Los enterradores
?Qu¨¦ bien! Ya ha terminado la huelga de funerarias en Girona. Y yo me alegro, aunque todo el mundo tiene derecho a la huelga, incluso los empleados de las funerarias de Girona. Hace poco tuve la ocasi¨®n de requerir los servicios del gremio y comprob¨¦ lo mucho que se esfuerzan en tan delicados momentos. El se?or que vino a ense?arnos el cat¨¢logo de cajas disponibles -en tales circunstancias no est¨¢s para ir de un lado a otro- tra¨ªa un ordenador port¨¢til. Me fij¨¦ en el salvapantallas. A diferencia del que usted puede tener en el suyo, con una chica o un chico semidesnudo, pongamos por caso, o a diferencia del tierno salvapantallas con la foto del marido o la esposa con los ni?os, ¨¦l ten¨ªa un horizonte. Y lo comprend¨ª. Cuando uno trabaja vendiendo cajas a personas que tienen en casa a un muerto de cuerpo presente, el humor est¨¢ fuera de lugar, pero tambi¨¦n lo est¨¢ cualquier alarde de felicidad. Por alguna raz¨®n, la foto de la familia en ese ordenador habr¨ªa resultado obscena.
Cuando uno trabaja vendiendo cajas a los que en casa tienen un muerto, el humor est¨¢ fuera de lugar
El se?or, adem¨¢s, ten¨ªa que vestir traje y corbata oscura, por deferencia a nuestro luto. Y hablaba con un tono pausado y volumen discreto. ?Acaso habr¨ªa sido oportuno levantar la voz o mostrarse expansivo? Sab¨ªa -estoy segura- que cae mal a todas las personas a las que visita para hablar "del tema de la caja". Injustamente, los dolidos familiares de un difunto le vemos como un buitre, un pesetero, alguien que negocia con nuestro dolor. No es as¨ª, pero no podemos evitarlo. Sabe que le vemos como al enterrador del Lejano Oeste, ese que toma las medidas a los vaqueros cuando todav¨ªa est¨¢n vivos. Por eso, yo he respetado mucho su huelga: sus condiciones laborales no las querr¨ªa yo para m¨ª. Protestaban porque tienen que estar disponibles las 24 horas del d¨ªa, toda la semana (porque, ya se sabe, la parca no tiene horario). Pero, a pesar de respetar sus razones sindicales, me reconforta no estar en el pellejo de cualquiera de los gerundenses que estos d¨ªas han tenido un muerto que enterrar. Me imagino el dolor que te debe de causar que te digan que no entierran a tu padre, hijo, hermano o amigo "hasta que las c¨¢maras frigor¨ªficas est¨¦n colapsadas de cad¨¢veres". Te debes de volver loco. Por eso, deseo de todo coraz¨®n que sus condiciones laborales mejoren (no han conseguido, todav¨ªa, un acuerdo) y deseo, sobre todo, que no vuelvan a la huelga. M¨¢s que nada porque no quiero ni imaginarme los piquetes. Lo coherente, y no bromeo, ser¨ªa desenterrar cad¨¢veres. Y podr¨ªa ser peor. Si a los trabajadores funerarios les da por hacer una huelga a la japonesa, a lo mejor nos entierran vivos.
moliner.empar@gmail.com
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