Por exigencias del gui¨®n

He seguido en la radio y la televisi¨®n los an¨¢lisis de los expertos sobre el debate de anteayer entre Zapatero y Rajoy. Que si uno ten¨ªa mucho aplomo, que si el otro pareci¨® m¨¢s nervioso, que si uno sonri¨® m¨¢s, que si al otro le iba estrecha la americana... Me entretienen, es cierto, pero tambi¨¦n me parecen de lo m¨¢s pueril. Es como cuando los psic¨®logos televisivos cuentan que tal asesino en serie tuvo tal infancia y eso, sin duda, explica su comportamiento criminal. A posteriori cualquier infancia es sospechosa. Si ustedes, ahora, estuviesen acusados de haber causado una matanza, cualquier detalle de su vida ser¨ªa sospechoso.

Siempre que se habla de debates y de los detalles que no son propiamente el debate (la ropa o la actitud de los protagonistas) se cita ese famoso cara a cara televisivo entre Richard Nixon y John Kennedy. Nixon estaba enfermo, no quiso que le maquillaran y no se afeit¨®, cosa que, seg¨²n los expertos, propici¨® que el saludable Kennedy fuese el ganador. De ese debate tambi¨¦n se dice (lo pod¨ªamos leer ayer en este peri¨®dico) que las malas lenguas "aseguran que Bob Kennedy hizo subir la temperatura del plat¨®, cosa que hizo sudar a Nixon".

?Debemos tener m¨¢s confianza en los pol¨ªticos que no leen, en los que improvisan frente a su adversario?

No s¨¦. ?Sab¨ªa Bob Kennedy que Nixon sudaba con las altas temperaturas y que, en cambio, su hermano no? Yo creo que si hubiese ganado Nixon, entonces todos los analistas habr¨ªan hablado de "el triunfo de la naturalidad frente al envaramiento". Habr¨ªan dicho que Nixon, al mostrarse sudoroso y mal afeitado, se hab¨ªa mostrado tambi¨¦n humano. O que no haberse afeitado demostraba que era un hombre poco preocupado por la imagen, porque de lo que se preocupaba era del pa¨ªs. Pase lo que pase en las elecciones que se avecinan, los analistas tendr¨¢n un an¨¢lisis para el cabeza de lista de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. Si le va bien, dir¨¢n que haber sido operado de un tumor en el pulm¨®n le ha humanizado y ha hecho que sintamos empat¨ªa hacia ¨¦l. Si le va mal, dir¨¢n que los votantes rechazamos a un candidato con mala salud. Los analistas tienen an¨¢lisis para todo. Y en este sentido, una servidora no se perdi¨®, ayer, los an¨¢lisis de nuestro analista oficial, Sebasti¨¤ Serrano en El Mat¨ª de Catalunya R¨¤dio. Yo amo a Serrano, porque es capaz de analizar durante horas cualquier gesto humano o animal. Una vez tuve un sue?o. Yo entrevistaba a Serrano y le iba preguntando lo que significaban distintos gestos. "Sebasti¨¤, si apretamos fuerte la mano de alguien, ?qu¨¦ significa?", le preguntaba yo. Y ¨¦l contestaba: "Respecto a la comunicaci¨®n no verbal, significa que somos fuertes y en¨¦rgicos". Pero luego me iba animando. "Sebasti¨¤, ?y si le retorcemos la oreja a alguien?". Y ¨¦l, sin inmutarse, me contestaba que era un gesto que significaba "hostilidad, inseguridad...". Al final le preguntaba: "Sebasti¨¤, ?y si le clavamos un cuchillo?". Y Sebasti¨¤ respond¨ªa: "Clavar un cuchillo te obliga a aproximarte al interlocutor, lo que demuestra confianza, pero, al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que la cuchillada le doler¨¢, por lo que le estamos demostrando nuestro descontento". Basta. Era un sue?o.

Pues bien. De entre los an¨¢lisis que se hicieron ayer, los analistas destacaron, como cosa fea, que los dos candidatos le¨ªan sus papeles. Que constantemente bajaban la mirada para leer las notas que tra¨ªan, porque no eran capaces de improvisar.

Y yo me pregunto ?por qu¨¦ va a ser mejor improvisar que traer algo preparado? Si a alguien le gusta la improvisaci¨®n que se vaya al teatro a ver a La Ma?a. ?Deber¨ªamos tener m¨¢s confianza en los pol¨ªticos que no leen? ?No es m¨¢s digno de confianza aquel que lleva escrito lo que quiere decir? Para m¨ª s¨ª. Significa que se lo ha preparado, que no quiere olvidar ning¨²n detalle. Pero vivimos en un mundo en que lo que queda bien es improvisar (o fingir que se improvisa). Hace unos meses, a ra¨ªz de la huelga de guionistas de Hollywood, algunos programas de la televisi¨®n norteamericana tuvieron que dejar de emitirse y se hablaba incluso de que peligraba la ceremonia de los Oscar. "?Oh!", se escandalizaron los analistas. "Esos presentadores tan graciosos no son nadie sin su gui¨®n". (Pues claro. Y los guionistas tampoco son nada sin su presentador). Por eso, ayer, entre los analistas del debate falt¨® Bel¨¦n Esteban. Hablando de la huelga de guionistas declar¨®: "Pues que sepan estos presentadores que nosotros vamos sin gui¨®n. ?Todo lo que decimos es improvisado!". Y sonre¨ªa con orgullo, dominada por la maravilla.

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