Misteriosas muertes de testigos de la dictadura en Argentina

El rastro de la muerte no abandona a los cr¨ªmenes cometidos durante la dictadura militar argentina (1976-1983). La anulaci¨®n de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final no parece ser el ¨²ltimo obst¨¢culo que superar para que se depuren responsabilidades. Varias voces han dado la alarma sobre las extra?as muertes de importantes implicados, cuyo testimonio hubiera sido fundamental para tirar del hilo de la trama criminal y han denunciado que se est¨¢ produciendo una eliminaci¨®n sistem¨¢tica de estos acusados antes de que puedan hablar. Es la ley del silencio.

El ¨²ltimo caso es el de Paul Navone, un ex teniente coronel que deb¨ªa declarar por el robo de hijos de desaparecidas. Su cuerpo apareci¨® el pasado lunes con un tiro en la sien. Su muerte se conoci¨® cuando a¨²n no se ha apagado el esc¨¢ndalo del envenenamiento con cianuro de H¨¦ctor Febres, un oficial de la Armada acusado de torturador quien el pasado diciembre, seg¨²n revel¨® a su familia, iba a confesar todo lo que sab¨ªa sobre los tormentos y desapariciones en la Escuela Mec¨¢nica de la Armada.

"Est¨¢n eliminando a la gente", ha denunciado Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, organizaci¨®n que hasta el momento ha logrado localizar y revelar la identidad de 88 personas, hijos de desaparecidos, que fueron entregados a familias afectas al r¨¦gimen militar. "Est¨¢n muriendo muchos militares, que tienen que ser citados, que tienen que declarar. Creo que habr¨ªa que investigar profundamente", a?adi¨®. El abogado de Febres -contratado apenas 72 horas antes del suicidio- asegur¨® ayer que existe una carta de despedida del represor en el que asegura que en su decisi¨®n no est¨¢ "influido por terceros". Pero las Madres de Plaza de Mayo han expresado sus reticencias.

La sospecha sobre lo que est¨¢ sucediendo es compartida desde el Gobierno argentino por el ministro de Justicia, An¨ªbal Fern¨¢ndez, quien no tiene "ninguna duda" de que el envenenamiento con cianuro de Febres no fue voluntario. "No hay nada que me indique que fue un suicidio", dijo. Febres siempre amenaz¨® con tirar de la manta en el caso de ser declarado culpable. Su cuerpo se encontr¨® cuatro d¨ªas antes de que fuera condenado.

Y, aunque todas las sospechas apuntan a un entramado de intereses y protecci¨®n que sobrevivi¨® al derrumbe del r¨¦gimen militar, nadie en Argentina se atreve a poner nombre a los responsables de borrar el rastro de la represi¨®n ante la justicia. Para Carlotto, el que los acusados que tienen que declarar sean asesinados "muestra la importancia de conocer el paradero de nuestros nietos desaparecidos".

Hoy se recuerda en Argentina que no est¨¢n siendo puestos fuera de circulaci¨®n s¨®lo los acusados inc¨®modos. En un hecho todav¨ªa sin resolver, en 2006, durante el primer juicio tras la anulaci¨®n de las leyes que garantizaban la inmunidad de Jorge L¨®pez, una v¨ªctima de torturas y testigo fundamental de la acusaci¨®n, desapareci¨® sin dejar rastro. El hecho ha sido interpretado como una advertencia para futuros procesos en un pa¨ªs donde muchas v¨ªctimas de la dictadura no se han atrevido a denunciar lo sucedido.