Un Sevilla aplastante
Los de Nervi¨®n exhibieron su mejor juego en el 'derby' sevillano, en el que apabullaron al Betis
El partido ya estaba le¨ªdo en apenas una decena de minutos. Los anfitriones y favoritos iban en cohete y los visitantes y aspirantes a sorprender en pollino. Con muchas ganas y amor propio, pero pollino. A los futbolistas sevillistas les apeteci¨® el partido. Los que se trabajan las bandas volvieron a parecer rel¨¢mpagos, los del centro del campo no s¨®lo no entreten¨ªan la pelota en su camino hacia la porter¨ªa contraria sino que la afilaban con un toque de sus botas y los de delante disfrutaban del cat¨¢logo de pases que les regalaban sus compa?eros. Kanout¨¦, adem¨¢s, despejaba saques de esquina y se sumaba, quiz¨¢ envidioso, a los tri¨¢ngulos que sus colegas trazaban tan r¨¢pidos como si fueran el¨¦ctricos. Como antes lo hac¨ªan casi siempre, como este curso no les ha salido casi nunca.
SEVILLA 3 - BETIS 0
Sevilla: De Sanctis; Alves, Mosquera, Escud¨¦, Dragutinovic; Navas, Poulsen (Mart¨ª, m. 78), Keita, Capel (Chevant¨®n, m. 70); Kanout¨¦ y Luis Fabiano (Adriano, m. 63). No utilizados: Vargas; Renato, Fazio y Maresca.
Betis: Ricardo; Melli, Juanito, Rivas (Toni, m. 28), Dami¨¤; Arzu, Rivera; Sobis (Somoza, m. 46), Edu, Mark Gonz¨¢lez (Xisco, m. 68); y Jos¨¦ Mari. No utilizados; Casto; Caffa, Fernando y Pavone.
Goles: 1-0. M. 25. Luis Fabiano empuja a gol con el brazo una pase de Capel. 2-0. M. 41. Luis Fabiano, de cabeza. 3-0. M. 61. Daniel Alves.
?rbitro: Undiano Mallco. Amonest¨® a Melli, Dragutinovic, Rivera, Jos¨¦ Mari y Luis Fabiano.
40.000 espectadores en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.
En el conjunto verdiblanco s¨®lo destacaron las ganas de Edu
Los sevillistas abrieron el marcador con un gol con la mano de Luis Fabiano
El Betis fue lo que ahora mismo puede llegar a ser. Paco Chaparro -que tiene algo de Mick Jagger, con su delgadez tonificada, pelo de quincea?ero y rostro de pergamino- le puso m¨²sica a un equipo mustio, empeque?ecido, que no se quer¨ªa.
Al principio le dio risa a muchos. Comenz¨® con una canci¨®n de f¨¢cil consumo y contagio: Sobrevivir¨¦. Les pidi¨® a los futbolistas que escucharan la letra de la interpretaci¨®n del D¨²o Din¨¢mico. As¨ª comenz¨® a bailar un vestuario que no ten¨ªa ninguna raz¨®n para hacerlo. Conseguido el ritmo, Chaparro introdujo otras maneras de vivirlo. Gloria Gaynor y Celia Cruz mostraron a los futbolistas verdiblancos como se conserva la vida con orgullo y exuberancia. Y funcion¨®. Algo catalizaron las canciones en un grupo que se ve m¨¢s unido que nunca. Dice el t¨¦cnico nacido en Triana que su intenci¨®n es llegar a que sea Camar¨®n el que inspire a los futbolistas. Ayer qued¨® claro que todav¨ªa les queda para culminar ese atractivo reto. La mejora de ¨¢nimo no les llega todav¨ªa para salir del chis-pum.
El t¨¦cnico verdiblanco sabe c¨®mo tratar a los grupos. Ha sido futbolista, profesor, entrenador, y ha aprendido de casi todas las fuentes con las que se ha topado en los 65 a?os que ha vivido. Pero no ha llegado a hacer milagros. El t¨¦cnico busc¨® ayer la pimienta en Jos¨¦ Mari. El ex sevillista m¨¢s abucheado de la historia en el S¨¢nchez Pizju¨¢n jugaba por primera vez en ese estadio con la camiseta del Betis. Se trata de un jugador r¨¢pido, potencialmente ¨²til en los contraataques que Chaparro deseaba que sucedieran y que nunca llegaron. Ni las presuntas ganas de callar a un estadio ni su indudable velocidad hicieron de Jos¨¦ Mari algo de lo que los sevillistas se deb¨ªan de preocupar. El subid¨®n de adrenalina que les dio su entrenador en el vestuario, le duro a los b¨¦ticos un rato corto. Navas, Kanout¨¦, Capel, Poulsen, Keita y, por supuesto, Luis Fabiano se los merendaron. Los sevillistas ocuparon mejor el espacio de juego, encontraron y se les ocurrieron mejores pases, combinaron m¨¢s r¨¢pido y entend¨ªan mejor su plan de trabajo. En el Betis, tan s¨®lo se pueden destacar las ganas de Edu, demasiadas incluso en ocasiones. El contraste con el Sevilla resulta a¨²n muy doloroso, incluso cuando el conjunto de Nervi¨®n parece tener problemas en las tripas.
Lo que resulta una verdadera pena es que el gol que abri¨® el marcador para los sevillistas fuera rid¨ªculamente aceptado por el juez de l¨ªnea. El Sevilla hab¨ªa merecido de sobras ese gol e incluso alguno m¨¢s, pero siempre es malo que una piller¨ªa resulte impune. Una buena jugada, una m¨¢s, del ataque sevillista llev¨® la pelota hasta Capel que, con su estilo cabizbajo, se sac¨® un pase que con precisi¨®n super¨® al b¨¦tico Juanito para llegar cerca de Luis Fabiano, que no ley¨® bien la trayectoria y que tampoco se cort¨® a la hora de empujar el bal¨®n a la red con el brazo. Undiano dud¨® pero se fio de su asistente y registr¨® el gol.
Pero no alter¨® nada en el devenir del partido ni de su resultado. El Sevilla se regode¨® en su excelencia y el Betis fue lo que puede llegar a ser. De notario.
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