"Con todo el dinero que nos han dado, pod¨ªamos haber hecho otro pa¨ªs"
Las v¨ªctimas de Srebrenica denuncian su abandono 13 a?os despu¨¦s de la matanza
Srebrenica es el escenario de la peor matanza en suelo europeo desde el final de la II Guerra Mundial -8.200 civiles varones fueron asesinados en julio de 1995-. Tambi¨¦n es la fotograf¨ªa dolorosa y exacta de la Bosnia-Herzegovina que no funciona: fachadas agujereadas por balas disparadas hace 13 o m¨¢s a?os, ventanas parcheadas con viejos pl¨¢sticos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, como si la guerra no hubiera finalizado, casas fantasmales porque sus moradores fueron asesinados o los supervivientes no se atreven a retornar, desempleo masivo y miedo. En Srebrenica no hay ni presente ni futuro, solo viudas y un pasado que pesa como una losa.
"Vivimos en una atm¨®sfera densa en la que nadie busca la verdad", dice Hatidza
Hatidza Mehmedovic tiene 56 a?os. Es presidenta de las Madres de Srebrenica. Habla desde una voz ronca, de una tristeza profunda. Despu¨¦s de 13 a?os de espera, de remotas esperanzas, de sue?os y pesadillas, ha empezado el duelo. "Me avisaron hace dos meses desde Tuzla
[del centro de identificaci¨®n] de que hab¨ªan encontrado algunos huesos de mi marido. Tambi¨¦n hallaron parte de uno de mis dos hijos, pero que no pueden decirme de cu¨¢l. Voy a tener que enterrarlo sin saber a qui¨¦n entierro". Esta madre coraje que se atrevi¨® a gritar al presidente de Estados Unidos Bill Clinton, en los actos oficiales del d¨¦cimo aniversario, "?Por no hizo algo? ?Por qu¨¦ no hizo nada?", ir¨¢ junto a otras mujeres a Belgrado el 11 y 12 de febrero para hablar de Srebrenica. Ser¨¢ la primera vez que la voz de las v¨ªctimas se escuche en la capital serbia, si es que la situaci¨®n pol¨ªtica lo permite (el candidato del Partido Radical, Tomislav Nikolic, puede ganar las elecciones presidenciales del d¨ªa 3).
En Bratunac, a seis kil¨®metros al sureste, todos son serbios. Se respira un aire viciado, como si hubiera otro tipo de losa. En esta ciudad gris viven muchos de los soldados que participaron en la masacre. El hotel Fontana permanece cerrado, maldito. Nadie quiere comprarlo. Desde ¨¦l dirigi¨® el asalto de Srebrenica el general serbobosnio Ratko Mladic, a¨²n en paradero desconocido.
Sretan tiene 56 a?os, est¨¢ parado y se queja de la falta de empleo en la regi¨®n. "Hay gente que vive en la pobreza. Tenemos muchas depresiones y sufrimos mucho. Pero los que est¨¢n arriba tienen otras preocupaciones", dice este hombre que trabaj¨® en las ahora cerradas minas de Srebrenica. Slada tiene 19 a?os y estudia Medicina. Le gusta Serbia porque los bares cierran dos horas m¨¢s tarde que en Bratunac. Los fines de semana cruza junto a sus amigos el puente que sirve de frontera. "No nos interesa lo que pase en Kosovo. Nunca hablamos de ello. Lo que queremos es irnos de este pa¨ªs y vivir en Europa".
Entre Bratunac y Srebrenica est¨¢ Potocari. Una aldea donde crece un cementerio de l¨¢pidas blancas. Es lo ¨²nico que prospera en esta zona de Bosnia. Es donde est¨¢n enterrados los restos de m¨¢s de 2.000 personas que pudieron ser identificadas. Faltan los dem¨¢s, a¨²n en bolsas de pl¨¢stico o enterrados en fosas comunes no descubiertas. Potocari parece surgir de una hecatombe. Todas tienen la misma fecha de defunci¨®n: julio de 1995. "?D¨®nde est¨¢ el dinero que han dado por y para Srebrenica? Somos el s¨ªmbolo con el que muchos lavan su conciencia. Tambi¨¦n los hay con buena intenci¨®n que quieren ayudarnos. Con el dinero que se ha donado para recuperar Srebrenica se pod¨ªa haber construido una nueva Bosnia", dice Mehmedovic, quien denuncia la corrupci¨®n y la incapacidad de los pol¨ªticos bosnios, sin importar el bando o la nacionalidad. "Tenemos un dicho popular que lo explica bien: 'Cuando muchos m¨¦dicos atienden el parto, el ni?o sale d¨¦bil'. Es lo que ha pasado en este pa¨ªs. Demasiados m¨¦dicos en Dayton".
"Vivimos en una atm¨®sfera densa en la que nadie busca la verdad", a?ade la presidenta de las Madres de Srebrenica. "Los dirigentes no han tenido el valor de decirla a su gente. No reconocen su culpa. Es un error que pagaremos durante 50 a?os, pues las nuevas generaciones crecer¨¢n sin saber. Cuando no se sabe se repiten los errores. S¨®lo la verdad puede salvar a Serbia y a Bosnia. (...) Dicen que
[el presidente serbio Bor¨ªs] Tadic vino hasta aqu¨ª en 2005 a pedir perd¨®n. Yo no le o¨ª. ?En nombre de qui¨¦n lo pidi¨®? La ¨²nica manera de pedir perd¨®n a las v¨ªctimas es hacer justicia".
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