El carb¨®n quiere te?irse de verde

La econom¨ªa mundial depende de los combustibles f¨®siles tanto como el yonqui de la hero¨ªna. Mientras que los ecologistas quieren desenganchar al planeta -cambiando el carb¨®n y el petr¨®leo por energ¨ªas renovables-, otra corriente apuesta por minimizar los da?os mediante el ox¨ªmoron del "carb¨®n limpio" -la quema de combustibles f¨®siles de la forma menos contaminante posible. A este grupo, impulsado por EE UU, le ha lanzado un gui?o el secretario ejecutivo de la cumbre del Clima, Yvo de Boer, que en Bali ha se?alado que "es inconcebible" esperar que China e India renuncien a sus reservas de carb¨®n y que al menos hay que lograr que lo quemen de la forma m¨¢s limpia posible.

La cumbre ha cerrado ya la primera semana sin decisiones claras y con un firme rechazo de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo a comprometerse a reducir sus emisiones. China e India, por ejemplo, a los que el Protocolo de Kioto no obligaba a reducir sus emisiones pero que en los ¨²ltimos a?os las han incrementado enormemente y se han situado entre los principales contaminantes del planeta, no aceptar¨¢n imposiciones al considerar que limitar¨¢n su crecimiento econ¨®mio, informa Efe desde Bali.

La ONU dice que no puede pedir a China e India la renuncia de sus reservas

Los ecologistas critican que se retira inversi¨®n de las renovables

De cualquier forma, hay un cambio lento pero evidente que se vive en los ¨²ltimos a?os sobre c¨®mo se afronta el cambio clim¨¢tico y puede servir para atraer a EE UU y a los pa¨ªses productores de petr¨®leo al acuerdo pos-Kioto o al menos favorecer que no bloqueen las negociaciones.

De Boer proclam¨®: "Si miro todos los escenarios que he visto, incluso aqu¨¦llos en los que se han reducido las emisiones dr¨¢sticamente en todo el mundo, los combustibles f¨®siles siguen teniendo un papel importante en la generaci¨®n de energ¨ªa. Si la econom¨ªa mundial sigue creciendo seguir¨¢ la dependencia del petr¨®leo, el gas y el carb¨®n. Y si vas a China a India, pa¨ªses que tienen enormes cantidades de carb¨®n en su casa, es pr¨¢cticamente inconcebible esperar que no exploten esos recursos. Y eso implica que una parte clave del reto sea desarrollar la tecnolog¨ªa que permita usar combustibles f¨®siles de forma m¨¢s limpia". El hombre sobre el que estar¨¢n todas las miradas en la cumbre de Bali dejaba claro que el ahorro, la eficiencia y la energ¨ªa renovable no bastan.

La clave est¨¢ en si el acuerdo que sustituya a Kioto -y que no se acordar¨¢ en Bali hasta 2009- incluir¨¢ la inversi¨®n en carb¨®n limpio dentro de los llamados mecanismos de desarrollo limpio, las inversiones en energ¨ªa verde que los pa¨ªses ricos realizan en los pobres para reducir emisiones. Con estos proyectos, los desarrollados se descuentan parte de su contaminaci¨®n. China est¨¢ especialmente interesada en conseguir inversiones para nuevas plantas de carb¨®n.

China abre una nueva t¨¦rmica de carb¨®n cada semana, almacena el 12,6% de las reservas mundiales conocidas y su demanda de carb¨®n se ha duplicado en seis a?os. Las cifras explican por qu¨¦ seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, antes de 2010 China superar¨¢ a EE UU como primer emisor de gases de efecto invernadero (un estudio holand¨¦s dice que ya ha ocurrido). Algo parecido sucede con India, que almacena el 10,2% de las reservas.

Hasta ahora, la lucha contra el cambio clim¨¢tico se centraba en reducir el consumo de energ¨ªa -mediante transporte p¨²blico, poniendo impuestos a los combustibles f¨®siles y a la tonelada de contaminaci¨®n, primando las energ¨ªas renovables y sustituyendo el carb¨®n por el gas-, pero ahora parece imponerse como l¨®gico el concepto de "carb¨®n limpio".

El propio George W. Bush lo hizo suyo el pasado enero: "Nuestro vital inter¨¦s es diversificar el suministro energ¨¦tico de Am¨¦rica a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa. Necesitamos seguir cambiando la forma de generar electricidad, con un mayor uso de la tecnolog¨ªa de carb¨®n limpio, solar y energ¨ªa e¨®lica y energ¨ªa nuclear segura". As¨ª, lo que empez¨® como una contradicci¨®n en los t¨¦rminos puede acabar en eslogan pol¨ªtico. Es una contradicci¨®n porque la termodin¨¢mica es tan tozuda como la gravedad. No hay forma de quemar carb¨®n (o petr¨®leo) sin producir CO2. ?ste es el principal gas de efecto invernadero, que se acumula en la atm¨®sfera, atrapa parte del calor que emite la Tierra y calienta el planeta.

Esto ocurre con todos los combustibles f¨®siles, pero especialmente con el carb¨®n, que produce tres veces m¨¢s CO2 que el gas natural para producir la misma electricidad. En China, la eficiencia de las plantas es menor y, por tanto, la emisi¨®n es mayor.

"No podemos evitar que se produzca CO2, pero s¨ª reducir mucho la cantidad de di¨®xido de carbono producida y capturar el que va a salir por la chimenea y enterrarlo bajo tierra", explica Colin Nathan, del Centro de Carb¨®n Limpio de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, con sede en Londres.

La principal baza del carb¨®n limpio es el secuestro y almacenamiento de carbono, para inyectarlo bajo tierra antes de que salga de la planta. El Panel Intergubernamental de Cambio Clim¨¢tico (IPCC) afirma que el almacenamiento permitir¨¢ captar entre un 20% y un 40% de las emisiones mundiales en 2050.

Los ecologistas miran con recelo este discurso. Ladislao Mart¨ªnez, de Ecologistas en Acci¨®n, se?ala: "No hay que esperar grandes milagros tecnol¨®gicos. La prioridad debe seguir siendo ahorro, eficiencia y renovables".

La UE y Espa?a tambi¨¦n apuestan por el secuestro de carb¨®n. "Ser¨ªa irresponsable lo que puede representar el 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Espa?a est¨¢ haciendo un esfuerzo sin precedentes en energ¨ªas renovables, y en 2010 invertiremos 3.800 millones en primas, lo que supone 80 euros por habitante, pero eso no es incompatible con investigar esta tecnolog¨ªa, que en unas d¨¦cadas puede desempe?ar un papel relevante", afirma el secretario general para la Prevenci¨®n del Cambio Clim¨¢tico del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Aizpiri. Espa?a tiene planes de investigaci¨®n p¨²blicos y privados en Le¨®n, Asturias y Puertollano. Si funcionan pueden suponer una segunda oportunidad para el carb¨®n.