Poder crudo

Es una pregunta que corre como la p¨®lvora por diversos foros cibern¨¦ticos: ?c¨®mo es posible que ning¨²n gran sello haya fichado a Maika Makovski para rescatarla del underground? M¨¢s que nada porque tiene todo lo necesario para triunfar en un mundo que recuperase la cordura. A saber, precoz madurez compositiva, una garganta poderosa y vers¨¢til, apabullante presencia esc¨¦nica y un sex appeal de los que no abundan en el rock hispano.

Como una rosa repleta de espinas, tan pronto aguijonea los sentidos con el fr¨¢gil desgarro que desprenden temas como You eat me well o When the wind blows como avasalla al personal con andanadas rockeras de alt¨ªsimo octanaje, caso de So far sober o Attitude. Y lo hace al frente de un b¨¢sico power trio, con el que modula a su antojo cada uno de los muchos registros esc¨¦nicos de los que se sirve, escanciando los efectos perversos de su voz sobre un magma que supura garage rock.

Vendaval esc¨¦nico

Su poco concurrido concierto en el Mill Club -ya hab¨ªa actuado por la tarde en la Fnac- dur¨® escasamente una hora, suficiente para constatar el vendaval esc¨¦nico en el que se transforma esta barcelonesa de origen macedonio, quien no tiene el menor empacho en poner toda la carne en el asador act¨²e donde act¨²e.

Duele que este pa¨ªs siga atento a cada una de las nader¨ªas musicales perpetradas por Juliette Lewis e ignore el volc¨¢nico discurso de esta mujer que, adem¨¢s, nos pilla much¨ªsimo m¨¢s cerca.