Eran los de la T-4
Todos los medios del Estado de derecho contra ETA: ¨¦sa es la m¨¢s eficaz pol¨ªtica antiterrorista
Los etarras detenidos el pasado domingo en Guip¨²zcoa constitu¨ªan, con otros dos activistas ya identificados, una especie de comando itinerante integrado por miembros legales (no fichados) que contaban en su historial con atentados como el de la T-4, a fines de 2006, y que preparaban otro de similar impacto en el centro comercial y de negocios de Madrid.
Hay que agradecer a las fuerzas de seguridad que nos hayan librado de una posible matanza en la que -como en Hipercor, hace 20 a?os- el n¨²mero de v¨ªctimas habr¨ªa sido dejado por ETA en manos del azar; y que hayan conseguido (seguramente tras meses de investigaciones calladas y arriesgadas) identificar al comando autor de buena parte de las acciones etarras m¨¢s importantes del ¨²ltimo periodo, detener a la mitad de sus miembros y requisar 150 kilos de explosivos.
El destino de la mayor¨ªa de los pistoleros de ETA es la c¨¢rcel, aunque a veces pase alg¨²n tiempo entre sus delitos y su detenci¨®n. Desde el atentado de Barajas han sido capturados 92 activistas, 45 en Espa?a y 41 en Francia. El a?o anterior los detenidos fueron 17 en Espa?a y 24 en Francia. Es significativo que este remedo de comando itinerante estuviera formado por residentes en Espa?a, y no por ciudadanos franceses desconocidos, como el que tanto mat¨® en los a?os ochenta. Francia no es ya un territorio seguro para ellos, y ¨¦sa es una de las manifestaciones mayores de la decadencia de ETA. Otro s¨ªntoma de su debilidad, pese a sus euf¨®ricas declaraciones y amenazas del pasado domingo en Gara, es el desconcierto con que las bases de Batasuna han acogido la ruptura del alto el fuego y la incapacidad de ETA para explicarla.
La polic¨ªa ha revelado que la preparaci¨®n del atentado de Barajas se inici¨® en junio de 2006, cuando se verificaba la voluntad real de abandono de las armas. Ahora es evidente que esa voluntad no exist¨ªa: algo que habr¨¢ que tener en cuenta en el futuro, si volviera a presentarse una oportunidad de final dialogado. Pero el desenlace no significa que no debiera haberse iniciado. Hay una cierta contradicci¨®n en algunos dirigentes del PP cuando dicen que ETA estaba derrotada en 2004 y que la receptividad de Zapatero a sus ofertas de di¨¢logo la reactiv¨®. Si estaba derrotada (o sea, si era ya incapaz de condicionar la pol¨ªtica), era el momento de intentar su retirada pactada, a cambio de medidas de reinserci¨®n. El problema es siempre calibrar a partir de qu¨¦ grado de debilidad del terrorismo se puede convertir su derrota en retirada.
Hoy existe un consenso de fondo sobre la imposibilidad de dar pasos en cualquier direcci¨®n que no sea la de utilizar "todos los medios del Estado de derecho" para "derrotar la estrategia terrorista", como propugna el Pacto Antiterrorista. ?sa es la base para recomponer la unidad de los dem¨®cratas (cuya ruptura fue la ¨²nica victoria de ETA) frente a la ofensiva que preparaba y tal vez todav¨ªa pretende el terror en v¨ªsperas de las elecciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.