La ley del aborto: una reforma necesaria
Estos d¨ªas "turbios" bien podr¨ªan llegar a confundirse con aquellos otros de 1985 cuando, reci¨¦n aprobada la ley del aborto, los grupos m¨¢s reaccionarios cuestionaban los derechos de las mujeres enjuiciando la dif¨ªcil situaci¨®n que supone un embarazo no deseado. Hoy podemos decir que las perspectivas "miopes" y los intereses partidarios de entonces persisten y de nuevo las mujeres son v¨ªctimas de registros pol¨ªticos, acoso, difamaci¨®n, actividades il¨ªcitas... De nuevo la ambig¨¹edad y las limitaciones de la ley del aborto permiten que los requisitos formales, los dict¨¢menes preceptivos, sobre todo los psiqui¨¢tricos, vuelvan a ser m¨¢s importantes que los aut¨¦nticos motivos de las mujeres para interrumpir su gestaci¨®n. En definitiva, con la actual ley, la mujer es la ¨²ltima en decidir sobre la interrupci¨®n de su propio embarazo.
La inseguridad planea sobre los profesionales, cuyos dict¨¢menes son puestos en tela de juicio
Como una espada de Damocles, la inseguridad jur¨ªdica planea sobre las mujeres y sobre los profesionales de las cl¨ªnicas acreditadas para la interrupci¨®n del embarazo, especialmente sobre los psiquiatras, cuyos dict¨¢menes profesionales son puestos en tela de juicio por personas sin formaci¨®n m¨¦dica. Nuevamente tenemos que ver c¨®mo algunas Administraciones se afanan por extender las sospechas de supuestas irregularidades sobre todos, esforz¨¢ndose por encontrar alguna deficiencia administrativa o formal irrelevante que justifique acusaciones graves contra los profesionales que cubren una obligaci¨®n de nuestro Sistema Nacional de Salud: la de facilitar el recurso al aborto a m¨¢s de 90.000 mujeres al a?o.
Pese a que el PSOE lleva a?os abordando la legislaci¨®n sobre el aborto, parece que ahora el partido en el Gobierno considera necesario volver a plantear el debate desde el principio. "Nuevamente" nos ofrecemos a colaborar, ya que quienes hemos dado un servicio excelente a miles de mujeres, no s¨®lo sanitario y t¨¦cnico, sino con calidad humana, somos una de las voces m¨¢s autorizadas para ahondar en este di¨¢logo. Para la Asociaci¨®n de Cl¨ªnicas Acreditadas para la Interrupci¨®n del Embarazo cualquier reforma deber¨ªa superar los obst¨¢culos identificados durante estos m¨¢s de 20 a?os y adecuarse a la evoluci¨®n de la sociedad.
Lo que podr¨ªa aunar legislaci¨®n y realidad social ser¨ªa una ley de plazos hasta m¨¢s all¨¢ de la semana 12 de gestaci¨®n, como en Suecia, donde la mujer puede abortar libremente, sin supuestos, hasta la semana 18; o como en Holanda, donde puede hacerlo hasta la semana 24. Es en Holanda precisamente donde menos abortos se registran, tal vez porque este recurso se acompa?a de medidas educativas y preventivas adecuadas a su realidad social. En correspondencia con una ley de plazos, consideramos que el aborto debe ser contemplado como un derecho sexual y reproductivo b¨¢sico, saliendo por tanto del C¨®digo Penal, salvo que dicha intervenci¨®n sea realizada en contra de la voluntad de la mujer.
Asimismo, desde ACAI consideramos que en ning¨²n caso procede restringir los supuestos en los que la legislaci¨®n actual permite el aborto en el segundo trimestre (malformaci¨®n, peligro para la salud f¨ªsica y ps¨ªquica de la madre), ya que ello podr¨ªa dejar sin cobertura a un peque?o, pero complicado, porcentaje de casos referentes a diagn¨®sticos tard¨ªos, conflictos graves de orden econ¨®mico-social (el llamado cuarto supuesto), usuarias de drogas, inmigrantes o menores muy j¨®venes que por desconocimiento o descuido acuden a las cl¨ªnicas muy tard¨ªamente. Con relaci¨®n al aborto eugen¨¦sico (malformaciones incompatibles con la vida o contrarias a la dignidad humana) consideramos necesario que en algunos casos se ampl¨ªe el plazo m¨¢s all¨¢ de las 22 semanas.
No cabe duda de que una de las mayores cargas emocionales para la mujer es la exposici¨®n de su intimidad a la observaci¨®n de distintos profesionales, por lo que pedimos que la nueva ley contemple la posibilidad de reducir los dict¨¢menes m¨¦dicos en el caso de malformaci¨®n a un ¨²nico informe, siempre que ¨¦ste sea suficientemente claro. Otra de las lacras que arrastra la ley son las desigualdades auton¨®micas en el acceso a los servicios de interrupci¨®n del embarazo. La nueva legislaci¨®n debe garantizar que sea una prestaci¨®n sanitaria gratuita para todas las mujeres, independientemente de su lugar de residencia. Los m¨¢s de 20 a?os de profesionalidad y experiencia nos permiten afirmar que un sistema de conciertos con las cl¨ªnicas acreditadas puede ser una buena f¨®rmula para lograr la universalidad de esta prestaci¨®n.
Por otra parte, es obvio que en muchos casos la ambig¨¹edad de esta ley es la que ha propiciado la objeci¨®n de conciencia de no pocos profesionales, por lo que la concreci¨®n necesaria evitar¨ªa el absentismo de muchos m¨¦dicos que temen verse inmersos en unas pr¨¢cticas sanitarias inseguras jur¨ªdicamente. En dicha ley deber¨ªa regularse asimismo los t¨¦rminos en que los profesionales pueden acogerse a ese derecho leg¨ªtimo. La nueva legislaci¨®n debe ir acompa?ada adem¨¢s de medidas complementarias, ya que el aborto no es sino un elemento m¨¢s de la salud sexual y reproductiva. Es imprescindible retomar con seriedad y rigor la educaci¨®n sexual en la infancia y la adolescencia, incluyendo esta materia como asignatura curricular del sistema educativo, aplicar medidas espec¨ªficas para el colectivo de inmigrantes y potenciar la creaci¨®n de centros de planificaci¨®n familiar que alcancen a todos los estratos de poblaci¨®n.
Como siempre hemos afirmado, el aborto es un derecho fundamental que requiere del consenso de todos para que las mujeres puedan ejercerlo en libertad y por voluntad propia. Los profesionales sanitarios estamos dispuestos a poner al servicio de los legisladores nuestros conocimientos y experiencia. De ellos se pide voluntad pol¨ªtica para avanzar en pro de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Eva Rodr¨ªguez Armario es presidenta de la Asociaci¨®n de Cl¨ªnicas Acreditadas para la Interrupci¨®n del Embarazo (ACAI).
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