Del autom¨®vil al escenario
El nuevo director del Th¨¦?tre de la Ville de Par¨ªs fue piloto de f¨®rmula 3000
Lleva cinco a?os como director de la Com¨¦die de Reims y ha logrado aumentar la asistencia en un 30%. Ha puesto un poco de humanidad en la arquitectura del edificio, t¨ªpico de finales de los sesenta, de cuando Francia importaba del mundo del Este su concepci¨®n del espacio p¨²blico. Ahora acaban de nombrarle director del Th¨¦?tre de la Ville, una sala de mil butacas, en pleno centro de Par¨ªs. Puede ser un s¨ªmbolo de la renovaci¨®n de la escena francesa. Se llama Emmanuel Demarcy-Mota, hijo de un escritor y estudioso franc¨¦s y de una gran actriz portuguesa.
"El local es hijo de Mayo del 68 y de la pol¨ªtica de descentralizaci¨®n"
"El teatro tiene que ser lugar de debate, de exposici¨®n del pensamiento"
"Hay que tener curiosidad y evitar la uniformizaci¨®n del gusto"
"Del deporte me interesa controlar el cuerpo en situaciones l¨ªmite"
"El teatro tiene que ser un lugar de debate, de exposici¨®n del pensamiento. Hay que saber medir los resultados de nuestras iniciativas, pero hay que evitar caer en la cultura del resultado", dice Demarcy-Mota, para que quede bien claro que no est¨¢ de acuerdo con la l¨®gica que quiere imponer Nicolas Sarkozy y su ministra de Cultura, Christine Albanel, que s¨®lo conciben la validez de una operaci¨®n cultural en funci¨®n del n¨²mero de personas que se interesan por ella. "No creo en el p¨²blico; creo en el espectador. Me inquieta que el mundo de la cultura haya importado dentro de su l¨¦xico palabras de origen militar. Hoy se habla de ocupar un territorio, de su maillage [ponerle una cota de malla]".
Tiene 37 a?os y conserva su silueta de deportista. Porque Emmanuel quiso ser campe¨®n de tenis y figur¨® entre las grandes promesas de la raqueta, como quiso correr en f¨®rmula 1 pero se detuvo tras verse mezclado en un accidente mortal en una carrera de f¨®rmula 3000. Del deporte no le interesa "la expresi¨®n corporal, sino la capacidad de controlar el cuerpo en situaciones l¨ªmite. Bajar esquiando una pendiente a 250 kil¨®metros por hora es ir m¨¢s all¨¢ de lo razonable, pero s¨®lo se puede hacer porque hay una cierta maestr¨ªa de la locura. El deporte, como el teatro, comporta disciplina e improvisaci¨®n".
En Reims ha trabajado con un grupo fijo de personas, experiencia que piensa repetir en Par¨ªs. "No se trata de crear una compa?¨ªa fija, pero s¨ª de embarcar a una serie de artistas en un proyecto para uno, dos o tres a?os. Descubr¨ª que no quer¨ªa ir evolucionando siempre con gente de mi edad cuando tuve la oportunidad de montar un Pirandello, Seis personajes en busca de autor. Pirandello es nuestro abuelo. Habla como nadie del teatro de arte, de lo que significa el fascismo. Para que su obra fuera comprensible era imprescindible trabajar con gente de distintas edades". De su estancia en Reims tambi¨¦n queda la complicidad con un autor, Fabrice Melquiot. "He montado cinco de sus obras. A veces soy yo quien le pincha a escribirlas. Esa relaci¨®n tambi¨¦n la tengo con Philippe Minyana. Y me he interesado tambi¨¦n por Michel Vinaver".
En la programaci¨®n de Reims se alternan los grandes cl¨¢sicos -Jean Racine, William Shakespeare, Pierre Corneille-, los modernos consagrados -Bertold Brecht, Jean-Paul Sartre, Paul Claudel- y los estrictos contempor¨¢neos: Dario Fo, R¨¦mi De Vos, Ant¨®nio Feij¨®, am¨¦n de los ya citados Miyana, Vinaver o Melquiot. "No hay que oponer cl¨¢sicos a contempor¨¢neos, de la misma manera que no hace falta ser contempor¨¢neo de la propia ¨¦poca", dice Damercy-Mota citando al poeta ruso Mandelstam.
En Par¨ªs heredar¨¢ de un local muy marcado por la figura de su predecesor, G¨¦rard Violette. "?l ha mantenido una relaci¨®n privilegiada con una serie de creadores. Por ejemplo, Pina Bausch ven¨ªa cada a?o a presentar su nuevo espect¨¢culo al Th¨¦?tre de la Ville. Es una relaci¨®n de m¨¢s de veinte a?os. No quiero romper con eso, pero s¨ª renovar la paleta, ampliarla". El teatro dicho, "de texto", ganar¨¢ con el cambio. "El local es hijo de Mayo del 68 y de la pol¨ªtica de descentralizaci¨®n. Tiene una pol¨ªtica de precios y horarios que toma en cuenta a los institutos, el escenario no tiene boca propiamente dicha, la sala es una grader¨ªa que garantiza la visibilidad y la ac¨²stica a todos. Son ideas y f¨®rmulas que siguen siendo v¨¢lidas".
Par¨ªs cuenta entre sus teatros con el Od¨¦on, el Th¨¦?tre de l'Europe. "Lo que yo quiero poner en pie es el Teatro de las Ciudades, llegar a acuerdos de intercambio o coproducci¨®n con otras localidades, con Lisboa, claro, que es mi segunda ciudad, pero tambi¨¦n con N¨¢poles, con Tur¨ªn, con Barcelona... Hay que mantener la curiosidad por lo que hacen los otros, evitar la uniformizaci¨®n del gusto".
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