Barber¨¢ ignora una sentencia del Supremo contra el ruido en Valencia
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Nada ha cambiado en la zona de ocio de Juan Llorens de la ciudad de Valencia. Calles saturadas de garitos, coches que aparcan donde pueden, jolgorio hasta altas horas de la madrugada, botell¨®n..., y vecinos que no pegan ojo de jueves a domingo.
El Tribunal Supremo afirma que el Ayuntamiento de Valencia vulnera los derechos de los habitantes de la zona a la vida privada, la integridad f¨ªsica y moral, y a la intimidad al no frenar el exceso de ruido nocturno, y que est¨¢ obligado a tramitar un expediente de Zona Ac¨²sticamente Saturada (ZAS). As¨ª lo dej¨® escrito el alto tribunal el 12 de marzo de 2007, en una sentencia que zanj¨® m¨¢s de 15 a?os de protesta vecinal contra el desmadre nocturno. Pero la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, no parece estar muy preocupada en ejecutar el fallo. A un mes de cumplirse un a?o del pronunciamiento judicial, no hay fecha para resolver el expediente de la ZAS e imponer medidas de control para rebajar la contaminaci¨®n ac¨²stica que prev¨¦ la propia ordenanza municipal. Adem¨¢s, tras el fallo se ha reabierto una discoteca y se han traspasado locales que siguen sirviendo copas.
La Associaci¨® de Ve?ns Arrancapins-La Petxina logr¨® entrevistarse con el concejal de Actividades, Vicente Igual, unas semanas despu¨¦s de conocerse la sentencia. "Tras mucho insistir", recuerda el presidente de la asociaci¨®n. Aquella ha sido la ¨²nica reuni¨®n en casi un a?o. Habr¨¢ otra con la concejal de Contaminaci¨®n Ac¨²stica este mes. Los vecinos no han dejado de llamar, de enviar escritos, pero el proceso no ha avanzado. "No aplicar la ZAS lleva a que se reabran locales y siga la marcha", se quejan."Yo vivo en una calle donde lo que molesta m¨¢s es que aparcan todos. Cuando salen de los pubs a las tres de la ma?ana, van borrachos, gritando y tardan una hora en irse". As¨ª lo vive en el barrio Mar¨ªa Jes¨²s R., profesora de 51 a?os, que avisa de que con el buen tiempo "volver¨¢ el botell¨®n". "La polic¨ªa pasa de largo, porque son grupos de mucha gente", contin¨²a esta mujer, que sale al balc¨®n para pedir "que vayan a otro sitio" cuando se cansa del griter¨ªo. "Aqu¨ª hay gente que no logra dormir hasta las cinco de la ma?ana", a?ade.
As¨ª era hace un a?o y as¨ª ocurre a¨²n ahora. El laboratorio municipal registr¨® hace meses los decibelios en Juan Llorens y adyacentes, y puso los resultados a disposici¨®n de Actividades para que fijara el ¨¢mbito afectado para una declaraci¨®n de zona saturada de ruido. Este servicio, sin embargo, ha insistido en que es el laboratorio el que tiene que fijar la ZAS. Uno y otro se han pasado la pelota hasta hace 15 d¨ªas, cuando el expediente acab¨® definitivamente en la concejal¨ªa de Contaminaci¨®n Ac¨²stica. A ¨¦sta le toca ahora ponerse al d¨ªa e impulsar el procedimiento.
El concejal Vicente Igual asegur¨® nada m¨¢s conocerse la sentencia que su objetivo era declarar la ZAS antes del verano. El verano de 2007. Hab¨ªa trabajo adelantado, ya que exist¨ªan mediciones de 1998 y una delimitaci¨®n de calles que se us¨® una temporada para cerrar el tr¨¢fico y controlar horarios de locales de ocio. No sirvi¨® de mucho y los vecinos exigieron la ZAS, con medidas m¨¢s estrictas. El Ayuntamiento respondi¨® con el silencio, y la v¨ªa judicial llev¨® a los afectados al Supremo.
En el a?o que casi ha transcurrido desde su victoria judicial, los vecinos han visto c¨®mo una discoteca que hab¨ªa cerrado ha cambiado de due?o y ha abierto de nuevo sus puertas. "Escribimos al concejal que eso era incomprensible. Hay otros locales que se han traspasado o reabierto como pub", explica Puchades, que espera que este mes se "desatasque" por fin su caso.
"El ruido sigue siendo muy molesto", constata otra vecina de la zona, Ana Marco, de 46 a?os, que critica que "el Ayuntamiento incumple su propia normativa". Para combatir el exceso de decibelios, ha optado por forrar la casa con "una carpinter¨ªa especial para insonorizar".
En cambio, a Antonio Orts, empresario de 33 a?os, no le afecta el ruido. Vive en un s¨¦ptimo. "Yo veo que hay m¨¢s presencia policial, y eso est¨¢ bien para controlar a los coches que llevan la m¨²sica a tope. Pero foll¨®n en la calle sigue habiendo el mismo", afirma. Otros vecinos presumen de tener "la suerte" de vivir en pisos altos, donde se duerme mejor, o de "tener las habitaciones al fondo", como Amparo M., de 38 a?os. "Pero tengo una vecina enfrente que tiene el dormitorio hacia la calle y el ruido le despierta al ni?o", puntualiza. Casi todos conocen a alguien que est¨¢ afectado. M¨¢s tranquilo est¨¢ ahora Juan Ram¨®n Sebasti¨¢n, de 64 a?os, que logr¨® que se cerrara un local que le fastidiaba las noches "despu¨¦s de dos a?os y muchos escritos, a base de luchar mucho". El barrio, sin embargo, "est¨¢ igual", critica. El que viva de cara a la sucesi¨®n de locales de Juan Llorens y su entorno, "seguir¨¢ con el chun-ta-chun", a?ade otra vecina junto a un horno nuevo que, iron¨ªas de la vida, se llama Por qu¨¦ no te callas!!!
El Carme sigue en lista de espera
Los vecinos de Juan Llorens est¨¢n pendientes de que se desbloquee su expediente en el Ayuntamiento. El barrio de El Carme a¨²n est¨¢ atascado en el juzgado. La denuncia vecinal para exigir la Zona Ac¨²sticamente Saturada (ZAS) permanece en barbecho de forma inexplicable desde junio de 2005. Como en otras zonas de ocio, los afectados han optado por la v¨ªa judicial ante la falta de respuesta del gobierno local del PP. El Ayuntamiento "no ha facilitado nada la tarea" del proceso judicial, en el que Amics de El Carme ha reclamado datos de mediciones de la contaminaci¨®n ac¨²stica que vieron en reuniones con responsables municipales y luego les negaron.
A las quejas constantes y durante a?os por el ruido desbocado de la noche, el Consistorio ha respondido con parches temporales. Como antes de la Navidad pasada, cuando durante unas semanas se increment¨® la presencia policial para contener el botell¨®n, que campa a sus anchas en el barrio. Esa vigilancia, sin embargo, se ha vuelto a relajar porque no hay medios suficientes para mantener indefinidamente a tantos agentes en el barrio durante los fines de semana. No es la soluci¨®n al problema. "Volvemos a las andadas, el botell¨®n se ha enquistado", afirma Toni Cassola, de Amics de El Carme. "Hay una sobreexplotaci¨®n del ocio en Ciutat Vella, y es a costa de la salud de los vecinos", apunta. Tampoco se cumple la moratoria de apertura de locales de ocio, denuncia la asociaci¨®n.
El Carme ya se prepara para la siguiente cita del bullicio desbocado: las Fallas. El a?o pasado, el PP prometi¨® que los excesos de las verbenas y discotecas m¨®viles tendr¨ªan consecuencias. Amics de El Carme lo recuerda ahora que se acerca la fiesta. Y observa de reojo al barrio de Russafa, donde los vecinos han presentado a los falleros un plan para mantener calles despejadas para los servicios de emergencia. "Ese di¨¢logo en El Carme no se da", se queja Cassola. Un di¨¢logo necesario para evitar abusos, como ha ocurrido en la calle de Sueca, donde vecinos de varias fincas se han plantado y rechazan que sus inmuebles sirvan de soporte a la iluminaci¨®n.
LA LUCHA VECINAL CONTRA EL RUIDO
El gobierno del PP de Valencia solo ha aprobado una zona ac¨²sticamente saturada (zas) sin mediar sentencia. Fue en 1997 en la plaza de X¨²quer.
- En 2004, el Ttribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo dio amparo a una vecina de esa plaza, cuya queja por el ruido hab¨ªa rechazado el Ayuntamiento.
- En 2006, el Tribunal Superior de Justicia conden¨® al consistorio por paralizar el expediente de ZAS del entorno de la calle de Men¨¦ndez Pelayo desde 1998 y dio tres meses para cerrarlo.
- En 2007, el Tribunal Supremo conden¨® al Ayuntamiento por vulnerar los derechos de los vecinos de Juan Llorens y orden¨® que tramite un expediente de ZAS. A¨²n est¨¢ sin resolver.
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