Los talibanes se hacen m¨¢s fuertes

El ataque suicida con ametrallamiento del lunes contra un hotel de lujo en Kabul frecuentado por occidentales (ministros de visita, diplom¨¢ticos, funcionarios, colaboradores locales) marca un hito y eleva dr¨¢sticamente el list¨®n del desaf¨ªo talib¨¢n a los planes de la comunidad internacional de estabilizar Afganist¨¢n. Es la primera vez que los talibanes atentan directa, masiva y efectivamente contra la presencia civil extranjera en el pa¨ªs, que se ve convertida a partir de ahora en diana.

"El ataque fue muy profesional y bien planificado", opina un diplom¨¢tico

Los talibanes han ganado enorme influencia en los ¨²ltimos tres a?os

El asalto perfectamente planificado y coordinado contra el emblem¨¢tico hotel Serena, protegido por altos muros y sito en las inmediaciones del palacio presidencial, cost¨® la vida al menos a siete miembros de la comunidad internacional y allegados. El golpe se produce al comienzo de un a?o en el que se va a incrementar la actividad militar aliada. Estados Unidos confirm¨® ayer el env¨ªo de 3.200 marines adicionales al pa¨ªs asi¨¢tico.

La OTAN analizar¨¢ hoy el nuevo reto talib¨¢n, del que fue testigo el ministro noruego de Exteriores, Jonas Gahr Stoere, de visita oficial en Kabul para manifestar su apoyo a Hamid Karzai, un presidente que est¨¢ lejos de responder a las expectativas de capacitaci¨®n que en ¨¦l hab¨ªa depositado la comunidad internacional.

El Gobierno noruego asegura que el golpe no afecta a su voluntad de seguir sosteniendo a Afganist¨¢n con 500 soldados. "El ataque es algo muy preocupante, al representar un intento deliberado de atacar a los extranjeros y a los civiles afganos que trabajan a favor de Afganist¨¢n", se?ala en un comunicado el representante adjunto de Naciones Unidas, Bo Asplund.

El a?o pasado vio un n¨²mero r¨¦cord de ataques suicidas, que llegaron a casi centenar y medio en todo el pa¨ªs, y costaron tambi¨¦n un n¨²mero r¨¦cord de vidas civiles y militares, pero es la primera vez que los talibanes atentan exclusivamente contra civiles extranjeros. Frente al coche bomba hecho estallar al paso de una caravana militar o el ataque suicida contra instalaciones castrenses o policiales en zonas pobladas, lo del lunes fue un ataque quir¨²rgico de comando contra objetivos blandos.

"Esto va a tener un gran impacto sobre la percepci¨®n de lo que es ser occidental en Kabul. Pero mucho m¨¢s grave es el tipo de ataque, porque pareci¨® bastante profesional y muy bien planificado", declar¨® a Reuters un diplom¨¢tico occidental en Kabul.

En los ¨²ltimos tres a?os, el poder de los talibanes se ha incrementado enormemente. De pr¨¢cticamente no tener respaldos y seguidores, han pasado a ser un grupo influyente que muchas veces media en las disputas de las aldeas y pueblos en buena parte del territorio afgano. Aparte de esto, dominan el creciente negocio del opio, su principal fuente de financiaci¨®n.

El tr¨¢fico de opio tambi¨¦n empa?a el propio Gobierno del presidente Karzai, presionado por la comunidad internacional para que desenmascare a aquellas personas cercanas a los c¨ªrculos gubernamentales con estrechas relaciones con el narcotr¨¢fico. Son justamente el negocio del opio y la corrupci¨®n que genera los principales desaf¨ªos internos del Gobierno de Kabul.

El ataque se lo atribuyeron los talibanes, pero el golpe ten¨ªa hechuras que trascienden el voluntarismo ciego de anteriores operaciones. Uno de los miembros del comando fue capturado cuando hu¨ªa hacia las zonas tribales de Pakist¨¢n, al este de Afganist¨¢n, convertidas en semillero y ¨¢rea de entrenamiento de una variada mezcolanza de extremistas isl¨¢micos de distinta procedencia (chechenos, rusos, uzbekos, paquistan¨ªes, pastunes...) alzados contra la presencia occidental en Afganist¨¢n. No hace mucho, un paquistan¨ª de 14 a?os intent¨® acabar en un ataque suicida con un gobernador afgano colaborador de las fuerzas de Estados Unidos.

Las zonas tribales paquistan¨ªes de los Waziristanes est¨¢n fuera del control efectivo del Gobierno de Islamabad, pese a los alrededor de 90.000 hombres movilizados por el general Pervez Musharraf con ese objetivo te¨®rico, y son vigiladas y atacadas por parte de aviones no tripulados que Estados Unidos mantiene en Afganist¨¢n en su operaci¨®n antiterrorista Libertad Duradera.

Son ¨¢reas donde extremistas creados y alimentados en el pasado por Pakist¨¢n para luchar con los sovi¨¦ticos en Afganist¨¢n (con apoyo de EE UU) y contra la India en Cachemira, han crecido hasta convertirse en grupos fuera de control. Los servicios secretos aliados creen que Osama Bin Laden podr¨ªa estar oculto en esa zona. En el sur, la permeabilidad de la frontera afgano-paquistan¨ª es otro quebradero de cabeza para los aliados.