Los obispos y el voto

La Conferencia Episcopal ha emitido una nota sobre las elecciones del 9 de marzo, en lo que ya parece haberse convertido en una rutina. No se trata de negar a los obispos su derecho a introducir sus mensajes pastorales en la vida pol¨ªtica, sino de recordarles que, a diferencia del resto de los ciudadanos, ellos disponen de un espacio exclusivo y reservado para hacerlo: los templos. Si se deciden a abandonarlos, como sucede cada vez que emiten una nota semejante a la de ayer, deben atenerse a las reglas pactadas entre ciudadanos y recogidas en la Constituci¨®n y las leyes. En el terreno pol¨ªtico, ni son pastores de nadie puesto que rige el principio de una persona, un voto, ni pueden reclamar la posesi¨®n de la verdad si no es a costa de incurrir en fanatismo.

La nota de la Conferencia Episcopal recomienda a los cat¨®licos el voto al Partido Popular por la v¨ªa de describir los partidos a los que no deben apoyar, sin nombrar ni a uno ni a otros. Es una opini¨®n pol¨ªtica y no doctrinal, que, en todo caso, colocar¨ªa a los obispos ante la necesidad de explicar qu¨¦ tratamiento reservar¨¢n a los creyentes que no sigan su consigna o que militen en formaciones que no son la que recomiendan. Pero, sobre todo, coloca al PP ante la obligaci¨®n de pronunciarse sobre la autonom¨ªa de la esfera pol¨ªtica en nuestro sistema constitucional: el intento de hacer coincidir el n¨²mero de los cat¨®licos espa?oles con el n¨²mero de sus votantes le pone en evidencia, tanto como a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica.

El retrato en negativo de los partidos a los que, seg¨²n la Conferencia Episcopal, no deben votar los cat¨®licos est¨¢ trazado con rasgos insidiosos, que no responden a la realidad. No es cierto que existan "dificultades crecientes para incorporar el estudio libre de la religi¨®n cat¨®lica en los curr¨ªculos de la escuela p¨²blica". Lo que sucede, por el contrario, es que la escuela p¨²blica no puede convertirse en agente de catequesis cat¨®lica, como pretende el sector m¨¢s integrista de los obispos. La menci¨®n a la negociaci¨®n con los terroristas est¨¢ redactada con particular malevolencia: ni la sociedad espa?ola ni ning¨²n partido democr¨¢tico ha considerado nunca que una banda de asesinos sea "representante pol¨ªtico de ning¨²n sector de poblaci¨®n" o "interlocutor pol¨ªtico" de nadie.

La b¨²squeda del consenso en el interior de la Conferencia Episcopal, profundamente dividida ante sus propias elecciones de marzo, ha hecho que la nota recoja algunos principios constitucionales que deber¨ªan regir las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Habr¨ªa que tomarle la palabra a los obispos y animarles a que den pruebas de que, en efecto, respetan "a quienes ven las cosas de otra manera" o de que no confunden la "aconfesionalidad o laicidad del Estado con la desvinculaci¨®n moral". Ante la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa tendr¨ªan, por ejemplo, una ocasi¨®n inmejorable para demostrar que son fieles a sus propias recomendaciones.