Implante cerebral contra la sordera
El tratamiento se aplica en pacientes que no tienen nervios auditivos y ha permitido ahora que un beb¨¦ operado en octubre empiece a o¨ªr y a balbucear
La ni?a Carmen Serrano Dav¨®, de 17 meses, naci¨® sorda por ausencia de nervios auditivos debido a una rara enfermedad cong¨¦nita, la agenesia (falta de formaci¨®n) de los nervios cocleares, que afecta a una de cada 100.000 personas. Ahora ha empezado a o¨ªr y a balbucear despu¨¦s de que el 10 de octubre pasado un equipo multidisciplinar de la Cl¨ªnica Universitaria de Navarra le operara para colocarle un implante auditivo en el tronco cerebral. Los nervios cocleares, de los que carec¨ªa Carmen, son los que transmiten al cerebro los est¨ªmulos sonoros recibidos por la v¨ªa auditiva. Ese defecto imped¨ªa tratar a la ni?a con un aud¨ªfono o con un implante coclear.
22 electrodos hacen llegar el impulso el¨¦ctrico hasta el c¨®rtex auditivo
Si no recibe se?ales sonoras, el sistema auditivo asume otras funciones
La intervenci¨®n fue dirigida por el otorrinolaring¨®logo Manuel Manrique Rodr¨ªguez y el neurocirujano pedi¨¢trico Bartolom¨¦ Bejarano Herruzo. En todo el mundo se han realizado 38 implantes similares en ni?os menores de 12 a?os; con 13 meses, Carmen es la paciente m¨¢s joven. En 1997, este centro sanitario navarro fue pionero en Espa?a al realizar los primeros implantes en pacientes adultos con neurofibromatosis de tipo 2, que tambi¨¦n afecta a los nervios auditivos.
La operaci¨®n consisti¨® en implantar en el tronco cerebral de la ni?a, sobre los n¨²cleos cocleares, una matriz de 22 electrodos que deber¨ªa restablecer la v¨ªa auditiva y hacer llegar el impulso el¨¦ctrico hasta el c¨®rtex auditivo. Bajo la piel de la ni?a, los cirujanos colocaron un receptor-emisor conectado a la matriz de electrodos.
Un micr¨®fono colocado sobre el pabell¨®n auricular transmite por radiofrecuencia el sonido captado al receptor subcut¨¢neo, que codifica la se?al y la hace llegar a los electrodos. ?stos estimulan el n¨²cleo coclear, desde donde se propaga la se?al hasta el cerebro. Durante la intervenci¨®n, se hicieron pruebas para confirmar el lugar donde situar el implante y comprobar qu¨¦ electrodos daban respuesta auditiva.
Cada uno de los electrodos estimula un ¨¢rea del complejo de los n¨²cleos cloqueares, que est¨¢ distribuido siguiendo los patrones de tonotopicidad, como un piano en el cual se situara un grupo de electrodos para cada una de las teclas y trat¨¢ramos de obtener con cada uno de ellos una discriminaci¨®n de un tono, seg¨²n explica Manrique. Generalmente, a m¨¢s electrodos activados, m¨¢s favorable es el pron¨®stico.
Pero puede haber efectos colaterales. En el tronco del enc¨¦falo hay muchas otras estructuras neurol¨®gicas, por ejemplo algunas relacionadas con la frecuencia cardiaca o el control de la respiraci¨®n. "Es posible que al estimular determinados electrodos no se obtengan respuestas auditivas, sino de esas otras estructuras. En ese caso, hay que anular esos electrodos", explica Manrique. En el caso de Carmen se lograron activar 18 electrodos, pero en otra ni?a de 8 a?os intervenida en enero se activaron s¨®lo 15.
Este novedoso tratamiento no finaliza con la intervenci¨®n quir¨²rgica. Los especialistas deben ir ajustando la intensidad y la velocidad de estimulaci¨®n que aplicar¨¢n al dispositivo implantado. Comenzaron a programarlo en enero, pero ser¨¢ un proceso largo, porque la ni?a no puede dar indicaciones por su corta edad: a¨²n es pronto para que Carmen sea capaz de entender una conversaci¨®n o de producir palabras.
Los padres de Carmen, Antonio Serrano y Mayka Dav¨®, de 22 a?os, est¨¢n esperanzados. "Hemos notado que la ni?a balbucea m¨¢s y se gira algunas veces cuando oye alg¨²n ruido", cuenta el padre. De momento, se comunican mediante algunos signos que han aprendido.
Realizar un implante cerebral a edades tan tempranas pero no inferiores al a?o permite aprovechar el momento en el que el sistema auditivo se desarrolla a partir de los sonidos externos, afirma Manrique. Esto es importante porque cuando pasa un determinado periodo sin recibir se?ales sonoras, el sistema auditivo central pasa a ocuparse de otras funciones, especialmente la visual, y se perder¨ªa la posibilidad de obtener unos buenos resultados con el uso de estos dispositivos. En pacientes adultos, el implante cerebral permite resultados parecidos a los que se obtienen con un implante coclear en personas con hipoacusia (baja capacidad auditiva): "Son capaces de escuchar una conversaci¨®n y hablar por tel¨¦fono", dice Manrique.
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