Etarra en el hospital
El Gobierno debe disipar cualquier duda sobre si ha habido malos tratos o torturas
El presunto etarra Igor Portu, detenido por la Guardia Civil el domingo junto a Mart¨ªn Sarasola, quien tambi¨¦n formar¨ªa parte de la organizaci¨®n terrorista, se encuentra ingresado desde la madrugada de ayer en la UCI del hospital Donostia de San Sebasti¨¢n. Los m¨¦dicos le han diagnosticado lesiones de diversa gravedad que aconsejaban posponer su traslado a la Audiencia Nacional, permaneciendo bajo vigilancia m¨¦dica intensiva.
Corresponde a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad garantizar la integridad f¨ªsica de los detenidos, por lo que urge conocer en qu¨¦ circunstancias se le infligieron a Igor Portu las lesiones que presenta. Es sabido que los miembros de la banda tienen la consigna de denunciar torturas cuando son detenidos, con independencia del trato que reciban. En este caso, sin embargo, existen las heridas y contusiones consignadas en el parte m¨¦dico.
El ministro del Interior se comprometi¨® ayer a colaborar con la justicia para investigar las circunstancias de la detenci¨®n de Igor Portu. No es imaginable otra respuesta desde un Gobierno democr¨¢tico. Como tampoco lo ser¨ªa que no se depurasen todas y cada una de las responsabilidades, si la investigaci¨®n judicial estableciese que se trata de un caso de malos tratos o tortura. Para ello ser¨¢ necesario aclarar puntos oscuros o ambiguos de la versi¨®n ofrecida por el ministro tras insistir en que se trataba de lo que la guardia civil le hab¨ªa transmitido.
La primera versi¨®n se?alaba que las lesiones de Igor Portu se produjeron en el momento de introducirlo en el veh¨ªculo policial. Posteriormente se dijo que el presunto terrorista hab¨ªa opuesto resistencia en el momento de la detenci¨®n, que habr¨ªa tratado de huir y que eso hizo necesario el empleo de la fuerza para reducirlo. Pero el parte m¨¦dico es dif¨ªcilmente compatible con esa descripci¨®n. Tambi¨¦n habr¨ªa que precisar la secuencia horaria de los hechos. En concreto, cu¨¢ndo y c¨®mo se inform¨® al juez del Olmo de la dureza del arresto y cu¨¢nto tiempo transcurri¨® entre esta comunicaci¨®n y el examen del forense al detenido, que aconsej¨® su traslado al hospital.
A ning¨²n dirigente se le puede ocultar la dimensi¨®n pol¨ªtica de este caso actualmente. Es en momentos como ¨¦ste cuando m¨¢s n¨ªtida deber¨ªa quedar la diferencia entre los dem¨®cratas y los asesinos. La idea seg¨²n la cual los malos tratos y la tortura son un mal inevitable cuando se trata de terrorismo no s¨®lo es inaceptable moralmente sino un error confirmado por la experiencia. Nada favorece tanto la reproducci¨®n generacional del terrorismo como la imitaci¨®n por parte del Estado de sus comportamientos.
Igor Portu llevaba una pistola e instrucciones para matar, pero los dem¨®cratas defienden sus derechos. Si hubiera podido seguir las instrucciones y emplear el arma, los abertzales hubieran aplaudido su crimen. Y seguramente un dem¨®crata que defiende los derechos de Igor Portu yacer¨ªa sobre el asfalto.
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