Zola, un peri¨®dico y 300.000 lectores
Hace 110 a?os, el 13 de enero de 1898, el escritor Emile Zola public¨® su texto Yo acuso en L'Aurore. Pens¨® publicarlo como folleto, pero luego supuso que tendr¨ªa mayor resonancia en un peri¨®dico. "Desde entonces", escribi¨®, "ese peri¨®dico se convirti¨® en mi refugio, en la tribuna de la libertad y de la verdad, donde pod¨ªa decir todo". Y para quienes defendemos el derecho a la inocencia, ¨¦sa es a¨²n el alma de un peri¨®dico. Esa edici¨®n de L'Aurore, de la que se vendieron 300.000 ejemplares, supuso un cambio trascendental en la idea del peri¨®dico como espacio de opini¨®n.
El texto de Zola, presentado como una carta a monsieur Felix Faur¨¦, presidente de la Rep¨²blica Francesa, analiza el caso Dreyfus. El autor defiende al coronel Picquard y a Dreyfus, "dos v¨ªctimas, dos seres honestos". Y contin¨²a: "Yo acuso a ocho personajes o instituciones que contribuyeron a la ocultaci¨®n del caso".
El 'Yo acuso' de Zola abri¨® una nueva era del periodismo como espacio de opini¨®n
El caso Dreyfus aviv¨® el odio antisemita despertado por el cautiverio de la raz¨®n. En 1894 el servicio de contraespionaje franc¨¦s intercept¨® unas notas dirigidas al agregado militar alem¨¢n en Par¨ªs, donde se le daba informaci¨®n secreta. Hab¨ªa que encontrar un culpable y result¨® que el oficial Dreyfus era jud¨ªo, lo que le convert¨ªa autom¨¢ticamente en sospechoso. Se le enjuici¨® en 1895 por espionaje y fue condenado a cadena perpetua en la Guayana Francesa. Pero su familia no se rindi¨®, convencida de su inocencia. Y en 1896 el coronel Picquard encontr¨® pruebas que se?alaban al comandante Ferdinand Walsin Esterhazy.
Picquard fue apartado del caso. Los movimientos m¨¢s nacionalistas siguieron acusando a Dreyfus, mientras la izquierda cre¨ªa en su inocencia. El caso se convirti¨® en un lienzo en blanco, como la obra Art de Yasmina Reza, donde proyectar prejuicios y miedos, donde pensar en la identidad y la naci¨®n.
Fueron los antidreyfusard quienes acu?aron la palabra "intelectuales" para referirse a quienes cre¨ªan en la inocencia del jud¨ªo. Se gener¨® una oleada antisemita y un apasionado debate, especialmente a partir del texto de Zola. ?ste denunciaba la ocultaci¨®n de pruebas que exculpaban a Dreyfus y ped¨ªa la reapertura del caso. La resistencia a hacerlo era enorme. Hasta que el 12 de julio de 1906, cuatro a?os despu¨¦s de la muerte de Zola, Dreyfus fue rehabilitado. Era inocente.
El caso gener¨® nuevas ideas que alumbraron las cavernas de Europa. Mostr¨® que en el inconsciente de este continente, como se ver¨ªa de manera feroz despu¨¦s, exist¨ªa la pulsi¨®n del odio al otro. Hay que se?alar que la perversa obra de ficci¨®n Los Protocolos de los sabios de Si¨®n, un long-seller antijud¨ªo y antimodernidad, se public¨® en Rusia en esa misma ¨¦poca.
?Qu¨¦ hubiera sucedido de ser culpable Dreyfus? ?Puede un jud¨ªo ser culpable sin que por ello se culpabilice a los dem¨¢s?
Ya en el caso Dreyfus vemos que, como escribi¨® Reyes Mate, "el juda¨ªsmo no es un asunto religioso que afecte meramente a los jud¨ªos. Es una cuesti¨®n europea que tiene que ver con toda nuestra cultura, con la filosof¨ªa y tambi¨¦n con la pol¨ªtica y con la historia".
Uno deber¨ªa preguntarse ante cada momento hist¨®rico: ?de qu¨¦ lado hubiera estado yo? El caso Dreyfus mostr¨®, por una parte, que la idea sobre lo jud¨ªo es una medida de la salud del pensamiento europeo, y, por otra, gener¨® un movimiento basado en un anhelo espiritual milenario: el sionismo.
En Par¨ªs, en 1895, Teodor Herzl, seg¨²n cuenta en sus memorias Stefan Zweig, "hab¨ªa asistido en calidad de corresponsal a la degradaci¨®n p¨²blica de Alfred Dreyfus, hab¨ªa visto arrancar las charreteras a un hombre p¨¢lido que exclamaba "Soy inocente". Y en aquel mismo instante se habr¨ªa convencido, en lo m¨¢s hondo de su conciencia, de que Dreyfus era inocente y de que s¨®lo era acusado por ser jud¨ªo". El grito de "Muerte al jud¨ªo" le dio a ese corresponsal la idea de un nuevo Estado donde ser jud¨ªo no fuera una culpa.
Zola acaba su texto se?alando que se pone a disposici¨®n de la justicia si su denuncia es considerada una difamaci¨®n. Pero fueron las acusaciones a Dreyfus las que sobrepasaron el l¨ªmite de lo opinable. ?ste es otro aspecto que permite iluminar la actualidad: el derecho a la libre opini¨®n frente el derecho a ser protegido de una idea delictiva. Es lo que est¨¢ en cuesti¨®n en actual debate acerca del negacionismo. ?Se puede considerar una opini¨®n negar el Holocausto? ?No es m¨¢s bien una conducta justificativa del delito? ?No se trata de un arma de la ideolog¨ªa nazi?
Zola, que muri¨® asfixiado por una estufa -una muerte bajo sospecha-, hab¨ªa recibido numerosas amenazas. Su fallecimiento nunca fue aclarado del todo. En cualquier caso, este escritor fue un ejemplo de compromiso intelectual consciente y responsable. Zola estaba menos preocupado por la venta de libros y por el aplauso que por el despertar de conciencias. Daba valor y significado a la palabra, impidiendo as¨ª la derrota del pensamiento. Abri¨® en su tiempo una brecha en los prejuicios.
Pero detr¨¢s de Zola hab¨ªa un peri¨®dico impreso y adem¨¢s 300.000 compradores, cada uno de ellos una voz y una conciencia. Y ellos hablaron en los hogares, las f¨¢bricas, las tabernas, contribuyeron a pensar y a cambiar una injusta situaci¨®n.
La palabra debe buscar la verdad, pero nada dice si no encuentra ese "t¨²" que le escucha. Tambi¨¦n este enero es el aniversario de esos lectores del Yo acuso. Esos lectores comprometidos dieron los primeros pasos de la modernidad.
Esther Bendahan es novelista.
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