% de Al-pi, una empresa que se cre¨® cuando, en 1999, el Gobierno catal¨¢n decidi¨® segregar en varias empresas (y privatizarlas) el negocio de su Centro de Telecomunicaciones. Fue tambi¨¦n el caso de la empresa de infraestructuras de telecomunicaciones Tradia, que fue entregada por la Generalitat a Abertis por adjudicaci¨®n directa.

En el caso de Al-pi s¨ª hubo concurso, y la filial espa?ola de France T¨¦l¨¦com lo gan¨® en el ¨²ltimo momento, despu¨¦s de que le recomendara presentarse a ¨¦l la firma Europraxis (hoy parte de Indra), de la que era fundador y principal estratega uno de los hijos del ex presidente Jordi Pujol. La oferta del grupo galo fue cuatro veces m¨¢s elevada que el precio de salida fijado en el concurso. En su favor jug¨® el dinero y una larga lista de compromisos con Catalu?a que la Generalitat quiso amarrar y que, en los a?os de vacas flacas que siguieron a la euforia de la nueva econom¨ªa, fueron incumplidos.

Inversiones y empleo

Estos compromisos inclu¨ªan desde inversiones de 288,49 millones de euros en 10 a?os a la creaci¨®n de 540 empleos en ese periodo, pasando por la centralizaci¨®n en Barcelona de la actividad de investigaci¨®n y desarrollo (I+D), ingenier¨ªa de clientes y mercadotecnia estrat¨¦gica.

La Generalitat se qued¨® con un 25% de las acciones para intentar controlar el cumplimiento de dichos compromisos, y tambi¨¦n ten¨ªa en sus manos la eventual ejecuci¨®n de avales por su incumplimiento, pero no logr¨® su prop¨®sito. Se desencaden¨® as¨ª un eterno tira y afloja que tuvo un breve par¨¦ntesis de paz cuando en 2002 ambos accionistas inyectaron 70 millones en Al-pi para evitar la quiebra.

El culebr¨®n ha sobrevivido a los sucesivos cambios en la c¨²pula de France T¨¦l¨¦com y al cambio de inquilino en el Gobierno catal¨¢n, con la llegada del tripartito de izquierdas, molesto con las consecuencias de la privatizaci¨®n de Al-pi y a¨²n no repuesto de la p¨¦rdida de la sede catalana de la antigua Auna.