La Espa?a que a¨²n se desangra
Falta de inmigraci¨®n y de empleo - Las zonas fronterizas con Portugal pierden poblaci¨®n en un pa¨ªs de imparable crecimiento demogr¨¢fico
Hay una Espa?a que se despuebla y est¨¢ al oeste. Hay una Espa?a que se despuebla porque siempre vivi¨® de espaldas a Portugal. Hay una Espa?a que se despuebla porque le dieron la espalda. Y esa Espa?a, curiosamente, transcurre en los m¨¢rgenes de la antigua V¨ªa de la Plata, v¨¦rtebra del esplendor comercial de la Hispania romana a la que hoy pretende sustituir una autov¨ªa renqueante que no termina de acabarse nunca.
Los ¨²ltimos datos publicados en enero en el BOE anuncian que la poblaci¨®n espa?ola crece m¨¢s all¨¢ de todas las previsiones, m¨¢s all¨¢ de los 45 millones. Pero en el ¨²ltimo a?o, Orense, Lugo, Asturias y cuatro de las cinco provincias que recorre la hist¨®rica calzada que conectaba la M¨¦rida Augusta con Astorga quedan ajenas al boom.
Salamanca, Le¨®n, Zamora y C¨¢ceres pierden habitantes entre 2006 y 2007
"Aqu¨ª hay zonas de demograf¨ªa siberiana", dice el profesor Robles
Molinillo, de 20 habitantes, no tiene tienda, ni bar. Hay pan cada dos d¨ªas
"La inmigraci¨®n no compensa la fuga de j¨®venes", dice ?ngel Villalba
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La poblaci¨®n s¨®lo crece si llegan inmigrantes. Y los inmigrantes llegan si hay trabajo. Primera explicaci¨®n a vuela pluma que brinda Julio P¨¦rez D¨ªaz, dem¨®grafo investigador del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). De muestra, un bot¨®n: la provincia de Salamanca pierde el 0,5% de su poblaci¨®n, s¨ª, pero Guijuelo crece y crea empleo en toda la comarca al calor de los jamones. Poblaciones como Sorihuela reciben nuevos habitantes, hondure?os y ecuatorianos que acceden a pisos de protecci¨®n oficial. Y sin embargo, todav¨ªa no hay autov¨ªa que conecte Guijuelo con Salamanca. Los camiones transitan por una precaria carretera nacional, un carril en cada sentido. Salamanca, Le¨®n y C¨¢ceres pierden poblaci¨®n en 2007. Zamora cae en picado desde 2000. La V¨ªa de la Plata. ?Por qu¨¦ coincide la franja que se despuebla con la V¨ªa de la Plata?
Valent¨ªn Cabero se recuesta sobre la silla de la sala de reuniones del decanato de la universidad de Salamanca y mesa su media melena cana. Se autodefine como "catedr¨¢tico de la V¨ªa de la Plata": ha dado clases en Universidades de Extremadura, Le¨®n y Salamanca, donde ahora es decano de la Facultad de Geograf¨ªa e Historia. Cabero sostiene que el problema es que Espa?a y Portugal siempre han vivido de espaldas, que el atraso hist¨®rico acumulado por dos dictaduras es una losa; "si no llega a ser por las ayudas de la Uni¨®n Europea, la franja fronteriza ser¨ªa un desierto". Su colega Ricardo Robles, catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica, ahonda en la cuesti¨®n: "?sta ha sido una frontera de retroceso, al contrario que la de Catalu?a y Francia. Durante demasiado tiempo ha sido una zona desierta, desierta de comunicaciones. Y meter a la gente en un desierto es dif¨ªcil. Aqu¨ª hay zonas de demograf¨ªa siberiana, con cuatro o cinco habitantes por kil¨®metro cuadrado. Los proyectos que se ponen en marcha luchan contra d¨¦cadas de atraso acumulado".
Vicente Rodr¨ªguez, ge¨®grafo del CSIC, dice que cuando se llega al oeste se llega a un culo de saco: "Es un problema estructural. La inmigraci¨®n ser¨ªa la salida para regenerarse. La base econ¨®mica es poco pujante, los j¨®venes se fueron en los a?os sesenta y setenta".
Michel echa monedas en la m¨¢quina tragaperras, cuya cantinela se mezcla con las consignas apunkarradas que el grupo Arpa Vieja escupe por el equipo de m¨²sica del bar. Estamos en La Taberna de Lalo, en Segura de Toro, un pueblecito cacere?o de alrededor de 200 habitantes que lleg¨® a tener m¨¢s de 600 a finales de los a?os cincuenta. Sus padres pertenecen a esa generaci¨®n que emigr¨® en los 60, por eso Michel naci¨® en Par¨ªs, hace 21 a?os. Gonzalo, el camarero, dice de ¨¦l que es un fil¨®sofo: "Aqu¨ª no se crece porque no hay inmigrantes y porque no hay industria", dice Michel con su voz ligeramente cazallera. El pueblo est¨¢ recuperando poco a poco habitantes, pero los j¨®venes, ¨¦l mismo, se tienen que ir fuera a estudiar. Hay un cierto sentimiento de culpa tras sus palabras, como si se hiciera responsable del destino del pueblo en el que ha vivido los ¨²ltimos siete a?os: "No es que nos falten apoyos, la verdad. Aqu¨ª, si pides dinero para un proyecto, te dan subvenciones y puedes montar algo en el pueblo. Los j¨®venes tenemos una asociaci¨®n, pero somos un poco dejaos". A los pies del pueblo, las zarzas y el alquitr¨¢n sepultan los viejos ra¨ªles del antiguo ferrocarril de la Plata. Lo cerraron a mediados de los 80. El decano Cabero sostiene que habr¨ªa que recuperarlo: "Supondr¨ªa ahorro de energ¨ªa y reactivaci¨®n econ¨®mica. Las autov¨ªas son t¨²neles de paso entre espacios lejanos".
El cartel deste?ido y oxidado de un restaurante argentino ya cerrado da la bienvenida al llegar a B¨¦jar, el Manchester castellano del siglo XIX, el epicentro de la lana, en los confines de Salamanca. Una localidad que naveg¨® en la abundancia, que Franco sostuvo encargando uniformes militares, que creci¨® de modo ficticio en los 50 y lleg¨® a la d¨¦cada de los 70 sin saber competir. Cuando llegaron los 80 ten¨ªa 18.000 habitantes. Ahora, 15.016. "El verdadero drama es que no hemos sido capaces de buscar una alternativa cuando se hundi¨® la industria y nadie se preocup¨® por ayudarnos", cuenta Cipriano Gonz¨¢lez, el alcalde. "La autov¨ªa de la plata se ha retrasado 20 a?os, llevamos 30 a?os sin una v¨¦rtebra en el oeste. Con la despoblaci¨®n se ha generado una sensaci¨®n de derrota". El alcalde se muestra entusiasmado con la inminente llegada a la ciudad de una empresa de placas solares que crear¨¢ 105 empleos a mitad de a?o, pero reclama un trabajo coordinado de las administraciones, reclama que la Junta de Castilla y Le¨®n transfiera competencias a los ayuntamientos. El oeste necesita un plan coordinado. Porque plan, haberlo, haylo.
El 23 de julio de 2004, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, originario de Le¨®n y Jes¨²s Caldera, de Salamanca, propulsaron un plan con 115 medidas que supone la inversi¨®n de 4.000 millones de euros en ocho a?os. Ah¨ª est¨¢ la ampliaci¨®n de los aeropuertos de Le¨®n y Salamanca, la creaci¨®n de un centro tecnol¨®gico de vanguardia, el Instituto de Nuevas Tecnolog¨ªas de la Comunicaci¨®n (que genera 500 puestos de trabajo), o el Hospital de San Andr¨¦s del Rabanedo (250 puestos, seg¨²n los datos del Ministerio de la Presidencia). Desde luego, nada como tener un presi de la tierra: s¨®lo Le¨®n se ha llevado casi un bill¨®n de las antiguas pesetas (m¨¢s de 6.000 millones de euros) en inversiones, seg¨²n Presidencia. El esfuerzo inversor ha llegado, el PP sostiene que es un fiasco, pero tardar¨¢ tiempo en dar sus frutos. Zamora, Le¨®n y Salamanca se encuentran entre las 10 provincias espa?olas que registraron menor crecimiento de su poblaci¨®n entre 2000 y 2005 seg¨²n el ¨²ltimo informe de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorro. Le¨®n y Zamora tambi¨¦n est¨¢n entre las diez que menor crecimiento de empleo registraron en ese periodo. Eso no se recupera en cuatro d¨ªas.
Jos¨¦ Manuel y Julia llegaron hace tres a?os a Molinillo, un pueblo en el que hay que ponerse frente al ayuntamiento para tener cobertura. Una estrecha carreterita que parte desde Crist¨®bal, a 20 kil¨®metros de B¨¦jar, conduce a este peque?o pueblo de la comarca de la Sierra de Francia, privilegiado microclima que siempre dio buen vino y buena patata. El a?o pasado cerraron la cooperativa por el problema demogr¨¢fico, la gente que trabaja las vi?as tiene ya m¨¢s de 70 a?os. Ahora, el vino, cada cual se lo hace en su casa. Molinillo tiene 20 habitantes, no tiene tienda, ni bar. Hay m¨¦dico dos d¨ªas a la semana, el pan lo traen cada dos d¨ªas y da gloria ver lo apa?ada que es la furgo del carnicero, con su higi¨¦nico despliegue de viandas. Es uno de los 2.248 municipios de la dispersa comunidad de Castilla y Le¨®n, la regi¨®n m¨¢s grande y despoblada de Espa?a.
Julia naci¨® aqu¨ª hace 56 a?os, cuando el pueblo ten¨ªa 350 habitantes, cuando las calles eran de barro, no hab¨ªa agua corriente y s¨®lo hab¨ªa luz el¨¦ctrica por las noches. Hoy, es de las j¨®venes del pueblo. Forma parte del codiciado colectivo de los retornados, de los nuevos rurales, de los urbanitas que regresan al campo. "Aqu¨ª se est¨¢ mucho mejor que en Madrid, no nos sentimos aislados", dice. Jos¨¦ Manuel est¨¢ encantado con la tranquilidad: "El oeste de Espa?a est¨¢ abandonado y los j¨®venes se van a Madrid. No me extra?a, con el kilo de uva a 35 c¨¦ntimos, a ver qui¨¦n se queda".
El profesor Cabero sostiene que la atomizaci¨®n del medio rural, con 140 municipios por debajo de los 100 habitantes, es rentable electoralmente para el Partido Popular, y que por eso la Junta tampoco se esfuerza demasiado en revertir la situaci¨®n: "Son territorios que reportan un voto conservador". Aboga por una pol¨ªtica comarcal, por n¨²cleos intermedios que vertebren el territorio. "Esa ausencia de pol¨ªtica comarcal es lo que est¨¢ matando al medio rural, que se encuentra desprotegido, sin servicios de calidad, sin autoestima".
Recuperar a los que se fueron. Es uno de los objetivos que se ha marcado la Junta de Extremadura, que ha dado la vuelta a la tortilla en Badajoz, pero que pierde 1.368 habitantes en C¨¢ceres entre 2006 y 2007. ?Estrategias?: rastrean la red de casas regionales extreme?as que hay por toda Espa?a (sobre todo en Madrid, Catalu?a y Pa¨ªs Vasco) y tientan a los que se fueron para que vuelvan. Facilitan su acceso a una vivienda. Atraen a j¨®venes para que hagan pr¨¢cticas en empresas extreme?as. La llegada del AVE, para 2010, infunde esperanzas para confirmar los datos de a?os precedentes, que indicaban que la despoblaci¨®n era historia en Extremadura.
En las Cortes de Castilla y Le¨®n la preocupaci¨®n llev¨® a crear una comisi¨®n parlamentaria sobre la despoblaci¨®n que aprob¨® un paquete de 73 medidas en 2005. ?ngel Villalba, secretario general del PSOE en esta comunidad, denuncia que las medidas que implicaban un esfuerzo econ¨®mico por parte de la Junta, controlada por el PP, no se han puesto en marcha. Que la Junta s¨®lo invierte el dinero que recibe de la Administraci¨®n central. Que apuesta por fortalecer lo f¨¢cil, el eje Burgos-Valladolid. "La inmigraci¨®n que nos llega no compensa la fuga de los j¨®venes", asegura Villalba. Paula, salmantina de 18 a?os, camina en direcci¨®n a la Facultad de Geograf¨ªa e Historia: "Esta ciudad enseguida se te queda peque?a, peque?a de ideas, peque?a de gente". Hojea un folleto cultural y protesta: "F¨ªjate, ?aqu¨ª cabe la programaci¨®n cultural de dos meses!".
El delegado de la Junta en Salamanca, Agust¨ªn S. de Vega, del Partido Popular, asegura sin embargo que todo el dinero que Salamanca recibe de la Junta se destina a luchar contra la despoblaci¨®n. Para 2008, 191 millones de euros que se destinar¨¢n a mejorar carreteras y servicios. Vega reclama al gobierno central que tome medidas concretas, como bajar los impuestos a los que se quedan a vivir en los pueblos. Y se queja de la desconexi¨®n con Madrid: 92 interminables kil¨®metros de carretera nacional, por la N-501, es lo que le espera al viajero que llega desde la capital.
Los economistas coinciden en que las inversiones p¨²blicas no son suficientes para luchar contra la despoblaci¨®n. Habla Matilde M¨¢s, economista y coautora de La localizaci¨®n de la poblaci¨®n espa?ola sobre el territorio: "Las infraestructuras en s¨ª mismas no generan por s¨ª solas actividad. La gente se va donde hay actividad. La inmigraci¨®n ha incrementado los desequilibrios territoriales". Ricardo Robles coincide en el an¨¢lisis: "Las carreteras son rentables cuando hay gente para usarlas. Hace falta atraer inmigrantes a esas zonas. Para que el mercado funcione, hacen falta clientes". Robles aboga por el protagonismo de los ayuntamientos, para que la acci¨®n baje al terreno y quede menos en manos del Estado o las comunidades aut¨®nomas.
Fijar poblaci¨®n en el medio rural es una de las claves y en esa batalla se encuentran iniciativas como Abraza la Tierra, un proyecto interterritorial que cuenta con el apoyo de varias comunidades aut¨®nomas y que busca a j¨®venes emprendedores y familias que quieran vivir en el medio rural. Les dan facilidades y les orientan a la hora de que se instalen en un medio que no conocen. De ese modo se consiguen milagros como el ocurrido en 2005 en Pe?acaballera, provincia de Salamanca. La escuela estaba a punto de desaparecer, cuando hay menos de cinco alumnos, las escuelas de los pueblos se cierran. Quedaban cuatro alumnos en el pueblo. La llegada de una familia madrile?a con tres ni?os permiti¨® que el colegio a¨²n siga en pie.
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