El ¨²ltimo rostro 'abertzale'
La abogada se convierte en la ¨²nica persona con proyecci¨®n p¨²blica de una Batasuna abocada a la clandestinidad
Las ¨²ltimas acciones judiciales y policiales que han desarbolado la direcci¨®n de la ilegalizada Batasuna han dejado a la abogada Jone Goirizelaia (Mungia, 1956) ante la disyuntiva de asumir o no el liderazgo derivado de ser la ¨²ltima cara reconocible que le queda a esa formaci¨®n ante la opini¨®n p¨²blica y ante sus propios partidarios. Apenas 12 de los 38 integrantes de la Mesa Nacional que Batasuna eligi¨®, cuando ya estaba ilegalizada, en 2006, siguen en libertad en estos momentos y siete de ellos son franceses. Y casi todos unos perfectos desconocidos.
Goirizelaia puede verse impelida ahora, por la fuerza de esa situaci¨®n l¨ªmite, a jugar un papel que en estos momentos entra?a un gran riesgo. Ya lo hizo, junto con el ahora entre rejas Joseba Permach, en la direcci¨®n provisional que nombr¨® Batasuna tras el encarcelamiento de su Mesa Nacional en 1997. Sin embargo, en aquellos momentos la formaci¨®n segu¨ªa siendo legal.
Quienes la conocen apuestan que no se arriesgar¨¢ por pasar a primera l¨ªnea
Ha acudido a muy pocas reuniones de la Mesa Nacional ahora encarcelada
En esta ocasi¨®n, se ha limitado a asistir en su papel de letrada a las ruedas de prensa que han ofrecido sus compa?eros ahora encarcelados e incluso se ha prodigado poco en las ya clandestinas reuniones internas, seg¨²n miembros de la propia izquierda abertzale. Goirizelaia no asisti¨®, por ejemplo, a la cita clandestina de Segura del pasado octubre en la que fue arrestada la mayor parte de la Mesa Nacional ni ha acudido a muchas otras.
Ha combinado el ejercicio de la pol¨ªtica con su trabajo como abogada. Su labor profesional ha estado siempre, aunque no ¨²nicamente, muy vinculado a la pol¨ªtica. Primero fue la defensa de presos de ETA, actividad que fue abandonando tras tener entre sus clientes a dirigentes de la banda como Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi.
Ahora se centra en los casos de las distintas formaciones de la izquierda abertzale que han terminado ante los tribunales. Hace diez d¨ªas, ejerci¨® con ¨¦xito la defensa de EHAK al lograr que el Tribunal Supremo atendiese su petici¨®n de no suspender las actividades del partido, ya anuladas por el juez Garz¨®n.
Goirizelaia hab¨ªa dado ya antes la cara, desde la direcci¨®n abertzale, en otros per¨ªodos clave: en la Mesa Nacional elegida en 1992, justo tras la ca¨ªda de la c¨²pula de ETA en Bidart; en la direcci¨®n provisional de 1997 y ahora, tras la ilegalizaci¨®n, desde 2006. La inc¨®gnita es: ?asumir¨¢, cerca de cumplir los 52 a?os, el reto de cargar, desde la primera l¨ªnea y con todas sus posibles consecuencias, con un liderazgo que estar¨ªa abocado muy previsiblemente a la c¨¢rcel?
La respuesta que ofrecen varias personas que la han conocido y tratado en distintas etapas de su vida es coincidente y rotunda: no lo har¨¢. "Encontrar¨¢ el modo de convencer de que no es ah¨ª donde ella es ¨²til, y menos en la c¨¢rcel", apuesta una persona que le conoce a fondo.
Goirizelaia, agrega esta misma persona, se encuentra adem¨¢s "decepcionada por el fracaso del proceso de paz". En todo caso, cuando se ha manifestado sobre ¨¦l, ha sido desde la m¨¢s pura ortodoxia: la culpa la tuvieron el PSE y el PNV por no concretar el derecho de autodeterminaci¨®n, ha sostenido.
Su paso por el Parlamento vasco dur¨® 15 a?os, entre 1990 y 2005. En ese tiempo, ETA asesin¨® a dos de sus compa?eros de C¨¢mara (el popular Gregorio Ord¨®?ez y el socialista Fernando Buesa) sin que ni ella ni su grupo mostrasen respudio alguno.
La parlamentaria socialista Gemma Zabaleta, con quien comparti¨® la iniciativa de mujeres por el di¨¢logo Ahotsak, mantiene su amistad con ella. "Nuestra relaci¨®n sigue siendo de confianza y creo que ha hecho y hace todo lo posible para que ETA termine", afirma. Su implicaci¨®n en aquel movimiento, asegura, le granje¨® a Goirizelaia duras cr¨ªticas internas. Su compa?era en la Mesa Nacional Marije Fullaondo, ahora presa, fue una de las m¨¢s implacables.
La ortodoxia envuelta en buenas formas
"Da los buenos d¨ªas y adem¨¢s sonr¨ªe". La impresi¨®n que se tiene en la Audiencia Nacional sobre Jone Goirizelaia y su trabajo es, si no de aprecio, por razones obvias, "s¨ª de respeto" profesional. "Trabaja correctamente. Aunque no tenga la brillantez de
[I?igo] Iruin, hay muchos abogados de Batasuna mucho m¨¢s flojos que ella", afirma una persona que la trata all¨ª con regularidad. Conoce bien el medio, incluido el despacho del juez Bartasar Garz¨®n, maneja bien los resortes, observa los formalismos y se muestra tremendamente respetuosa, coinciden varias fuentes.
Ese perfil se quiebra cuando pasa a la acci¨®n pol¨ªtica, muy ortodoxa. No le duelen prendas en golpear donde m¨¢s duele al PNV, tachando despectivamente de "lacayo de Madrid" a ese partido, pese a la vinculaci¨®n de su familia con ¨¦l. "Siempre guardaba las formas, pero es una mujer muy fr¨ªa y muy calculadora", afirma la parlamentaria del PP Arantxa Quiroga, quien coincidi¨® con ella en varias comisiones de la C¨¢mara de Vitoria.
Goirizelaia se inici¨® en la militancia en la universidad, entre el final del franquismo y el inicio de la transici¨®n. Lo hizo, aunque sin destacar entonces, desde las posiciones m¨¢s duras: las identificadas, dentro de KAS, con ETA Militar, que rechazaron las elecciones de 1977 y alumbrar¨ªan luego a Herri Batasuna.
Proviene de una familia acomodada de lo que podr¨ªa llamarse burgues¨ªa nacionalista, que la envi¨® al colegio de la Vera Cruz, a la universidad de Deusto y al ballet vasco de V¨ªctor Olaeta. Bailando homenaje¨® a correligionarios como Eugenio Aranburu, dirigente de Batasuna que se suicid¨® en 1997. Casada y con dos hijos mayores, en su grupo de amistades las simpat¨ªas pol¨ªticas son variopintas.
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