Una falsa autocr¨ªtica de Javier Tomeo
Narrativa. Parece mentira que el excelente narrador que es Javier Tomeo (Quicena, Huesca, 1932), autor de m¨¢s de veinte novelas y libros de cuentos, humorista, surrealista imperturbable y personal¨ªsimo escritor, que sigue adelante contra viento y marea, sin que al parecer le influya para nada ni la reacci¨®n del p¨²blico, que le sigue fiel, aunque no masivamente, ni la de los editores, que cambia con cierta facilidad (de Anagrama el m¨¢s fiel, a Planeta, o Plaza & Jan¨¦s, u otras menores), ni la cr¨ªtica, que parece resbalarle siempre, pues sigue su propio camino siempre fiel s¨ª mismo, sin apartarse de ¨¦l un solo momento. Pero, aunque se muestre refractario a toda cr¨ªtica, sus ¨¦xitos teatrales en Espa?a y en el extranjero, donde sus novelas y relatos son frecuentemente adaptados a la escena, le presentan m¨¢s inerme ante ella, a pesar de todo, pues all¨ª se muestra como m¨¢s desnudo quiz¨¢. No hay lugar en ¨¦l para la cr¨ªtica y ni siquiera -ni mucho menos- para la autocr¨ªtica: mas he aqu¨ª que Tomeo ha colocado una pantalla entre ¨¦l y el autor de la novela que hoy nos presenta, un narrador interpuesto, un narratario-narrador intermedio, al que ha llamado con un nombre casi propio, ya que abunda en sus escritos menores o period¨ªsticos, al que ha bautizado como "Ram¨®n", pues hasta le ha dedicado otro libro anterior (Conversaciones con Ram¨®n, 1996), como si buena parte de su obra fuera un di¨¢logo entre Ram¨®n y su amigo Javier Tomeo y punto.
Los amantes de silicona
Javier Tomeo
Anagrama. Barcelona, 2008
144 p¨¢ginas. 15 euros
Bien, una vez colocado Ram¨®n en el lugar de Tomeo, un buen d¨ªa ¨¦ste recibe una novela escrita por aqu¨¦l, en una serie de cinco entregas, donde le pide su opini¨®n sobre lo que est¨¢ escribiendo, que adem¨¢s es una novela er¨®tica. Ya se sabe que ¨¦ste es un g¨¦nero que subyace todos los escritos de Javier Tomeo, aunque siempre bajo los esquemas del absurdo y el humor, nunca desde el punto de vista literal. Los libros de Tomeo han recibido cr¨ªticas sobre su repetici¨®n -las famosas "croquetas" de que le acus¨® Juan Benet- o sobre la falta de finales reales, a las que su autor real ha llamado "finales interactivos", aunque lo mejor ser¨ªa reconocer que son novelas "de situaci¨®n", donde lo m¨¢s importante es el camino a recorrer, y no "de resultados". Y en todo caso no se puede hablar de "cr¨ªtica acompasada" (como quisiera Garc¨ªa-Vi?¨®), pues es imposible hablar de una novela in medias res, sino una vez concluida su lectura, por lo que la propuesta de Ram¨®n es imposible, ya que no se puede hacer una cr¨ªtica "por entregas", de una novela escrita -o enviada- tambi¨¦n "por entregas".
Y adem¨¢s, se trata tambi¨¦n de una novela "er¨®tica" de cabo a rabo, no se olvide, en lo que Javier Tomeo centra sus cr¨ªticas "a calz¨®n quitado", pues el g¨¦nero er¨®tico no es precisamente lo suyo. De ah¨ª que si centra sus cr¨ªticas en el g¨¦nero, no son precisamente lo suyo, no son una "autocr¨ªtica", sino de la novela er¨®tica que Ram¨®n le est¨¢ escribiendo y enviando por entregas. La cosa empieza mal, con la presentaci¨®n conjunta de un matrimonio de edad madura, Lupercia y Basilio, propietarios de una tienda de lencer¨ªa fina, que se aburren juntos ya y que, tras una comida semanal en un restaurante de arroces, deciden cada uno por su lado comprar sendos mu?ecos artificiales de silicona, de ¨²ltimo modelo, dotados de la m¨¢s moderna tecnolog¨ªa, para que satisfagan sus postreras necesidades sexuales, ya en declive. Sus dos "mu?eco(a)s" son sendos "supermodelos" tecnol¨®gicos de la ¨²ltima generaci¨®n, dotados de voracidad incansable, uno de ellos de un "superpene" en erecci¨®n permanente y la otra de una voracidad y lubrificaci¨®n continuas, por lo que el matrimonio se ve ampliamente satisfecho en sus necesidades sexuales hasta entonces en declive.
Pero, un buen d¨ªa al regresar a casa ambos ven a sus respectivos "amantes de silicona" copulando desenfrenadamente sin parar, satisfaci¨¦ndose mutuamente sin contar con sus respectivos due?os. El resultado es que ambos deciden asesinar a sus suced¨¢neos, para as¨ª terminar con la historia, pero ¨¦sta contin¨²a ya que sus "modelos" tienen suficientes recursos t¨¦cnicos para conseguir su reparaci¨®n t¨¦cnica completa y volver a las andadas, escapando as¨ª por la ventana reconvertidos en lo que de verdad son, sendos globos de silicona, que se pierden en el horizonte. Sin duda estos amantes de silicona es la mejor de las novelas que Javier Tomeo nos ha entregado en los ¨²ltimos a?os, una novela comparable a sus obras maestras, a Amado Monstruo y El castillo de la carta cifrada (por ejemplo), que nos recuerda tambi¨¦n que es un escritor de temas er¨®ticos, tanto reales como simb¨®licos, y sus feroces cr¨ªticas a la obra de su amigo "Ram¨®n" no son una verdadera autocr¨ªtica, de la que sale indemne y triunfante una vez m¨¢s. -
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