¡°?lvaro quer¨ªa nacer, se ahogaba, y en la cl¨ªnica nadie hizo caso¡±
Varias horas de sufrimiento fetal extremo lesionan irreversiblemente a un beb¨¦
?lvaro Ramos Fern¨¢ndez tiene 10 meses y no se mueve. Apenas distingue bultos, tiene el cr¨¢neo deformado y nadie sabe si oye o siente. Respira, y poco m¨¢s. Es fuerte. Naci¨® con casi cuatro kilos, pero parece que el mundo se ha puesto en su contra desde que a su madre le provocaron el parto el d¨ªa 27 de marzo de 2007, tres semanas y cinco d¨ªas antes del nacimiento natural, en la cl¨ªnica privada Nuestra Se?ora del Rosario de Madrid. Cerca de tres horas de sufrimiento extremo del feto, que presuntamente nadie atendi¨®, han condenado al beb¨¦ a una vida vegetativa. Seg¨²n los expertos, un feto no puede sobrepasar los 40 minutos de sufrimiento agudo sin padecer despu¨¦s las consecuencias. A ?lvaro le mantuvieron en ese estado durante varias horas. El juez ha admitido a tr¨¢mite la querella criminal presentada por los padres y ha citado a la ginec¨®loga como imputada.
"Se?ora, c¨¢llese ya", le espet¨® un m¨¦dico a la madre, alarmada por la situaci¨®n
?ste es el relato de lo que ocurri¨®, seg¨²n los documentos aportados en la demanda:
- Nueve de la ma?ana del 27 de marzo. Marifran Fern¨¢ndez, ejecutiva de 36 a?os, ingresa en el sanatorio privado de Nuestra Se?ora del Rosario de Madrid para dar a luz a su segundo hijo, ?lvaro, un beb¨¦ cuya robustez parece aconsejar, seg¨²n la ginec¨®loga, Alicia Gunti?as Castillo, un alumbramiento inducido antes de tiempo. Se le administra un acelerador de la maduraci¨®n cervical y se conecta al monitor de registro tococardiol¨®gico para seguir los signos vitales del feto, como es habitual en cualquier parto. La ginec¨®loga comenta que hasta las once de la noche no nacer¨¢ el cr¨ªo. Se ausenta. A los pocos minutos la madre nota fuertes dolores y contracciones. Llaman a la ginec¨®loga. No viene. La madre, que recuerda el parto de su otro hijo y le parece que algo no encaja, pregunta a la matrona: ?Es todo normal? ?sta responde que s¨ª.
- 11.00. La madre empeora. Aumenta el dolor y siente fiebre. El monitor registra picos muy altos y formas borrosas. "?Este aparato est¨¢ funcionando bien?", pregunta el futuro padre, Luis Ramos. "S¨ª", dice Gunti?as, tras lo cual abandona el sanatorio.
- 13.30. La matrona decide bajar a la parturienta a la sala de dilataci¨®n. Ella pregunta: "?Qu¨¦ le pasa a ese monitor, por qu¨¦ no viene la ginec¨®loga, por qu¨¦ tengo fiebre?". Responde la comadrona: "He tenido cinco hijos sin epidural y sin quejarme".
- 14.30. Llega la ginec¨®loga. La madre alerta sobre el monitor. Gunti?as la tranquiliza: "Muy normal no es, pero el ni?o est¨¢ bien. No te preocupes". Se va.
- 17.00. Los padres no pueden m¨¢s. Los picos en la gr¨¢fica que sale por el lateral de la m¨¢quina llevan horas desquiciados. Marifran da alaridos de dolor. "No lo entiendo, te hemos puesto varias dosis de epidural. Si te duele algo es porque est¨¢s nerviosa", dice Gunti?as. Se marcha.
- 19.30. El ec¨®grafo contin¨²a emitiendo se?ales como si el feto hubiera enloquecido, algo no muy alejado de la realidad, seg¨²n se comprobar¨ªa despu¨¦s. "?lvaro ped¨ªa ayuda desesperadamente. ?l quer¨ªa nacer, se estaba ahogando y transmit¨ªa su sufrimiento con taquicardias, reflejadas en la gr¨¢fica. Nadie le hizo caso", lamenta la madre. La ginec¨®loga decide practicar una ces¨¢rea. "Tu mujer est¨¢ muy nerviosa", dice Gunti?as al padre. Pero el ni?o es extra¨ªdo con f¨®rceps. No llora al nacer. La madre se desespera. "Todo va bien, le vamos a llevar a la incubadora", le dicen. "?Por qu¨¦ no llora? ?Por qu¨¦ no llora?", repite. "Se?ora, c¨¢llese ya", le recrimina uno con bata blanca. "Estoy muy preocupada", protesta ella. "Una cosa es estar preocupada y otra estar hist¨¦rica", zanja el profesional.
La ginec¨®loga le explica que ?lvaro est¨¢ en la incubadora porque como ella ha tenido fiebre durante el parto igual le ha transmitido alg¨²n virus. La madre se siente culpable: "?No habr¨¦ respirado bien? ?He contra¨ªdo el virus? ?Le he hecho da?o al beb¨¦? ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?".
- Cinco de la madrugada del d¨ªa siguiente. Luis recibe un mensaje en el m¨®vil del jefe de Neonatolog¨ªa para que se ponga en contacto con ¨¦l. Deja de vestir a Alejandro (dos a?os), que quiere conocer a su hermano, y corre al hospital. All¨ª, el jefe de Neonatolog¨ªa le comunica que tal vez convenga trasladar a ?lvaro al Cl¨ªnico, "porque tienen m¨¢s medios".
- 13.20. Le pasan a la firma la autorizaci¨®n de traslado. El documento alega "dificultades respiratorias" del beb¨¦. Simult¨¢neamente, le piden otra firma: "La cl¨ªnica Nuestra Se?ora del Rosario ha hecho todo lo posible por tratar al neonato". Firma sin ser consciente. Su abogado le ha aclarado despu¨¦s que tal r¨²brica carece de valor legal. Luis no es m¨¦dico y no posee conocimientos para avalar tal cosa. Eso s¨®lo podr¨¢ determinarlo el juez.
- 14.00. Llegada al Cl¨ªnico. El padre est¨¢ esperando en la puerta de ambulancias. Se sorprende al ver que la Polic¨ªa Municipal ha cortado el tr¨¢fico para despejar el carril-bus. Le dicen que la circulaci¨®n est¨¢ interrumpida en dicho carril desde la calle del Pr¨ªncipe de Vergara (donde est¨¢ Nuestra Se?ora del Rosario). Tiene un presentimiento, pero se niega a aceptarlo. El responsable del SUMMA le dice por fin la verdad: "Se muere. Le hemos recogido con parada cardiorrespiratoria". El 20 de abril fue dado de alta con secuelas irreversibles.
Ni la ginec¨®loga ni la cl¨ªnica denunciada han atendido las reiteradas peticiones de EL PA?S para conocer su versi¨®n.

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