Una abyecta infamia

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid anunci¨® hace tres a?os a bombo y platillo, sobre la base de una denuncia an¨®nima, el descubrimiento de una estrategia de eutanasia masiva, causante ya de 400 muertes, puesta en marcha por el servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s mediante sedaciones letales suministradas a los enfermos a espaldas de sus familiares. La presidenta Esperanza Aguirre respald¨® las medidas adoptadas por Manuel Lamela (ascendido a consejero de Transportes en la actual legislatura), que destituy¨® al doctor Montes, director del servicio de urgencias, y realiz¨® una purga entre los facultativos.

La campa?a de intoxicaciones informativas lanzada por la radio de los obispos y el diario El Mundo contra el doctor Montes (apodado Doctor Muerte) incluy¨® un reportaje titulado La Soluci¨®n Final, ominoso recordatorio del exterminio de varios millones de jud¨ªos en los campos nazis. Aunque la tozudez de los hechos oblig¨® a los calumniadores a rebajar considerablemente las dimensiones de la supuesta hecatombe, la virulencia de los ataques no baj¨® de tono. El presidente del PP y su secretario general elogiaron al consejero Lamela calurosamente: si Rajoy afirm¨® que era uno de los dirigentes populares m¨¢s importantes, Acebes lo calific¨® de "magn¨ªfico pol¨ªtico y magn¨ªfico patriota". El esc¨¢ndalo desemboc¨® finalmente en un litigio penal promovido por la Viceconsejer¨ªa de Sanidad de la Comunidad. El Juzgado n¨²mero 7 de Legan¨¦s sobresey¨® la causa el 20 de junio de 2007. La Audiencia Provincial de Madrid, que acept¨® el recurso de apelaci¨®n del doctor Montes no contra la parte dispositiva del auto judicial, sino contra su fundamentaci¨®n jur¨ªdica por las referencias hechas al cumplimiento de la lex artis en el servicio de urgencias de hospital de Legan¨¦s, ha dado ahora un paso m¨¢s al ordenar la supresi¨®n en el texto de cualquier menci¨®n a una eventual mala pr¨¢ctica m¨¦dica.

La justicia archiva la denuncia contra los m¨¦dicos del servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa

Una vez que la Audiencia ha restablecido la verdad de los hechos con el sobreseimiento de la causa, ?c¨®mo reparar los perjuicios inferidos a la carrera de los m¨¦dicos cesados en sus destinos hospitalarios de libre disposici¨®n por la Comunidad de Madrid y linchados moralmente por los corifeos medi¨¢ticos del PP? Aunque los actuales gobernantes de la Comunidad escurran hoy el bulto por falta de gallard¨ªa, deber¨¢n dar cuentas antes o despu¨¦s de esa abyecta infamia. Una tr¨¢gica consecuencia de esta caza de brujas, sin embargo, no tiene remedio: el in¨²til sufrimiento padecido por los enfermos terminales de los hospitales p¨²blicos de la regi¨®n, privados de cuidados paliativos contra el dolor por culpa del terror desatado entre los m¨¦dicos de la Comunidad de Madrid por el santo inquisidor Manuel Lamela y la liberal madre superiora Esperanza Aguirre, elevada a las cumbres m¨¢s altas del pensamiento m¨ªstico con la consoladora reflexi¨®n para los m¨¦dicos represaliados de que s¨®lo la muerte es irreversible.