Al rescate de la complejidad
A veces, la televisi¨®n sirve para aclarar las cosas. Los periodistas que entrevistaron en i-TELE, durante poco m¨¢s de 50 minutos, a Edgar Morin tuvieron ese privilegio. El pasado 31 de diciembre, en su mensaje de fin de a?o, el presidente Sarkozy habl¨® de su deseo de poner en marcha "una pol¨ªtica de civilizaci¨®n". La f¨®rmula era nueva en su boca y casaba mal con el lema de "trabajar m¨¢s para ganar m¨¢s" con la que hab¨ªa ganado las elecciones. ?De qui¨¦n era? Fue i-TELE, un canal de informaci¨®n continua, el que mejor lo explic¨® invitando al creador del concepto a explicarlo largo y tendido.
Edgar Morin, un sabio de 87 a?os, profeta del "pensamiento complejo" y ap¨®stol de la interdisciplinariedad, hab¨ªa escrito en 1997, en colaboraci¨®n con Sami Na?r, su libro Pour une politique de civilisation. "En Francia apenas interes¨® a nadie", constata Morin, que cuenta que ¨¦l propuso a sus amigos socialistas organizarles seminarios para ayudarles a renovar su discurso ideol¨®gico e introducirles en el universo de la "complejidad". "Siempre he querido que mi pensamiento contribuyese a irrigar el discurso de la izquierda", dice Morin. Pero no es profeta en su tierra. Los antiguos comunistas italianos, en su carn¨¦ del partido, inclu¨ªan una frase de Morin: "Renunciar al mejor de los mundos no significa renunciar a un mundo mejor".
El objetivo de la politique de civilisation, resumido por Morin, consiste "en poner en marcha una pol¨ªtica m¨¢s centrada en la calidad de vida que en el consumo". Y una mayor "calidad de vida", obviamente, no significa tener un coche m¨¢s potente, ni viajar en avi¨®n al otro extremo del mundo para vivir un fin de semana "de ensue?o", y, sobre todo, no significa intentar resolver los problemas econ¨®micos sin pensar en el medio ambiente, sin preocuparse por la organizaci¨®n social, sin considerar el peso de la historia, sin..., en fin, sin tomar en consideraci¨®n la complejidad de un sistema de interacciones.
Los tres periodistas de i-TELE le escucharon fascinados a un Morin en plena forma, repleto de humor y entusiasmo, que expuso sus ideas con la amplitud que permit¨ªa el formato excepcional de la entrevista, de casi una hora sin interrupciones. Luego, al d¨ªa siguiente, el presidente Sarkozy cit¨® en tres oportunidades a Morin e insisti¨® en la necesidad del famoso objetivo de civilizaci¨®n. ?Es sincero? "En tres cuartas partes de su discurso s¨ª, y eso permite que no se ponga en cuesti¨®n la otra cuarta parte", bromea Morin. La verdad es el comportamiento humano del presidente, que ha sido calificado como "el presidente bling-bling" por su fascinaci¨®n por todo lo que brilla -relojes de lujo, aviones y yates de millonario, palacios-, es la encarnaci¨®n perfecta de lo contrario de lo defendido por Morin. Y qui¨¦nes le vimos en i-TELE lo sabemos.
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