El coraz¨®n de ETA

La organizaci¨®n ETA no s¨®lo la forman los activistas armados, sino, con ellos, los miembros no armados de una red de organismos que forman sus frentes de masas, institucional, medi¨¢tico, internacional, ideol¨®gico, entre otros. Es lo que sostiene con pruebas la sentencia de la Audiencia Nacional que condena a 525 a?os de prisi¨®n a 47 personas juzgadas en el macrojuicio contra el entorno de la banda, tambi¨¦n conocido como sumario 18/98, en referencia al a?o en que se iniciaron las diligencias que culminan con esta hist¨®rica resoluci¨®n.

Lo esencial de la misma confirma lo que se conoc¨ªa a trav¨¦s de autos anteriores del juez Garz¨®n. Durante a?os existi¨® una especie de estado mayor del entramado etarra denominado Coordinadora Abertzale Sozialista, KAS, que dirig¨ªa todo el tinglado de acuerdo con la estrategia de coacci¨®n de la banda. En esa coordinadora participaban representantes de los diferentes frentes, pero no como simples colaboradores externos, sino como parte de la banda misma, su "coraz¨®n" organizativo, seg¨²n la sentencia.

Desde hace a?os se conoc¨ªan decenas de actas de KAS de las que se deduce esa forma de funcionamiento. Tras la declaraci¨®n de ilicitud de KAS, la banda ide¨® otro mecanismo denominado Ekin que asumi¨® similares funciones al frente del tinglado. El esquema organizativo no significa que todos los que trabajasen en cualquiera de esas estructuras fuera miembro de ETA, pero s¨ª los dirigentes de las mismas, que ten¨ªan una especie de doble militancia, la p¨²blica y la clandestina.

Sin esa trama, ETA ser¨ªa una banda de delincuentes comunes; a trav¨¦s de ella capitalizaba pol¨ªticamente los efectos de la coacci¨®n organizada en torno a su secci¨®n militar. Todo esto no era desconocido en el Pa¨ªs Vasco, aunque se ignoraran los detalles sobre c¨®mo se produc¨ªa la conexi¨®n y qu¨¦ personas encarnaban cada funci¨®n. La sentencia, recurrible ante el Supremo, trata de personalizar esas responsabilidades, de acuerdo con las normas propias del derecho penal.

Por eso resulta lamentable que los partidos nacionalistas democr¨¢ticos asumieran ayer las descalificaciones burdas del propio entorno etarra; la voluntad de derrotar a ETA implica la de acabar con la impunidad de quienes pretend¨ªan actuar con un pie dentro y otro fuera de la ley.