Una hora antes
Ferlosio dice que en este pa¨ªs nadie se deja convencer. Llamazares escribi¨® Nadie escucha. Ninguno estaba pensando en la televisi¨®n, pero los dos retratan el medio. En el medio se grita para no escuchar. El ruido no deja ver el bosque. Se insulta en las series, se grita en los debates. Todo el mundo grita. Dice Javier Pradera que tener raz¨®n est¨¢ bien, pero cargarse de raz¨®n hace perder la raz¨®n. Cargarse de raz¨®n genera monstruos. El otro d¨ªa apareci¨® en la prensa que un matrimonio se insult¨® tanto que tuvo que intervenir el juez para multarlos. Pens¨¦: "Insultos as¨ª escuch¨¦ el otro d¨ªa en Escenas de matrimonio". Insultos as¨ª, y m¨¢s gordos. Nos asustamos cuando los insultos se reproducen en la vida real, nos parecen ficci¨®n, y de lo m¨¢s divertida, cuando los escuchamos en la tele. En efecto, son guiones muy divertidos, muy bien hechos, por profesionales seguramente muy capaces; su eficacia adormece, en el sentido de que impide ver el bosque. Hace una semana escuch¨¦ a una esposa decirle a su marido en la serie: "Me gustar¨ªa que fu¨¦ramos a vivir a Canarias". "?Y eso?", le pregunt¨® el hombre. "Porque as¨ª te podr¨¦ insultar una hora antes". Luego le dijo la mujer que ¨¦l ten¨ªa cara de mojo pic¨®n, a lo que el marido replic¨® que ella ten¨ªa menos gracia que las papas arrugadas (los peninsulares dicen que decimos papas arrug¨¢s; en Canarias no nos comemos la d). As¨ª que se quer¨ªan insultar una hora antes. En los debates tambi¨¦n se insulta, y de qu¨¦ manera. A veces se insulta la palabra debate propiamente dicha. Anteayer, Ana Pastor se las ve¨ªa y se las deseaba para calmar la diatriba que manten¨ªa Ant¨®n Losada con el secretario de comunicaci¨®n del PP, Gabriel Elorriaga, en 59 segundos. Losada dec¨ªa cosas muy sensatas, pero perifoneaba cuando hablaba Elorriaga, y eso le perdi¨®: se carg¨® de raz¨®n, daba la impresi¨®n de que no escuchaba. Un silencio a tiempo es mejor que un argumento. En la tele, al menos.
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