Apretones de mano contra la ira

La violencia en el calcio no cesa. Se ha convertido en una especie de c¨¢ncer inextirpable. Todos hablan de mano dura sin que nadie -pol¨ªticos y directivos de los clubes- se atreva a ponerla en pr¨¢ctica. Pero Italia es Italia. Es decir, el pa¨ªs de las contradicciones y, mientras algunos ultras protagonizan enfrentamientos un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n, existen peque?os oasis de romanticismo en los que el f¨²tbol sigue siendo un deporte. Uno de esos oasis es el Fiorentina. El club m¨¢s representativo de Florencia ha puesto en marcha un proyecto llamado Viola Fair para promover los valores deportivos dentro y fuera del campo. El club premiar¨¢ cada domingo al socio que mejor se comporte en la grada del estadio Artemio Franchi. El hincha elegido podr¨¢ bajar al c¨¦sped y a los vestuarios antes del encuentro y recibir una camiseta y un bal¨®n firmados por la plantilla.

El socio elegido recibir¨¢ una camiseta y un bal¨®n firmados por la plantilla

Desde enero, la Liga obligar¨¢ a los jugadores a saludarse tras los partidos

"Llevamos meses d¨¢ndole vueltas para ver qu¨¦ podr¨ªamos hacer nosotros, los directivos, para promover la deportividad y combatir la violencia. Hemos pensado en un nuevo concepto de ense?anza que llegue a los m¨¢s j¨®venes y que pueda cambiar la mentalidad que hay en el f¨²tbol", explicaba ayer a este peri¨®dico Sandro Mencucci, administrador delegado del club y uno de los promotores de la iniciativa; "queremos que el estadio se convierta en un teatro. Que la gente vaya a disfrutar de un espect¨¢culo y que, al pitido final, se baje el tel¨®n y todo termine en el mismo estadio. No tiene sentido que un partido tenga repercusiones fuera".

Efectivamente, el estadio del Fiorentina se ha convertido en un teatro. El pasado domingo recibi¨® al Inter y, despu¨¦s de perder por 0-2, sus jugadores despidieron a sus adversarios haci¨¦ndoles un pasillo. Quer¨ªan demostrar al p¨²blico que ellos tambi¨¦n est¨¢n volcados con el proyecto Viola Fair.

"Al pasillo se le llamar¨¢ a partir de ahora el tercer tiempo. Lo haremos siempre que juguemos en casa. La deportividad hay que aplicarla no s¨®lo en las gradas, sino tambi¨¦n en el mismo c¨¦sped. Hay que aceptar el resultado y reconocer los valores y los m¨¦ritos de los rivales. Si existe la obligatoriedad de apretarse la mano cuando comienza el partido, no veo por qu¨¦ no se pueda hacer el pasillo cuando acabe", afirma el administrador delegado. Esa imagen se convirti¨® ayer en la portada de la web del club.

Mientras los jugadores del Inter abandonaban el estadio agradeciendo el gesto, los tifosi locales homenajeaban a los suyos y al t¨¦cnico, Cesare Prandelli, con una pancarta enorme para recordar a su mujer, fallecida hace pocos d¨ªas. En las gradas, unos 400 encargados de la seguridad -en el calcio se los conoce como stewart- ya hab¨ªan elegido al sector de la afici¨®n que mejor se hab¨ªa comportado. De ese sector, y a trav¨¦s de un cuestionario que los propios empleados entregan al club cada lunes, se sortea mediante notario a un socio. "Es una cosa simb¨®lica. A cambio, no reciben dinero, sino un bal¨®n y una camiseta".

La iniciativa ha dado frutos. Inspirada en el Fiorentina, la Liga de f¨²tbol italiana aprob¨® ayer una medida por la cual obligar¨¢ a todos los jugadores de la serie A y la B a estrecharse las manos al t¨¦rmino de cada partido a partir de enero.

Si al final del campeonato el Fiorentina est¨¢ entre los cinco primeros de la clasificaci¨®n de Juego Limpio, todos los socios recibir¨¢n un premio especial. "Es un secreto. Todav¨ªa no puedo desvelar nada", bromea Mencucci.