El catarro
En las postrimer¨ªas del franquismo, el fiscal Bermejo, hoy ministro de Justicia, desafi¨® a la Polic¨ªa Nacional en Tenerife y condujo a la condena de un jefe superior que hab¨ªa torturado hasta la muerte a un detenido. Se opuso a las maniobras del Gobierno Civil, simul¨® ¨¦l mismo que era el delincuente que seg¨²n la versi¨®n oficial se hab¨ªa tirado de un coche celular que sal¨ªa a toda pastilla de la comisar¨ªa, demostr¨® que los agentes eran c¨®mplices de una mentira y arriesg¨® su puesto y su futuro.
De Bermejo se ha dicho de todo, malo y bueno, y en una ¨¦poca se dijeron de ¨¦l cosas mal¨ªsimas. Respondi¨®, nunca se qued¨® callado, se le ha visto. Pero desde aquel enfrentamiento a cara de perro con los polic¨ªas de Franco los que le conocen no le hab¨ªan visto tan firme e irreductible como en 59 segundos (La Uno) el mi¨¦rcoles por la noche. Fue cuando Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, ex secretario de Estado de Comunicaci¨®n con el primer Gobierno de Aznar, le insist¨ªa una y otra vez que este Gobierno de ahora negoci¨®, negocia, va a negociar con los terroristas. Con esa suficiencia administrativa con la que se cuelgan los t¨®picos en la conversaci¨®n cotidiana elevada a rango televisivo, el ex portavoz popular insisti¨® con tanta contumacia que el ministro le levant¨® el dedo ¨ªndice y le repiti¨®: "Eso no se lo tolero". El otro contertulio sigui¨® perifoneando, entre las risitas con las que a veces se quedan los que conducen su bravata hacia la zona de retirada, hasta que el fiscal Bermejo se impuso al fiscal Rodr¨ªguez y aquello acab¨® como una justa que en un momento determinado parec¨ªa un calvario del interpelante.
Entonces fue cuando Ana Pastor, la conductora del programa, le agradeci¨® al ministro que hubiera acudido al programa, "y eso que estaba usted acatarrado". Recuperado del gesto adusto con el que hab¨ªa acallado a su fiscal, Bermejo le dijo a la audiencia: "Coloquios as¨ª le ayudan a uno a quitarse el catarro".
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