La ciencia tambi¨¦n tiene 'techo de cristal'

Las mujeres representan algo m¨¢s de un tercio del personal dedicado a investigaci¨®n y desarrollo (I+D) a tiempo completo en la comunidad aut¨®noma, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Eustat. Y la presencia femenina en el sector avanza m¨¢s r¨¢pido: se ha triplicado en diez a?os, mientras que la masculina se ha duplicado. Pero a¨²n queda mucho por conseguir: alcanzar la media espa?ola (38,2%) y mirar hacia las empresas, donde se dan las mayores desigualdades.

Mar¨ªa Vivanco, jefa de la unidad de Biolog¨ªa Celular del CIC Biogune (centro de investigaci¨®n privado sin fines lucrativos); Mar¨ªa Aguirre, responsable de la agencia gubernamental Biobasque, y Cristina Guti¨¦rrez-Ca?as, catedr¨¢tica de Ingenier¨ªa industrial en la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV), forman parte de una generaci¨®n que, con una formaci¨®n excepcional y muchas horas de dedicaci¨®n, han prosperado en un mundo que les hab¨ªan presentado como masculino. Aunque siguen siendo a menudo las ¨²nicas mujeres en los encuentros de alto nivel, se muestran convencidas de que la val¨ªa de las personas se impondr¨¢ pronto sobre su sexo.

La presencia femenina est¨¢ en Euskadi por debajo del 38% de la media espa?ola

"En la relegaci¨®n influyen muchos factores, y hay que cambiarlos"

Por ahora, constatan un desfase evidente: las mujeres ya son m¨¢s de la mitad del alumnado universitario, pero esas cifras todav¨ªa no se han traducido en una representaci¨®n paritaria en los equipos de I+D; y, aunque Eustat no lo analiza, la presencia se reduce al m¨ªnimo en los cargos directivos. "El techo de cristal existe", constata Aguirre.

Creen que con su preparaci¨®n (Guti¨¦rrez Ca?as es catedr¨¢tica, y Vivanco y Aguirre cuentan con sendos postdoctorados en biolog¨ªa), hubiera sido sangrante que no ascendieran a puestos de responsabilidad. Pero destacan varios factores que frenan la promoci¨®n de las mujeres en la carrera investigadora. El primero es que la trayectoria de ¨¦stas es m¨¢s corta, lo que afecta al salario y los ascensos. "En Espa?a hay una buena base te¨®rica y legal sobre igualdad. Es cuesti¨®n de tiempo", opina Vivanco. Guti¨¦rrez-Ca?as percibe en la relegaci¨®n de la mujer la influencia de "los circuitos informales de decisi¨®n": "Se tiende a cooptar a los iguales, al compa?ero con el que se juega a pala".

Ven en la conciliaci¨®n con la vida familiar la principal traba, que impide pasar la noche en el laboratorio o ir a una reuni¨®n a las 8 de la tarde. Las parejas de Vivanco y Guti¨¦rrez-Ca?as -ambas madres de dos hijos- son compa?eros de profesi¨®n que les apoyan "tanto en casa como en el trabajo". "Pero la nuestra es una profesi¨®n muy intensa, y la maternidad supone una deceleraci¨®n durante unos meses. Aunque un hombre enfermo puede estar m¨¢s tiempo de baja, y nadie habla de eso", puntualiza la bi¨®loga. "Me ha costado mucho realizar una estancia en Estados Unidos. Mi vida ser¨ªa m¨¢s pobre sin hijos, pero mi ejercicio profesional ser¨ªa muy distinto", admite Guti¨¦rrez-Ca?as.

Aguirre no tiene hijos, y se pregunta si "las mujeres no son madres para ascender, o al rev¨¦s; ascienden las que no son madres". En cualquier caso, advierte que los hombres directivos suelen tener m¨¢s hijos que las mujeres, lo que muestra que perdura "el desequilibrio en el reparto de la carga familiar". Una econom¨ªa a¨²n regida por modelos masculinos no ha asumido de lleno una buena pol¨ªtica de conciliaci¨®n que beneficiar¨ªa a todos, critican las tres. Eso afecta tanto a los horarios como a la falta de guarder¨ªas en los centros de trabajo. "Se asume que la mujer se aguanta o no va a las reuniones, y los hombres no muestran preocupaci¨®n", se lamenta Vivanco.

"En los a?os ochenta me trataban como a una ni?ita, y a mis compa?eros no", recuerda la ingeniera, una de las dos mujeres que se licenciaron en una promoci¨®n de m¨¢s de 100 estudiantes. Hoy coinciden en que la discriminaci¨®n es mucho m¨¢s sutil, pero persiste. Vivanco se remite a una investigaci¨®n publicada en la revista Nature, que concluye que "las mujeres que solicitan becas para investigaci¨®n necesitan ser 2.5 veces m¨¢s productivas que los hombres para ser consideradas igualmente competentes".

Ante esas dificultades, coinciden en que para animar la vocaci¨®n cient¨ªfica entre las j¨®venes hay que visibilizar modelos positivos de investigadoras. Vivanco llama a mirar hacia los pa¨ªses n¨®rdicos, donde "la aportaci¨®n de la mujer en el ambiente acad¨¦mico ha dado frutos claramente beneficiosos".

Discrepan al valorar las medidas de acci¨®n positiva, como premiar el equilibrio de sexos en los equipos o establecer cuotas. Aguirre es la m¨¢s partidaria: "Es recomendable en algunos casos para acelerar el progreso. Confiando en la inercia tardar¨ªamos siglos", sostiene. Guti¨¦rrez-Ca?as no las encuentra efectivas: "Yo elijo a mi equipo y el sexo no me condiciona". Apuesta por un cambio de valores: "Las chicas siguen yendo de barbies. Hay que generar una disposici¨®n hacia nuevos sectores".

Vivanco no lo tiene claro. Cree que la invocar la discriminaci¨®n positiva es "un arma de doble filo", pero se pregunta: "?Qu¨¦ lleguen menos mujeres a puestos directivos demuestra que tienen menos val¨ªa? Por supuesto que no. Influyen muchos factores y hay que cambiarlos".

M¨¢s de la mitad de las investigadoras vascas trabajan en el sector de la ingenier¨ªa y la tecnolog¨ªa (la cifra se eleva al 77% en el caso de los hombres). La tradici¨®n industrial y el peso de los centros tecnol¨®gicos explican la menor presencia femenina en el Pa¨ªs Vasco que en el resto de Espa?a, explica la responsable del estudio de Eustat.

Por ello, es de esperar que el auge de las biociencias, dominadas por carreras m¨¢s feminizadas, suponga un aumento de la participaci¨®n femenina. "Como es un sector nuevo, no arrastra las inercias del pasado, y las personas cualificadas se extraen de la base. El 40% de los puestos directivos de estas nuevas empresas los ocupan mujeres", indica Aguirre. "Pronto ser¨¢ obvio que somos mayor¨ªa, y eso se tendr¨¢ que reflejar en los puestos directivos", comparte Vivanco.

A¨²n as¨ª, no les gusta hablar de feminizaci¨®n de la I+D; la directora de Biobasque prefiere referirse a "una distribuci¨®n l¨®gica", y la cient¨ªfica de Biogune cree que "lo ideal es que en cualquier profesi¨®n haya igualdad de oportunidades y de representaci¨®n". Aguirre lo confirma con datos: "Seg¨²n un estudio de la Escuela de Negocios de Londres", subraya, "los equipos paritarios son m¨¢s productivos e innovadores".