Pelea en Londres

La batalla de Londres sigui¨® a la guerra de Cardiff. Y esta vez, el Arsenal gan¨® al Chelsea. En febrero, Cesc se lio a golpes con Lampard, Terry acab¨® en el hospital despu¨¦s de que Diaby le arreara una patada en la cara y tres jugadores se marcharon expulsados. La final de la Carling Cup, ganada por el Chelsea, fue una guerra. El partido de Liga que volvi¨® a enfrentar ayer a los dos equipos, una batalla. Cuando el Chelsea y el Arsenal se cruzan, tiemblan las aseguradoras. Cuando el Chelsea y el Arsenal se enfrentan, vibran las pulsaciones, restallan las espinilleras y se rompen los jugadores. Cuando empieza el cl¨¢sico de Londres, Cesc es diana y dardo.

El espa?ol protagoniz¨® las jugadas que definieron el partido. Primero se trastabill¨® y fue recibido en el suelo por los tacos de Terry, que lleg¨® a su encuentro con la velocidad de un tren y el tacto de un estibador. Cesc se encontr¨® inmediatamente empuj¨¢ndose con Lampard, que vio en la trifulca una oportunidad de pelear el segundo asalto del cruce de golpes que interpretaron en febrero. Un par de jugadas despu¨¦s, Ebou¨¦ dej¨® el tobillo del capit¨¢n del Chelsea para el estudio de los m¨¦dicos. Y s¨®lo el reparto de amarillas evit¨® que la cosa pasara a mayores hasta el minuto final: la ¨²ltima jugada del partido fotografi¨® a Cesc fallando un gol, peg¨¢ndole una patada a traici¨®n a Ashley Cole y recibiendo algo parecido a un pu?etazo en la cara como respuesta. El espa?ol vivi¨® el encuentro peligrosamente. Celebr¨® la victoria con una erupci¨®n de pu?os al aire. Y entre escaramuza y escaramuza tuvo tiempo para iniciar una venganza. Cesc sac¨® un c¨®rner. Cech, el portero del Chelsea, fall¨® estrepitosamente en su intento de atrapar el centro. Y Gallas, ex jugador de los blues, marc¨® tras empujar en el ¨¢rea a su marcador. Terry nunca lo habr¨ªa permitido.

La partitura del partido, vivido a ritmo de golpe y tentetieso, sufrido en ambas porter¨ªas y discutido sin refinamientos en el centro del campo, naci¨® alocada por la presi¨®n de la jornada. El Arsenal y el Chelsea son candidatos al t¨ªtulo de la Premier. Tambi¨¦n lo es el Manchester United, que se coloc¨® a un punto del liderato tras ganar en otro partido de fama grande y trazo grueso al Liverpool en Anfield (0-1). Dos encuentros con tanto pedigr¨ª en la misma fecha no se viven todos los fines de semana. La televisi¨®n inglesa lo llam¨® El Domingo del Grand Slam y visti¨® la jornada con un adjetivo: "?pica". Su trascendencia se anunci¨® como inmensa desde la v¨ªspera: Rafa Ben¨ªtez, entrenador red, deb¨ªa reunirse tras el encuentro con los due?os del equipo.

El Arsenal lleg¨® a la batalla buscando el vuelo perdido con las bajas de Cesc, Hleb y Van Persie, que jugaron ayer. El Chelsea, con la intenci¨®n de confirmar una personalidad desconocida: herm¨¦ticos y malencarados durante el reinado de Jos¨¦ Mourinho, los blues quieren ser ahora un equipo alegre y roquero que satisfaga a Roman Abramovich, ese multimillonario que un d¨ªa se divierte en el concierto de Led Zeppeling y al otro discute con su t¨¦cnico c¨®mo solucionar la baja de Drogba.

Los dos equipos se transformaron cuando enterraron los guantes y sacaron las botas. Del cambio de vestuario result¨® un partido acelerado, engordado en las ¨¢reas y taponado por los porteros. Shevchenko, redescubierto con el despido de Mourinho y la lesi¨®n de Drogba, se top¨® con Almunia. Van Persie, con Cech, que encontr¨® tir¨¢ndose al suelo lo que hab¨ªa perdido en el aire. No alcanz¨® para salvar a su equipo. Y Cesc lo celebr¨® dando y recibiendo.