Generaci¨®n pre-Potter
Harry Potter ha venido a cambiar, entre otras cosas, el modelo de ni?o protagonista en la literatura infantil. A mediados del siglo XX, esos protagonistas eran ni?os normales, como cualquiera de los lectores de sus aventuras. Viv¨ªan en este mundo, en familias de clase media; iban al colegio y disfrutaban de sus amigos; observaban con perplejidad las normas y convenciones adultas, pero las acataban razonablemente, hasta que su inocente pero implacable l¨®gica (nada de magia ni de poderes) les hac¨ªa chocar contra ellas y ponerlo todo patas arriba. Su misi¨®n en la vida, lejos de salvar el mundo o luchar contra las fuerzas del Mal, era crecer para llegar a ser "personas de provecho" y, mientras tanto, pasarlo lo mejor posible. El ingl¨¦s Guillermo Brown y el Peque?o Nicol¨¢s franc¨¦s, junto con las irresistibles pandillas de Enid Blyton, marcaron una ¨¦poca que sufri¨® un aut¨¦ntico sobresalto con Pippi Calzaslargas, la an¨¢rquica pelirroja sueca que escandaliz¨® a los adultos y conquist¨® a los ni?os del mundo. En Espa?a, tocando ya el cambio de siglo (y con el fen¨®meno Potter en marcha), Manolito Gafotas vendr¨ªa a a?adirse a la lista de honor de esos geniales personajes, inolvidables para los adultos nost¨¢lgicos, pero quiz¨¢s ya antiguos para los ni?os del m¨¢gico y tecnol¨®gico siglo XXI.
La tibia acogida que han tenido las reediciones de todas estas series, todas disponibles en librer¨ªas, a excepci¨®n de las de Blyton, que parecen haber encontrado un p¨²blico m¨¢s receptivo, apunta a que los lectores siguen enganchados a la potterman¨ªa. Y los editores tambi¨¦n, deslumbrados por la posibilidad de encontrar al heredero del imperio Potter. Pero todav¨ªa nadie lo ha conseguido. La apabullante avalancha de novelas fant¨¢sticas, de desigual calidad, y el variopinto muestrario de personajes candidatos a suceder al ni?o-mago no ha conseguido, a¨²n, superarle. S¨®lo hoy, con el estreno de la superproducci¨®n La br¨²jula dorada, basada en la trilog¨ªa La materia oscura, de Philip Pullman, un nuevo personaje parece perfilarse como sucesor: Lyra Belacqua. Chica, con poderes especiales y aliados fant¨¢sticos, y con la misi¨®n de defender la libertad del mundo, re¨²ne los requisitos para ganar el favor de los lectores. Habr¨¢ que esperar para constatarlo. Por lo pronto, J. K. Rowling nunca ha tenido empacho en referirse a las influencias que le permitieron crear el universo Potter. Agradecida lectora de Tolkien (El Se?or de los Anillos) y de C. S. Lewis (Cr¨®nicas de Narnia); de Lewis Carroll (Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas) y de Roald Dahl (Charlie y la f¨¢brica de chocolate, Matilda); de Michael Ende (La historia interminable) y de Enid Blyton (Los cinco, Las mellizas en Santa Clara), todos son, seg¨²n sus declaraciones, sus referentes.
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