El club de los corazones solitarios
?Qu¨¦ tienen en com¨²n Einstein, Lawrence de Arabia, Sonny Liston, Marilyn Monroe y Sri Paramahansa Yagananda, por ejemplo? ?Y qu¨¦ tienen en com¨²n todos ellos con The Beatles? La primera respuesta es, claro, que todos ellos son corazones solitarios, son del club, forman parte de la banda del Sargento Peppers. Y como tales aparecen retratados en la portada del disco que lleva su nombre, 71 en total. La otra respuesta es que, incluso ni que fuera tan s¨®lo por haber aparecido all¨ª, todos ellos son personajes significados de la cultura de masas: figuras, iconos, s¨ªntomas...
Se dice que el hilo lleva al ovillo, pero siguiendo el hilo de los personajes en cuesti¨®n lo que hacemos es adentrarnos m¨¢s y m¨¢s en el laberinto que la llamada cultura popular despliega a partir de aquel momento. Podr¨ªa decirse entonces que de lo que se trata aqu¨ª es de averiguar c¨®mo es posible que un club de corazones solitarios acabara convirti¨¦ndose en emblema de la cultura de masas, y no estar¨ªa mal dicho, no. Aunque ser¨ªa insuficiente, porque, si bien es cierto que una indagaci¨®n digna del ilustre Auguste Dupin recorre el texto de cabo a rabo, suceden tambi¨¦n muchas otras cosas m¨¢s, otros encuentros, que abren otros caminos, que obligan a inventar otros mapas...
Para Foucoult el ensayo filos¨®fico es indagar c¨®mo pensar de otro modo
La comprensi¨®n lectora se reconoce hoy como un problema pol¨ªtico
Sin duda todas estas cosas dar¨¢n que hablar en su momento, es obligado, se trata de un libro de veras importante, tanto por su calado como por su navegaci¨®n. Se dir¨¢n muchas cosas al respecto, se dir¨¢ incluso que es un ejercicio de pop philosophy, seguro. El propio J. L. Pardo parece gui?arnos un ojo en esa direcci¨®n: la inversi¨®n del platonismo vendr¨ªa a ser el motivo que repite y sustenta la delicada trabaz¨®n del conjunto, si entendi¨¦ramos sus cap¨ªtulos como otros tantos cortes de un long play. Sin embargo, cuando se diga, es tambi¨¦n seguro que se tendr¨¢ m¨¢s presente el impacto que signific¨® la aparici¨®n de L¨®gica del sentido, de Gilles Deleuze, en su momento (1969), la profunda renovaci¨®n que imprimi¨® a lo que se entend¨ªa por "ensayo filos¨®fico" -dentro y fuera del ¨¢mbito acad¨¦mico, y explicando alto y claro porque ambos estaban obligados a entenderse-, que no entonando la milonga pat¨¦tica de las filiaciones. Porque lo fundamental es sin duda lo que aqu¨ª se ensaya.
Foucault, en su testamento intelectual, defendi¨® la dignidad del ensayo filos¨®fico como el propio de un g¨¦nero cuya meta no era defender lo que ya se sabe, sino indagar c¨®mo y hasta d¨®nde era posible pensar de otro modo. Aqu¨ª, convocando una escenograf¨ªa que nos es com¨²n, emplaz¨¢ndonos ante un club del que, por activa o por pasiva, todos formamos parte, corazones solitarios en una cultura de masas, lo que se hace es mostrar, con una pasmosa sencillez, que la generosidad del conocimiento no puede consistir en desplegar el saber que se tiene, sino m¨¢s bien en crear con ese saber las condiciones para que el interlocutor alcance a saber aquello que necesariamente se ignora desde el saber que se tiene.
A d¨ªa de hoy, cuando la comprensi¨®n lectora ha quedado ya abiertamente reconocida como un problema pol¨ªtico, eso es algo que no tiene precio.
Miguel Morey es fil¨®sofo, autor de El orden de los acontecimientos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.