El juego del rat¨®n y el gato
Las demandas de ilegalizaci¨®n del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK en euskera) y Acci¨®n Nacionalista Vasca (ANV) presentadas la pasada semana ante la Sala Especial del Supremo por la Abogac¨ªa del Estado y la Fiscal¨ªa General han iniciado la v¨ªa procesal civil -regulada por la ley de partidos (LOPP) de 2002- para solicitar la disoluci¨®n de ambas formaciones por sus relaciones de subordinaci¨®n respecto a Batasuna, ilegalizada en 2003 -tambi¨¦n sus posibles marcas fraudulentas sustitutorias en el futuro- por el alto tribunal.
En paralelo, el ministerio p¨²blico se ha dirigido igualmente al Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional (cuyo titular es el magistrado Baltasar Garz¨®n) para emprender ese mismo camino por la v¨ªa penal: el delito del que acusa la fiscal¨ªa a PCTV y ANV es su incardinaci¨®n en el "complejo terrorista" dirigido por ETA.
Desde su ilegalizaci¨®n en 2003, Batasuna intenta concurrir a las elecciones bajo diferentes disfraces
Si bien la v¨ªa penal suele tener preferencia -prejudicialidad- sobre la v¨ªa civil cuando ambas se ocupan del mismo asunto, el art¨ªculo 10.6 de la LOPP establece que la coincidencia temporal de ambos procedimientos judiciales no interferir¨¢ su respectiva continuidad por separado hasta la conclusi¨®n. Sin embargo, esa coexistencia pac¨ªfica podr¨ªa terminar enturbiada por resoluciones contradictorias procedentes de las distintas jurisdicciones. Dos respuestas diferentes a la petici¨®n de suspensi¨®n cautelar del derecho de EHKA y ANV a presentar candidaturas el 9-M (el art¨ªculo 11.8 de la LOPP se lo permitir¨ªa al Supremo y el art¨ªculo 129 del C¨®digo Penal, al juez Garz¨®n) servir¨ªan de piedra de toque al respecto.
Los precedentes hist¨®ricos, pol¨ªticos y jur¨ªdicos respaldan las solicitudes de ilegalizaci¨®n de EHAK y de ANV. Es un hecho probado en los tribunales que ETA puso en marcha desde comienzos de los ochenta una estrategia que le permitiera estar presente, mediante disfraces y encubrimientos a ser posible legales, en todos los ¨¢mbitos posibles de la sociedad vasca. La direcci¨®n de la banda terrorista no se limita a controlar las redes log¨ªsticas, los dep¨®sitos de armamento y los comandos especializados en asesinatos y atentados. Tambi¨¦n adopta las decisiones ¨²ltimas -transmitidas generalmente a trav¨¦s del mecanismo de la doble militancia- en el seno de las organizaciones que defienden sus objetivos en los parlamentos, diputaciones y ayuntamientos del Pa¨ªs Vasco y Navarra, provocan los des¨®rdenes p¨²blicos de la kale borroka, realizan las campa?as de amnist¨ªa en favor de los presos condenados por terrorismo, adoctrinan a sus seguidores a trav¨¦s de peri¨®dicos, revistas y libros, llevan a cabo recaudaciones en las herriko tabernas y facilitan la financiaci¨®n de la banda mediante las extorsiones del impuesto revolucionario.
Las pioneras instrucciones sumariales del juez Garz¨®n y algunas sentencias dictadas por la Audiencia Nacional y la Sala de lo Penal del Supremo sit¨²an las fronteras de ETA mas all¨¢ del n¨²cleo perpetrador de los cr¨ªmenes: la trama civil sometida a las ¨®rdenes de los jefes militares de la banda -camuflados a veces dentro de la organizaci¨®n desdoblada- forma igualmente parte de la estructura de ETA en sentido propio y no como sin¨¦cdoque. La terca resistencia del PNV a admitir esa obviedad judicialmente probada s¨®lo puede ser fruto de la cerraz¨®n ideol¨®gica o del fingimiento pol¨ªtico.
La obstinada negativa del nacionalismo institucional a la ilegalizaci¨®n de los partidos o agrupaciones electorales de la llamada izquierda abertzale suele invocar el dato cierto de los 150.000 votos que suelen respaldarlos. El escrito de la abogac¨ªa del Estado arguye, sin embargo, que la expresi¨®n izquierda abertzale no es una denominaci¨®n acad¨¦mica o te¨®rica, ni tampoco un r¨®tulo social o electoral, sino una marca identificadora de la trama ideol¨®gico-pol¨ªtica articulada en torno al independentismo violento de ETA.
Tras la ilegalizaci¨®n dictada hace cuatro a?os, Batasuna se dedic¨® al juego del rat¨®n y el gato con el Estado en las municipales de 2003, las europeas de 2004, las auton¨®micas de 2005 y las municipales de 2007. El ingenio de la organizaci¨®n terrorista para saltarse a la torera la interdicci¨®n de concurrir a las urnas obtuvo resultados desiguales. El rat¨®n cay¨® en la trampa de la LOPP varias veces pero finalmente burl¨® al gato en dos ocasiones: EHKA logr¨® nueve esca?os en el Parlamento de Vitoria y ANV conquist¨® 457 concejales en los comicios de 2007.
Sea cual sea la causa de su demora (el oportunismo pol¨ªtico, seg¨²n los populares, o el legalismo jur¨ªdico, seg¨²n los socialistas), el Gobierno ha iniciado demasiado tarde el proceso de ilegalizaci¨®n de EHAK y ANV para que la sentencia pueda ser dictada antes del 9-M; la renuncia al cauce procesal de la ejecuci¨®n de la sentencia de disoluci¨®n de Batasuna -y de sus continuadores en fraude de ley- refuerza esa conclusi¨®n. El gato atrapar¨ªa al rat¨®n, sin embargo, si el Supremo -por la v¨ªa civil- y el juez Garz¨®n -por la v¨ªa penal- suspendieran el derecho de ambos partidos a concurrir a las urnas.
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