Una cuesti¨®n de credibilidad

La carrera de John McCain o la credibilidad de The New York Times; eso es lo que est¨¢ en juego en este conato de esc¨¢ndalo de sexo y pol¨ªtica.

La historia aparece en la primera p¨¢gina del Times sin drama tipogr¨¢fico. A dos columnas, a la izquierda, en un recuadro y con un t¨ªtulo en cursiva tan elegante como: "Para McCain, la autoconfianza en su ¨¦tica tiene sus propios riesgos". Por debajo, la firma de los cuatro periodistas que han trabajado en esto desde diciembre. Y despu¨¦s una bomba de relojer¨ªa que puede estallar en la campa?a de McCain o en la sede del peri¨®dico en Times Square.

Varios aspectos esenciales de la relaci¨®n entre la prensa y la pol¨ªtica est¨¢n sobre el tapete en este asunto. Primero, el de la independencia de un diario que ataca despiadadamente a un pol¨ªtico para el que pidi¨® hace menos de un mes el voto en un editorial. Segundo, el intento de McCain de violar esa independencia neg¨¢ndose a hablar con los reporteros que se lo pidieron y recurriendo, en cambio, a una llamada telef¨®nica al director del peri¨®dico, Bill Keller, quien, por supuesto, no atendi¨® su solicitud. Tercero, los l¨ªmites del propio peri¨®dico.

?Se puede publicar sin fuentes identificadas una informaci¨®n potencialmente tan letal contra un pol¨ªtico? ?Tan seguros est¨¢n de su veracidad? ?Por qu¨¦ ahora? ?Por qu¨¦ no en diciembre cuando, seg¨²n cuenta el peri¨®dico, empezaron la investigaci¨®n? ?O en enero, antes de las primarias de New Hampshire, donde McCain gan¨® y comenz¨® su ascenso hacia la nominaci¨®n?

Keller emiti¨® ayer un comunicado en el que afirma que la informaci¨®n lleg¨® a su despacho el martes por la tarde. Le dio el visto bueno y fue editada y sometida a la revisi¨®n de los abogados "como se hace rutinariamente".