La literatura que brota de los m¨¢rgenes
Como suele ocurrir en nuestros pagos, el aguijador ensayo de Vicente Verd¨², Reglas para la supervivencia de la novela (EL PA?S, Babelia, 17 de noviembre de 2007), no suscit¨® el debate que pretend¨ªa el autor. Fue muy le¨ªdo y comentado de viva voz y a trav¨¦s de internet tanto en Espa?a como fuera de ella, pero en el campo de la cr¨ªtica literaria directamente concernida por ¨¦l se impuso el silencio condigno a cuanto perturba o molesta. Observaciones como "la novela deber¨¢ mostrarse en¨¦rgicamente resistente al intento de trasladarla al cine, al telefilme o al videojuego: la literatura, hoy m¨¢s que nunca, deber¨ªa alzarse como intransferible porque las historias novelescas al aroma del siglo XIX han sido ya usadas con diferentes m¨¦todos de explotaci¨®n, y lo fueron porque, precisamente, no exist¨ªan entonces los guionistas a granel que actualmente redactan productos audiovisuales
Mutantes. Narrativa espa?ola de la ¨²ltima generaci¨®n
Varios autores
Selecci¨®n y pr¨®logos de Julio Ortega
y Juan Francisco Ferr¨¦
Berenice. C¨®rdoba, 2007
300 p¨¢ginas. 17 euros
(...) La escritura, sin embargo, es insustituible en cuanto agudiza su ser, emplea las palabras exactas y no la palabra como un and¨¦n para llevar la obra a otra versi¨®n" condensan la reflexi¨®n, expuesta ya por Milan Kundera en El tel¨®n, de un buen pu?ado de novelistas j¨®venes que reh¨²san seguir unos esquemas gastados hasta la m¨¦dula, aunque el mayoritario lector perezoso se acomode a ellos: a ese m¨¢s de lo mismo al que se doblega en la creencia ingenua de leer algo nuevo. El tema, y no la propuesta literaria, determina sus gustos. El autor de ¨¦xito lo sabe y cambia de tema, pero no de est¨¦tica. Escribe as¨ª docenas y docenas de obras de asunto o trama distintos mas sin salirse del gui¨®n previamente trazado. Ello significa adentrarse en una v¨ªa muerta, por m¨¢s que el brillo de lo actual -la luminaria medi¨¢tica que encandila al lector- oculte el car¨¢cter reiterativo y ef¨ªmero de las novelas de consumo f¨¢cil.
Digo esto a prop¨®sito del volumen titulado Mutantes, publicado recientemente con dos pr¨®logos de Julio Ortega y Juan Francisco Ferr¨¦. Aunque el subt¨ªtulo del libro, 'Narrativa espa?ola de la ¨²ltima generaci¨®n', puede inducir a enga?o -s¨®lo se incluye en ¨¦l a autores nacidos despu¨¦s de 1960-, no se trata, como suele ocurrir en el ¨¢mbito literario hispano, de una agrupaci¨®n generacional motivada por la necesidad de abrirse camino entre sus mayores y encontrar un espacio propio a la luz del sol, sino de unas afinidades electivas surgidas a partir de una conciencia com¨²n: la de pertenecer a una ¨¦poca en la que la saturaci¨®n medi¨¢tica y la ubicuidad de internet descentran nuestra percepci¨®n de las cosas y exigen nuevos modos de crear y narrar. Los novelistas incluidos en Mutantes tienen muy claro lo que no quieren hacer y no confunden la actualidad con la modernidad. No buscan el punto de llegada -el desenlace- que vertebra el relato tradicional: cambian simplemente el punto de partida de un itinerario arriesgado y aleatorio que deber¨¢ sortear los escollos de su navegaci¨®n personal. El proyecto no va dirigido contra nadie: la obra muerta no merece que nos demoremos en ella. La apertura al mundo y a las nuevas t¨¦cnicas de comunicaci¨®n instant¨¢nea es una respuesta a los desaf¨ªos de la globalizaci¨®n. Los relatos son semillas arrojadas al viento con la esperanza de que arraiguen y fertilicen la mente del lector.
En la antolog¨ªa figuran narradores conocidos, cuyas novelas le¨ª con vivo inter¨¦s estos ¨²ltimos a?os: Germ¨¢n Sierra, autor de Alto voltaje; Manuel Vilas, del libro de relatos titulado Z y de la novela Magia; Isaac Rosa, de El vano ayer y de la desmitificadora ?Otra maldita novela sobre la guerra civil!; Robert Juan-Cantavella, de los jugosos relatos de Proust Fiction; del inventivo y cursado lector de Juli¨¢n R¨ªos, Eloy Fern¨¢ndez Porta. Sobre Javier Pastor, del que me enorgullezco de haber sido su primer lector, escrib¨ª en estas p¨¢ginas una rese?a de Fragmenta, y tambi¨¦n contribu¨ª en ellas a dar a conocer las exc¨¦ntricas propuestas narrativas de Juan Francisco Ferr¨¦ en I love you Sade y prologu¨¦ su c¨¢ustica y divertida La fiesta del asno. A otros autores seleccionados los conoc¨ªa tan s¨®lo de o¨ªdas y agradezco vivamente a los ant¨®logos la oportunidad de acceder a sus escritos.
La lectura de Mutantes depara al lector sensible a la parodia del mundo medi¨¢tico y dotado del sentido del humor una sucesi¨®n de incentivas sorpresas: Moda en Londres, de Juan Francisco Ferr¨¦, muestra una vez m¨¢s su despiadada iron¨ªa respecto al celestineo de las ofertas de trabajo a las top models, atra¨ªdas como falenas con el se?uelo de la celebridad. Jordi Costa invita a perderse en la atop¨ªa y acron¨ªa de una existencia puramente virtual. Javier Fern¨¢ndez desmonta con corrosiva lucidez el tratamiento medi¨¢tico de las cat¨¢strofes y amenazas colectivas que son nuestro pan cotidiano. Vicente Luis Mora rescata con una prosa bella, en los ant¨ªpodas de la meramente utilitaria de las novelas al uso, la misteriosa civilizaci¨®n de una Atl¨¢ntida encubierta por la inmensidad oce¨¢nica de las dunas. La busca por internet de la identidad andaluza en el entorno nacionalista catal¨¢n, obra de Jorge Carri¨®n, merecer¨ªa ser impresa en el bolet¨ªn oficial de la Generalitat.
Estos y otros narradores que por falta de espacio dejo en el tintero son un soplo de brisa fresca en la asfixiante quietud de la trama reiterativa de los productos editoriales de nuestros d¨ªas. Apostar por la novedad de los planteamientos condena a sus autores a una casi inevitable marginaci¨®n impuesta por la l¨®gica del mercado y "la restricci¨®n informativa en que fundan su acci¨®n determinados medios socialmente influyentes". Pero la literatura brota a menudo de los m¨¢rgenes, como pruebe la "rareza" de Cervantes y la fecunda soledad de Kafka. La invenci¨®n pertenece al campo de lo raro o queer. -
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