Los que intentaron cambiar la Iglesia
Un libro rescata las historias de decenas de sacerdotes valencianos que en los a?os setenta abandonaron la Iglesia por su inmovilismo
La conversaci¨®n tuvo lugar en el palacio arzobispal de Valencia un d¨ªa de 1975 en que el sacerdote Antonio Signes le repiti¨® al obispo que lo hab¨ªa pensado bien y quer¨ªa abandonar la Iglesia. Una semana antes, el primer anuncio cogi¨® a su interlocutor desprevenido. El segundo, no: el obispo lo esperaba ante una larga ficha que resum¨ªa el historial del cura, nacido en Gata de Gorgos en 1940.
Despu¨¦s de repasarla, el obispo dijo saber la causa por la que ped¨ªa la secularizarse. Acert¨®. "Me dijo que mi labor pastoral siempre tuvo como objetivo principal ayudar a los hombres en un sentido terrenal, luchar por los derechos humanos. Pero que me olvidaba de lo principal: llevar las almas a Dios. Me hab¨ªa esforzado mucho, dijo, por cambiar la Iglesia. Hab¨ªa luchado por una Iglesia m¨¢s terrenal y esa Iglesia ni existe ni existir¨¢. 'La ¨²nica Iglesia verdadera es la que hay, la m¨ªa", recuerda Signes que le dijo. Y que ¨¦l contest¨®: "As¨ª las cosas, ustedes se quedan con su Iglesia y yo la tengo que abandonar".
"Quer¨ªamos llevar a la pr¨¢ctica la idea de Jes¨²s cuando predicaba"
"Lo que la Iglesia hace ahora es eminentemente pol¨ªtica"
Signes ha recogido su caso en ?Por qu¨¦ nos salimos? Los secularizados. Un libro que re¨²ne 14 testimonios contados en primera persona de ex sacerdotes que decidieron dejar la Iglesia despu¨¦s de convencerse de que no la podr¨ªan cambiar. Un camino que siguieron cerca de 500 curas en la d¨¦cada de los setenta.
Las historias no est¨¢n escritas como un ajuste de cuentas. Tampoco son amargas, probablemente por lo que explica Signes, casado hace 31 a?os, padre de dos hijas, que vive con su mujer en un adosado en Paiporta:
"De los 50 que he contactado para coordinar el libro, todos menos uno son ahora mucho m¨¢s felices de lo que lo eran. Vemos las cosas con much¨ªsima m¨¢s libertad, nos atrevemos a hablar. A veces, cuando hablas con los compa?eros que han seguido parecen acoquinados, no se atreven a opinar".
No hay af¨¢n de venganza pero s¨ª que hay un motivo para que el libro se publique ahora. "Cuando nos fuimos lo hicimos sin hacer ruido. Y cuando nos planteamos escribirlo, pensamos que era importante contarlo precisamente ahora, en una ¨¦poca en que la Iglesia es capaz de salir a la calle dando la impresi¨®n de que est¨¢ evangelizando cuando lo que est¨¢ haciendo es eminentemente pol¨ªtica, porque lo que quiere es poder".
Los secularizados fueron en su mayor¨ªa curas obreros y sacerdotes rurales nacidos entre finales de la d¨¦cada de los veinte y principios de los cuarenta. Tras la Guerra Civil una especie de fervor religioso llen¨® los seminarios. Muchos entraron a los seminarios por convicci¨®n. Otros, como Jos¨¦ Palau Guillem, lo hicieron m¨¢s bien debido a las dificultades que atravesaban sus hogares.
El seminario, en concreto el de Montcada, al que acudieron la mayor¨ªa de los ex sacerdotes del libro, result¨® ser un centro de alto nivel de formaci¨®n. "Era uno de los m¨¢s adelantados de toda Espa?a. Ven¨ªan profesores que hab¨ªan estudiado en Lovaina, en Munich, en Roma, y estaban muy preparados. Entonces, a pesar de que la espiritualidad era muy racana, muy convencional, incluso un poco fan¨¢tica", dice Signes, "la intelectualidad iba por el lado m¨¢s libre de la persona".
Los secularizados se vieron muy influidos por el Concilio Vaticano II, la renovaci¨®n emprendida por el Papa Juan XXIII, "por aquel aire fresco, aquellas ansias porque la Iglesia cambiara". Poco a poco descubrieron, sin embargo, que la jerarqu¨ªa espa?ola no estaba dispuesta a llegar ni la mitad de lejos de donde ellos quer¨ªan llegar.
"Nosotros hab¨ªamos avanzado mucho m¨¢s que la Iglesia". Aunque la mayor¨ªa adujo su incapacidad para mantener el celibato para obtener el rescripto del Vaticano para volver a ser laicos (era la forma m¨¢s r¨¢pida de conseguir el permiso papal).
Las causas de su salida fueron m¨¢s complejas. ?Qu¨¦ cu¨¢les fueron? "Es imposible responder brevemente. Nosotros quer¨ªamos llevar a la pr¨¢ctica la idea que Jes¨²s ten¨ªa cuando predicaba. No aspir¨¢bamos al poder. No quer¨ªamos ser personas especiales en cuanto que sacerdotes, sino diluirnos en la gente y desde ah¨ª trabajar. Esa era, un poco, la idea general".
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