La dificultad de exportar valores
Europa se considera exportadora de valores; los suyos, claro. Pero se puede encontrar con serios problemas en este comercio de ideas. Desde luego no se trata de exportarlos a la neocon en la punta de las bayonetas, sino de otra manera. Hoy se presenta en Madrid el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, en sus feas siglas inglesas), independiente, creado para, al estilo del que con un nombre similar surgi¨® en EE UU en 1921, servir de acicate a la pol¨ªtica exterior de la Uni¨®n. Uno de los objetivos del ECFR es, justamente, contribuir a que "el poder transformador europeo puede llegar m¨¢s all¨¢ de su vecindad inmediata. La Uni¨®n Europea debe aprovechar su posici¨®n para promover los valores en los que creemos, tanto en otras partes del mundo como en las instituciones multilaterales".
Una creciente parte del mundo no sigue a Europa en su defensa de democracia y derechos
Primer problema: de credibilidad. El paso por varios pa¨ªses europeos de los tristemente famosos vuelos de la CIA con destino a Guant¨¢namo u otros lugares ha socavado seriamente la solidez de los valores europeos. Es una verg¨¹enza que extiende una oscura sombra sobre demasiados gobiernos. Se a?ade el hecho de que en la lucha contra el terrorismo algunos Estados han suprimido o atado muy corto el h¨¢beas corpus, especialmente en el pa¨ªs que invent¨® este derecho, Inglaterra. La UE ha rebajado su nivel de exigencia democr¨¢tica y de Estado de derecho. Lo que mejor ha hecho la UE estos a?os, aunque con un coste interno elevado sobre su cohesi¨®n y funcionamiento, no ha sido exportar valores sino importar pa¨ªses y en el proceso transformarlos. Cabr¨ªa a?adir el fracaso de Europa en los Balcanes y especialmente en Kosovo, pues de un fracaso se trata si no ha logrado que pueblos diferentes logren convivir bajo un mismo sistema pol¨ªtico. Se tendr¨¢n que reencontrar en la UE, cuando alg¨²n d¨ªa sean importados en su seno. Se podr¨ªa a?adir el empuje europeo (y estadounidense) a las elecciones en Palestina, y cuando las gan¨® Ham¨¢s, no s¨®lo no gust¨® el resultado, sino que se le ha hecho el vac¨ªo al Partido de Dios. As¨ª la cita de Annapolis qued¨® coja.
Segundo problema que suscita esta pol¨ªtica es que quiz¨¢s una buena parte del resto del mundo no siga. "No hay una imparable tendencia hacia el triunfo del tr¨ªptico de mercados, democracia y derechos humanos", se?alaba recientemente en la Conferencia Anual en Par¨ªs del Instituto de Estudios de Seguridad de la Uni¨®n Europea el alto representante, Javier Solana. "La globalizaci¨®n", a?ad¨ªa, "significa que formas no occidentales de capitalismo est¨¢n floreciendo. Algo que tambi¨¦n es verdad en t¨¦rminos pol¨ªticos e ideol¨®gicos", a?ad¨ªa citando el ejemplo de China que produce "fascinaci¨®n" en algunos por el hecho de haber logrado un notable progreso econ¨®mico y estabilidad "con un sistema pol¨ªtico diferente del nuestro". Se puede ir m¨¢s lejos. Probablemente, esos pa¨ªses querr¨¢n que se reconozca de forma m¨¢s amplia sus valores, sus sistemas y sus culturas.
Estamos asistiendo al crecimiento del poder de Estados no democr¨¢ticos con peso ya sea demogr¨¢fico, comercial o energ¨¦tico, como China, una dictadura, o Rusia donde el relativo avance hacia la democracia se ha parado en favor de un nuevo autoritarismo reflejado en el ¨¦xito del partido Rusia Unida impulsado por Putin en las elecciones de ayer a una Duma que poco pintar. Los rusos no parecen darle prioridad a la democracia. Pero no es s¨®lo Rusia. Otros pa¨ªses de su derredor se han agarrado a este retroceso para reintroducir m¨¦todos sovi¨¦ticos en sus sistemas.
Adem¨¢s, a medida que aumente su peso como actor internacional, en la Uni¨®n Europea puede predominar un mayor realismo, en detrimento de esos valores, y de la exportaci¨®n de estabilidad sobre todo en su vecindad inmediata. Hay un retorno de la Macht-politik (pol¨ªtica de poder), un paso m¨¢s respecto a la Realpolitik, por parte de algunos Gobiernos europeos y extraeuropeos, aunque algunos impulsen ahora de nuevo el discurso de los derechos humanos, como Merkel. El Gobierno de Zapatero, por su parte, est¨¢ a punto de lanzar un Plan Nacional sobre Derechos Humanos. En Par¨ªs, fueron un chino y un indio los que recordaran que la UE tiene ideas brillantes pero las confunde con sus objetivos y su papel. Eso parece Europa, una f¨¢brica de ideas que no necesariamente compra el resto del mundo, especialmente el m¨¢s lejano y que se est¨¢ asentando con mayor peso. M¨¢s cerca, ?estar¨¢ la Uni¨®n Europea a la altura en su pr¨®xima cumbre con ?frica en Lisboa? Si no lo hace, ?frica tiene ahora otros socios posibles e interesados, desde los chinos a Estados Unidos. aortega@elpais.es
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