F¨®siles sorprendentes en la nueva exposici¨®n de Cosmocaixa

Un pez de cinco metros de largo con la cabeza similar a un bulldog, un antecesor del elefante con los incisivos inferiores en forma de pala para arrancar la vegetaci¨®n acu¨¢tica de la que se alimentaba, un gigantesco reptil volador varias veces mayor que un c¨®ndor. Este bestiario, que parece fant¨¢stico, fue muy real hace millones de a?os y ahora renace, a trav¨¦s de sus restos f¨®siles, en la nueva exposici¨®n permanente de Cosmocaixa, que lleva por t¨ªtulo La historia m¨¢s bella del Cosmos. Un total de 47 nuevas piezas, "todas aut¨¦nticas porque huimos de maquetas y modelos. Creemos que el museo debe ser la realidad concentrada", en palabras de Jorge Wagensberg, director de Medio Ambiente y Ciencia de la Obra Social La Caixa.

Animales cuyos esqueletos hoy sorprenden, pero que anta?o les sirvieron para dominar la tierra. Esa es la gran idea que pretende transmitir la exposici¨®n: las muchas formas en que los seres vivos se han reinventado a s¨ª mismos a trav¨¦s de la selecci¨®n natural para adaptarse al medio. "Queremos llamar la atenci¨®n sobre los grandes inventos de la naturaleza: la semilla, el huevo, la espina dorsal o las plumas, que primero le salieron a un dinosaurio al que sus cong¨¦neres debieron mirar con sorpresa... hasta que empez¨® a hacer fr¨ªo y ¨¦l result¨® ser el ¨²nico adaptado", comenta Wagensberg.

Quiz¨¢ los m¨¢s satisfechos ser¨¢n los aficionados a la dinoman¨ªa. Adem¨¢s de enormes f¨¦mures y pelvis de saurios, la pieza estrella es el f¨®sil completo de un Protoceratops andrewsi, tumbado con su cabeza y sus patas en una estremecedora posici¨®n ag¨®nica, tal como se le encontr¨® en el desierto de Gobi, donde muri¨®, presumiblemente, hace 75 millones de a?os.

Los f¨®siles acompa?an al visitante a lo largo de casi un kil¨®metro y se complementan con ilustraciones cient¨ªficas obra de Mauricio Ant¨®n.