La impunidad ya tiene carta blanca en M¨¦xico
Muchos mexicanos llegaron a creer que la justicia acabar¨ªa por imponerse. Durante meses albergaron la ilusi¨®n de que la Corte Suprema abrir¨ªa la puerta al juicio pol¨ªtico contra el gobernador de Puebla, Mario Mar¨ªn, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), acusado de violar los derechos individuales de la periodista Lydia Cacho (Ciudad de M¨¦xico, 1963). Hab¨ªa indicios de que el sue?o pod¨ªa hacerse realidad en uno de los casos m¨¢s emblem¨¢ticos de la lucha contra la corrupci¨®n en los poderes p¨²blicos.
Desde abril de 2006, el m¨¢s alto tribunal rastre¨® la actuaci¨®n presuntamente delictiva de todo un gobernador -figura intocable en M¨¦xico-, a partir de la denuncia de una simple reportera. Dos comisiones investigadoras interrogaron a servidores p¨²blicos, gobernador incluido, recogieron testimonios de las v¨ªctimas y examinaron 1.595 averiguaciones previas de delitos sexuales cometidos en agravios de menores. El caso hab¨ªa salido a la luz en mayo de 2005, con la publicaci¨®n del libro de Cacho Los demonios del ed¨¦n, que denuncia una amplia red de pornograf¨ªa infantil, a partir de las declaraciones de varias muchachas v¨ªctimas de abusos, en la que est¨¢n implicados pol¨ªticos y empresarios influyentes.
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Bajo intensas presiones desde las m¨¢s altas instancias pol¨ªticas lleg¨® el d¨ªa del dictamen de la Corte. Cacho, sus abogados y muchos observadores confiaban en que seis de los 10 miembros del tribunal votar¨ªan contra el gobernador. "Esperemos que se haga justicia, pero no se rinda, que el pa¨ªs tampoco se rinde", hab¨ªa dicho el juez Juan Silva Meza a la periodista.
La noticia salt¨® la tarde del 29 de noviembre. Fue un golpe dur¨ªsimo para Lydia Cacho y todos aquellos que quer¨ªan creer en la Justicia, con may¨²sculas. Por seis votos a cuatro, la Corte Suprema reconoci¨® que en el caso se presentaron actos indebidos y algunas violaciones de garant¨ªas, que no fueron graves y, por lo tanto, no merecen un pronunciamiento del m¨¢s alto tribunal. El fallo ha cerrado la ¨²ltima puerta del ordenamiento jur¨ªdico mexicano. A la periodista s¨®lo le queda acudir a los tribunales internacionales. "El crimen est¨¢ de fiesta, en particular el dedicado a la explotaci¨®n y el abuso sexual de menores", escribi¨® Ren¨¦ Delgado, director editorial del diario Reforma, que calific¨® el dictamen de "monumental homenaje a la impunidad y el cinismo".
El gobernador Mar¨ªn ya puede dormir tranquilo. La Corte Suprema no ha encontrado motivos suficientes para actuar contra este dinosaurio pol¨ªtico del PRI, y otros 29 funcionarios estatales. Y lo que es m¨¢s grave, no hace menci¨®n alguna a la red de pornograf¨ªa infantil y los abusos sexuales de menores, a pesar de que los jueces de la comisi¨®n investigadora del Supremo recogieron los testimonios de varias de las v¨ªctimas. "?C¨®mo pueden decir estos jueces que esto no pas¨®? ?Ya no existimos?", preguntaba una ni?a de 15 a?os a Cacho el d¨ªa despu¨¦s del fallo.
Aparentemente, dos de las integrantes del Alto Tribunal, Olga S¨¢nchez y Margarita Luna, cambiaron su voto en el ¨²ltimo momento, lo que permiti¨® una mayor¨ªa favorable al gobernador. Fuentes pr¨®ximas a la Corte confirmaron las presiones de altos dirigentes del PRI para defender a su correligionario Mar¨ªn. "Nunca en la historia de M¨¦xico hab¨ªa existido una cuesti¨®n tan clara sobre el bien y el mal", ha comentado Cacho.
El libro Los demonios del ed¨¦n fue una bomba, pues en sus p¨¢ginas los demonios tienen nombre y apellido de pol¨ªticos y empresarios poderosos, como el hotelero Jean Succar Kuri, jefe de la red delictiva, actualmente preso, y su amigo, el empresario textil de Puebla, Kamel Nacif. Este ¨²ltimo denunci¨® a la periodista ante las autoridades poblanas por difamaci¨®n y calumnia.
En una acci¨®n ilegal, Lydia Cacho fue detenida en diciembre de 2005 en Canc¨²n (Estado de Quintana Roo) por polic¨ªas judiciales del Estado de Puebla, que la trasladaron a esta ciudad en un viaje infernal de m¨¢s de 20 horas. Las amenazas de muerte y la tortura psicol¨®gica continuaron en la c¨¢rcel de Puebla, hasta la puesta en libertad bajo fianza. Las pocas dudas de que el gobernador Mar¨ªn estaba detr¨¢s de aquella detenci¨®n ilegal se desvanecieron al difundirse la grabaci¨®n de una conversaci¨®n telef¨®nica entre Mar¨ªn y su amigo Kamel Nacif, en la que aquel dec¨ªa textualmente: "Pues ya ayer le acab¨¦ de darle un pinche coscorr¨®n a esta vieja cabrona". Desde entonces y hasta la semana pasada la periodista se mov¨ªa con escolta policial.
La comisi¨®n investigadora de la Corte Suprema, que coordin¨® el magistrado Silva Meza, concluy¨® que "s¨ª existi¨® concierto de autoridades de los Estados de Puebla y Quintana Roo para violar los derechos fundamentales de la periodista Lydia Cacho", y que "s¨ª existe violaci¨®n reiterada y sistem¨¢tica de derechos fundamentales en perjuicio de menores de edad".
En una sesi¨®n p¨²blica del m¨¢s Alto Tribunal, el juez Silva Meza fue contundente al referirse a la red de explotaci¨®n infantil en Canc¨²n: "La periodista Lydia Cacho se qued¨® corta con su libro".
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