La llave
Si un poema puede contener todo el mundo, ?por qu¨¦ no podr¨ªa tambi¨¦n contener una lengua? Cuando le¨ª Dibaxu, del poeta judeo-argentino Juan Gelman, recientemente galardonado con el Premio Cervantes, supe que me encontraba tal vez con el ¨²ltimo resplandor de un idioma que culminaba su expresi¨®n en unos pocos versos. El judeo-espa?ol es la lengua materna del pensamiento de un reducido n¨²mero de resistentes sefard¨ªes; aunque hoy no es un idioma hablado, los sefard¨ªes s¨ª mantienen en su castellano una gram¨¢tica algo distorsionada, un cierto acento extra?o, unido a palabras en hebreo y en ¨¢rabe, especialmente los jud¨ªos del norte de Marruecos. Las palabras espa?olas acababan por volverse extra?as y particulares en ese castellano de los jud¨ªos sefard¨ªes de Tetu¨¢n, T¨¢nger, Estambul o Sal¨®nica. Unas sonaban a extranjeras, y otras, usadas en Espa?a, cuando las pronunci¨¢bamos las cre¨ªamos tan propias que nos sorprend¨ªamos de ser comprendidos. Estas comunidades han desaparecido pr¨¢cticamente y tambi¨¦n desfallece su idioma. Nos encontramos con una historia y un idioma en el cruce exacto que le lleva a su desaparici¨®n. Y aparece el poemario de Juan Gelman: "Escrib¨ª los poemas de Dibaxu en sefard¨ª, de 1983 a 1985... Como si la soledad extrema del exilio me empujara a buscar ra¨ªces en la lengua, las m¨¢s profundas y exiliadas de la lengua". Y es en el idioma espa?ol donde por primera vez nos encontramos los exiliados jud¨ªos, sefard¨ªes o no, recuperando as¨ª, y parad¨®jicamente de nuevo, la memoria jud¨ªa y sefard¨ª.
Los poemas de Juan Gelman dialogan con el tiempo, pero van m¨¢s all¨¢. Son tiempo roto y, a la vez, manantial. En un reciente encuentro organizado por Casa Sefarad-Israel, en el Hay Festival de Segovia, particip¨¦ junto a Mercedes Monmany en una mesa con Juan Gelman. Sus respuestas a Mercedes, su narraci¨®n, con herido humor de su experiencia del sufrimiento y exilio, de p¨¦rdida y recuperaci¨®n, conmovieron a quienes escuch¨¢bamos. Y ley¨® sus poemas que, como dice el poeta, dialogan con el castellano del siglo XVI. O¨ªmos: "ista yuvia di vos / dexa cayer piodazus di tiempo/pidazus d'infinitu / pidazus di nus mesmos / ...". Di¨¢logo de tiempo que son pedazos de infinito, la visi¨®n de un encuentro con el tiempo, no su fantasma, sino su verdad; porque en cada palabra, como dicen sus versos, hay pedazos de nosotros. La ternura del idioma y su paisaje proporcionan el cobijo del abrazo. No podemos salvar lo que se acaba, pero s¨ª reconocerlo como propio porque es nuestra historia. Como el abrazo de la madre. Como cuenta el poeta, poemas del siglo XVI, pero tambi¨¦n de hoy, como los de Clarisse Niko?dski, "novelista en franc¨¦s y poeta en sefard¨ª", fueron la llave -la que metaf¨®ricamente guardan los sefard¨ªes- que le descubri¨® o tal vez suscit¨® una necesidad, la de escribir ara?ando el sustrato del castellano. Y dice: "Me devolvi¨® un candor perdido y sus diminutivos, una ternura de otros tiempos que est¨¢ viva, y por eso llena de consuelo". Tal vez como una madre. Y precisamente sobre la madre en Carta a mi madre dice el poeta: "Mecer tu cuna / lavar tus pa?ales / para que no me dejes nunca m¨¢s / sin avisar / sin pedirme permiso / aullabas cuando te separ¨¦ de m¨ª / ya no nos perdonemos". As¨ª aullaba la memoria cuando en el pasado se separ¨® de Nosotros Espa?a. Por eso hoy vuelve ese grito en los versos de Juan Gelman. Tal vez el ¨²ltimo. -
Esther Bendahan es novelista. Su ¨²ltimo libro se titula La cara de Marte (Algaida).
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